COSA DE PRENSA / Geopolítica

 

 

  • Huele a otra guerra mundial

  • Kissinger explora con Jinping

  • México ya mueve sus piezas

  • De vecino distante a viejo amigo

 

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

CIUDAD DE MÉXICO, lunes 24 julio 2023.- La Guerra Fría de Estados Unidos y Rusia que siguió a la Segunda Guerra Mundial en 1945, derivó también en México en la Guerra Sucia con la que el Gobierno masacró al comunismo desde los 40s y hasta 2018… Hoy el mundo está con un pie en el mismo abismo y el otro en una cáscara de plátano; huele a guerra y la gente informada lo sabe.

 

Quienes no están informados creen que al menos los alrededor de 200 países que pertenecen a la Organización de Naciones Unidas (ONU) son gobernados por presidentes, jefes de Estado y monarcas diversos; y lo que ignoran es que a todos ellos los pone un selecto grupo de mujeres y hombres, las y los más ricos del mundo, desde aquella reunión preparatoria de 1948, a tres años también del nacimiento del dólar como moneda más fuerte del orbe, que culminara con la primera conferencia de mayo de 1954 en el hotel Bilderberg, de Oosterbeck, Holanda.

 

Salvo 1976 en que el príncipe Bernardo de Holanda fuera sorprendido vendiendo armas clandestinamente, y la pandemia, las reuniones del Club Bilderberg se suspendieron también en 2020 y 2021, y se reanudaron en Washington el año pasado; en este 2023, al igual que en sus agendas de los últimos 15 años, China y Rusia han sido los temas principales, es decir, sus principales dolores de cabeza.

 

El punto es que la tensión de una nueva conflagración mundial se ha hecho insostenible porque cada vez más, las personalidades políticas involucradas en la toma de decisiones, están nerviosos y les falta temple geopolítico y sentido político al menos; dicho en otras palabras, en América hay mucha torpeza en que quienes tienen a su alcance la paz del mundo.

 

Y por supuesto que por supuesto, el mundo también está crispado.

 

Un poco de historia y de contexto: En aquellos días de 1948 en que un geo politólogo de apellido Retinger y el príncipe Bernardo de Holanda, conversaron por vez primera sobre la necesidad de crear algún mecanismo global que protegiera a la humanidad de otra hecatombe bélica, cabildearon reunir a las figuras más ricas del mundo.

 

Así, en mayo de 1954 en que nace el Club Bilderberg, en medio de los paisajes de Van Goh, ahí estaban en primera línea las prominentes casas Rothschild, Rockefeller, Morgan; la reina española Sofía de Grecia, la reina Beatriz de Holanda y la familia real británica…Y también, Henry Kissinger, académico de Harvard, con tan solo 31 años de edad.

 

Después de su iniciador, Retinger, e ideólogos como Klaus Schwab -que en estos años busca que la humanidad no sea dueña de nada- no hubo, ni ha habido personaje más importante, psicológicamente hablando, como era una de sus ramas dominantes como académico de Harvard, en el Club Bilderberg que Henry Kissinger, que a sus 100 años de edad recibe la misión más delicada y compleja que ser humano pueda desempeñar en nuestros días y que es la de evitar una Tercer Guerra Mundial, pero a un costo que China nunca va aceptar, que es el de reconocer el liderazgo global de Estados Unidos, que ya no lo tiene desde 2020, en que se hizo trizas su democracia electoral.

 

En 1952, a dos años del nacimiento del Club Bilderberg, Kissinger asesoró a la Junta de Estrategia Psicológica de la Universidad de Harvard, después de terminar su tesis doctoral sobre las hazañas de los estadistas Castlereagh y Matternich, con el título Paz, Legitimidad y Equilibrio, en muchos sentidos, la esencia de su portafolios geopolítico con el cual ha provocado cruentas guerras y promovido también tiempos de paz relativa en el orbe.

 

En 1971 obligó a Nixon a retirarle al dólar el patrón oro y en parte, y en mucho, ahí empezó la decadencia de un cada vez más decolorado billete verde, al que ahora hasta el peso de Andrés Manuel López Obrador le falta el respeto, (algo que un pudo ninguno de sus antecesores), y ya no se diga el rublo ruso o el yuan chino.

 

Hace unos días, el pasado 20 julio, Henry Kissinger se entrevistó en China con el presidente Xi Jinping, el mismo que le pidiera a su Cancillería responder a la carta del presidente mexicano López Obrador, acerca del fentanilo, pero cuya respuesta fuer más que contundente: Jinping le dijo a Estados Unidos que respete la soberanía de México y le advirtió que China lo defenderá de las amenazas de invasión que pregonan los legisladores estadunidenses.

 

 

¿Qué indica la cortés recepción de Kissinger en China?, se pregunta el editorial del pasado jueves del periódico The Global Times, el más importante de China, un acontecimiento de despertó la suspicacia de la Casa Blanca, porque ninguno de los funcionarios de la administración Biden que han visita Beijing han recibido tan fastuoso recibimiento.

 

Y es natural, decimos nosotros aquí en COSA DE PRENSA: No es lo mismo un funcionario federal que un emisario global del nivel de Kissinger; aquél representa a un presidente como Biden, que se robó unas elecciones, y éste representa al poder económico global que manda…No es lo mismo, hay niveles; diría el huésped de Palacio Nacional: “No somos iguales”.

 

Dice el citado periódico china The Times Global:

 

“El ‘viejo amigo’ de China, Henry Kissinger, fue recibido calurosamente por la parte china. Como ciudadano privado, se le dio la mejor recepción a nivel oficial. El presidente chino, Xi Jinping, se reunió con él en la Villa No.5 de la Casa de Huéspedes Estatal de Diaoyutai, donde el entonces primer ministro Zhou Enlai se reunió con Kissinger hace 52 años cuando este último visitó China por primera vez”.

 

Recuerda el editorial que en las últimas décadas, Kissinger ha visitado China más de 100 veces y siempre ha sido tratado con amistad, independientemente de sus roles o posiciones cambiantes. La recepción que China le ha dado es la manifestación constante de sentimientos profundos, un énfasis en la rectitud y el respeto por la sabiduría.

Y quizás, decimos nosotros, esa “sabiduría” sea ejemplificada de manera más clara en estas líneas:

 

“En los últimos años, Kissinger ha lanzado reiteradas advertencias sobre la peligrosa tendencia en la relación entre los dos países…”

 

Lo que Kissinger ver -decimos nosotros- es la inminencia de una nueva conflagración en la que se disputa el liderazgo mundial, que perdió Estados Unidos hace tres años y que asumió China desde entonces, ni más, ni menos.

 

Esto último lo confirma el editorial de ayer domingo, del citado periódico The Times Global, que advierte que: “En la vecindad de China, las tropas estadunidenses se movilizan intensamente. Las diversas alianzas que Washington está formando, que se dice que son por el bien del equilibrio de seguridad, tienen un objetivo tácito: China”.

 

LA COSA ES QUE…

 

Este periódico recuerda una frase célebre de Ronald Reagan, de acuerdo a la cual, “la paz no es la ausencia de conflicto, sino la capacidad de enfrentar el conflicto por medios pacíficos”.

 

Esto es justo lo que no tiene la administración Biden, capacidad de enfrentar el conflicto por medios pacíficos, justo como ocurre en algunos legisladores estadunidenses que amenazan con invadir México, con el pretexto de combatir al crimen organizado, pero que en realidad lo que quieren es el litio mexicano, para lo cual sin embargo, el Presidente López Obrador está más que preparado.

 

Y lo opinado por nosotros, líneas arribas, aquí lo confirma el citado editorial: “El Dr. Henry Kissinger, quien visitó China recientemente, advirtió en 2020 sobre el peligro de un conflicto entre China y Estados Unidos, que podría conducir a una guerra y dijo que ‘a menos que haya alguna base para alguna acción cooperativa (entre China y EEUU), el mundo se deslizará hacia una catástrofe comparable a la Primera Guerra Mundial”.

 

Esa “acción cooperativa” le pide a China abandone el juego y rinda su reina al debilitado jaque estadunidense, algo que nunca sucederá.

 

Esto nos dice claramente que lo que antes se llamó Guerra Fría, hoy se llama Guerra de las Galaxias, en la que una se niega a reconocer su derrota y la otra no esta dispuesta a devolver las estrellas ganadas.

 

Y en este macrocosmos geopolítico, por supuesto, hoy México ya no es “vecino distante” que ha hecho museos de las intervenciones, sino “viejo amigo”, con un Dragón y un Oso como celosos guardianes.

 

Qué tal.

 

 

 

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