COSA DE PRENSA / Geopolítica

 Mauricio Crover-Corone, presidente electo del BID

  • Trump arrodilla al Orden Mundial
  • ¿AMLO ganó o perdió en el BID?
  • ¿Ingenuo? Pero sin pelo de tonto

Javier Rodríguez Lozano

Lunes 14 septiembre 2020.- La elección del nuevo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el cubano-estadunidense Mauricio Claver-Carone, estalló en una recomposición mundial y el primer desafío geopolítico del presidente Andrés Manuel López Obrador.

¿Por qué?

Por cinco cosas (de prensa):

1) La relación México-Estados Unidos está en su mejor momento, desde el primero y el penúltimo de los encuentros presidenciales, los de Taff y don Porfirio en 1909 y hasta Obama y Peña en 2016.

2) Este sábado Donald Trump doblegó por segunda vez al pandémico Nuevo Orden Mundial (NOM), desde la primera en 2016 cuando quería como presidenta de EEUU a Hillary Clinton, con lo cual prácticamente ya ganó la reelección.

3) AMLO será todo lo ingenuo que quieran sus adversarios, pero no tiene un pelo de tonto: los medios alineados al NOM (la gran prensa en México) “trabajaron” para difundir una presunta alianza mexicana con Argentina y abstenerse de votar, pero la realidad fue otra: Votó por el candidato de Trump, como confirmará hoy el canciller Ebrard.

4) México no quiere hacer el ridículo de Felipe Calderón en 2009 al comprar a Francia una vacuna inservible contra la influenza nacida aquí, que infectó al 15% de la población mundial de 7,700 millones de habitantes y mató a entre 150 mil y 575 mil personas. El 13 de agosto pasado anunció un acuerdo con Argentina para producir la vacuna contra al Covid y el 9 de septiembre fue suspendido.

5) Y porque con el triunfo de su candidato Trump supera la competencia china en el hemisferio americano y regresarán de Asia a la región inversiones y empleos por más 50 mil millones de dólares, lo más importante de todo en opinión del presidente electo del BID.

En este tablero de ajedrez del BID, ¿qué sentido tenía que México, cuando quiere hacer historia, se alineara a una débil falange latinoamericana encabezada por una Argentina en pobreza, con Perú, Chile, Costa Rica y Trinidad y Tobago; y a los 10 europeos capitaneados por el español Josep Borrell: Alemania, Austria, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Esolvenia, España, Italia, Portugal y Francia, beneficiarios de todas las crisis globales y cuna del NOM y del neoliberalismo salvaje?

Por eso fue por lo que el pasado miércoles 8, después que el secretario de Hacienda, Enrique Herrera, presentara el presupuesto 2021, su colaborador más cercano, el subsecretario Gabriel Yorio González, filtraría un estratégico off the récord, a la reportera de Reuters, Sonia Corona: “Que México sí asistiría a la asamblea electoral del BID”.

El11 de septiembre, Stefanie Eschenbacher y Abraham González reportaron para la redacción de AP de Sharay Angulo y Adriana Barrera (los periodistas sabemos qué es esto) la importancia de México en la asamblea electoral del BID:

“Si México asiste gana Mauricio Claver-Carone; si México falta no habría quórum”.

Jorge Castañeda, excanciller mexicano ya había resaltado el cambio de posición de México, al apoyar al candidato de Trump; la SHCP se cuidó de opinar al respecto para no incendiar a la Pampa.

El periódico El País, ampliamente identificado como “el vocero del NOM”, hizo llegar la filtración al presidente argentino Alberto Fernández y la noche del jueves siguiente se anunciaría el retiro de su candidato Gustavo Béliz; ya antes se había bajado la expresidenta costarricense Laura Chinchilla.

El 30 de julio ese periódico español difundió la carta que el representante de la Unión Europea ante el banco, el hispano Borrell, enviaría a los países miembros del BID en la que pedía que se pospusiera hasta 2021 la elección.

Coincidiría con él los expresidentes neoliberales, el colombiano Juan Manuel Santos, el español Felipe González, el mexicano Ernesto Zedillo, el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el chileno Ricardo Lagos y el uruguayo Julio María Sanguinetti.

Otro escenario que quieren vender como un error geopolítico de AMLO fue cuando según Yolanda Morales, de El Economista, EEUU pidió a México que presentara las candidaturas de Alicia Bárcena, Vanessa Rubio Márques, Santiago Levy y Alejandro Werner.

Citó la reportera que el propio Claver-Carone comentaría aquel presunto rechazo:

“Mi candidatura no fue una historia de Estados Unidos. Nosotros (la Casa Blanca) pedimos al gobierno mexicano que nominara a algún candidato. Esto fue en diciembre pasado. Incluso decidieron no apoyar una lista de candidatos y se decantaron en febrero por el aspirante de Argentina”.

En un intento por dar más luz a este tema geopolítico que viene a cimbrar al mundo recordemos al árbol genealógico de poder global que se organizara en 1944 en La Haya y en 1948 la ONU para el mundo y la OEA para América Latina, a que seguirían en 1954 la Conferencia de Bretton Woods para el mundo y la fundación del BID en 1959 para Latinoamérica.

El común denominador de esos grandes episodios mundiales ha sido: Gobernar sin gobiernos, a través de la ONU, y prestar y quitar si no pagan.

El BID es de creación estadunidense que ha ocupado la vicepresidencia por 61 años y cedido la presidencia a los países a los que les presta, como a los expresidentes: el chileno Felipe Herrera (1960-1970), el mexicano Antonio Ortiz Mena (1970-1988), el uruguayo Enrique Iglesias (1988-2005) y el colombiano Luis Alberto Moreno (2005-2020).

El 27 de abril pasado, preguntaron a AMLO sobre el berrinche del Consejo Mexicano de Negocios (el NOM mexicano) de contratar créditos ante el BID “por la libre”.

El Presidente López Obrador fue claro: “Si no es a cargo del presupuesto, adelante, pero si es a cargo del presupuesto, no lo acepto. Si no es con el aval del gobierno, no hay problema, bienvenida”.

Este fin de mes asumirá la presidencia del BID Mauricio Claver-Carone, quien dijo al saberse ganador:

“Esta victoria es para Latinoamérica y el Caribe. Quiero agradecer a todos nuestros socios en la región por mantener la integridad de este proceso electoral y por compartir nuestra visión común de un BID más fuerte”.

Y sí, claro que tiene razón el antillano.

Entrevista Yolanda Morales, de El Economista y sobre México, a Crover-Corone:

¿Cómo se ve México desde la Casa Blanca? ¿Qué temas domésticos son los que más le preocupan a Washington?

– Estados Unidos y México transitan ahora mismo por la mejor relación entre ambos en la historia moderna. México es nuestro principal socio comercial. Lo vimos en el  primer viaje del presidente mexicano al exterior. Yo participé en conversaciones de ambas comitivas, en la cena con los empresarios de ambos países y puedo afirmar que fueron muy productivas.

Puedo asegurar que mi gestión comprobada en asuntos de México, evidencia que puedo cumplir mis compromisos. He trabajado en programas de desarrollo del sur del país y he participado en la gestión de los fondos para Centroamérica por orden del presidente (Trump) tras la ayuda de México en la situación  migratoria.

Hemos comprometido 5,402 millones de dólares para México, Guatemala, Honduras y El Salvador para que el sector privado de cada país los capitalice.

 

– México está en la coalición de países que piden aplazar la selección del presidente del BID. ¿Esta posición podría afectar la buena relación con EU?

-Desde febrero México se comprometió con el candidato argentino (Gustavo Beliz). Está en su derecho. Nosotros lanzamos la candidatura el 16 de junio. Y es precisamente en honor a los compromisos, que México votó a favor de realizar las elecciones del BID en Asamblea Virtual el  12 y 13 de septiembre.

-México es nuestro principal socio comercial, por lo que yo entiendo mejor que ningún otro candidato la relevancia del Acuerdo México-Estados Unidos y Canadá (T-MEC), las  relaciones comerciales con México y como reforzarlas.

¿Cuál es la propuesta que tendrá el BID para México bajo su liderazgo?

– Queremos ayudar a crear incentivos para que las empresas estadounidenses que se han ido a Asia regresen a la región por su voluntad, pues seguro han visto que en la pandemia y la crisis, es mucho más oportuno trabajar directamente en esta región. Queremos ayudar a la relocalización de empresas que se fueron a Asia, y México puede ser uno de los principales receptores de esa inversión por su privilegiada posición geográfica.

Del 2018 al 2019, las inversiones norteamericanas en América Latina bajaron a un rango de 35,000 a 40,000 millones de dólares de manera que pensamos que el impacto inmediato en la relocalización sería 30,000 a 50,000 millones de dólares que generarán empleo y beneficios a los países por la posición privilegiada que tienen.

Por supuesto, seguiremos promoviendo la inversión en el sureste, particularmente en proyectos de infraestructura. En el pasado existían proyectos para impulsar el desarrollo de la región pero no había oportunidad ni voluntad de las empresas para participar. Ahora con la pandemia, todo ha cambiado y esta inyección de capital no podría venir en un mejor momento para la región.

LA COSA ES QUE…

México ganó.

Qué tal.

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