- Primera jugada del geo ajedrez china
- EEUU abandonó a los civiles en Kabul
- Biden humillado ante el mundo: Trump
Javier Rodríguez Lozano
Lunes 23 agosto 2021.- Había un acuerdo de Donald Trump con los talibanes para una retirada de Afganistán ordenada, pero presionado por China, uno de los ganadores del caos de Kabul, Joe Biden sacó primero a militares y abandonó a civiles.
Ese fue el error que coloca a Estados Unidos ante la peor equivocación en su historia, diría el expresidente Donald Trump, cuyo ex jefe de Estado, Mike Pence, sentenció:
“”Avergonzó a Estados Unidos en el escenario mundial, hizo que los aliados duden de nuestra fiabilidad y envalentonó a los enemigos para poner a prueba nuestra resolución”.
En el ajedrez geopolítico destacan la presencia sobresaliente de un país cuatro potencias en el tablero afgano: Pakistán, India, China, Rusia y Estados Unidos, los dos primeros protagonistas de “El Gran Juego” del Siglo XIX, invadido por los rusos en 1976 y donde en el Siglo XXI los intereses chinos superan a los demás.
Trump recordó cómo el republicano George W Bush invadió Afganistán en persecución de Osama Bin Laden, señalado autor de los ataques a las Torres Gemelas y el Pentágono el 11 de septiembre de 2001, ejecutado luego por las tropas de inteligencia de Barack Obama, cuando se creyó que después de ello la invasión no tenía ya ningún sentido.
El1 de mayo de 2020 Trump y los talibanes firmaron en Doha, Catar, un acuerdo para una “retirada exitosa”, sin embargo, el anuncio desataría el terror de la población, ante el temor de volver al fundamentalismo de los años 1996 a 2001.
Contrario al presidente afgano, Ashraf Ghani, que confiaba en que sus tropas resistirían las embestidas talibanes, el jefe del Estado Mayor estadounidense, general Mark Milley, advertiría que habría caos total:
“En el peor de los casos, tendremos el desmoronamiento del gobierno afgano, el desmoronamiento del ejército afgano, una guerra civil, la catástrofe humanitaria que la acompaña y el retorno potencial de Al Qaida”.
Es aquí donde expertos de la administración Biden hacen el ridículo al suponer que Kabul no caería tan rápida y se creara el caos humanitario, entre otras cosas, porque los militares afganos cambiaron de bando abandonando la resistencia.
“¿Qué revela eso acerca de la eficiencia de los servicios de inteligencia estadounidense y el conocimiento del país? ¿Y cuánto valen ante este trasfondo las palabras de Joe Biden, que hace poco declaró en forma grandilocuente que de Afganistán ya no emana peligro de terrorismo y por eso se podía dejar las riendas del país en sus propias manos?”, se preguntan los observadores.
Veinte años de lucha de EEUU en Afganistán únicamente sirvieron para vengar la afrenta del ataque de Osama Bin Laden a las Torres Gemelas, pero nada más.
“Tampoco ganaron aquellos que, con su disposición a respaldar a la alianza militar occidental, no solo arriesgaron sus vidas, sino también las de sus familias, y ahora son abandonados tan vergonzosamente. Esto nos atañe a todos. Y debe avergonzarnos a todos”, dicen a la BBC civiles abandonados a su suerte en Kabul.
A 14 días de elecciones del año pasado en Estados Unidos, cuando se vislumbraba el gran fraude electoral, el Pentágono anunciaría la retirada de dos 500 de los cinco mil soldados estadunidenses en Afganistán.
Diría el secretario de Defensa interino, Chris Miller, que la decisión refleja la política de Trump de conducir las guerras en Afganistán e Irak a una conclusión exitosa y responsable, “y regresar a nuestros valientes soldados a casa”.
Sin embargo, se cumplirían los temores del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al alertar del “alto precio” que se pagaría “si Estados Unidos y las fuerzas aliadas se marchan de Afganistán demasiado rápido”.
Pero así Biden: Demasiado rápido.
Norberto Paredes de la BBC, recuerda que por mucho tiempo, Afganistán ha sido el campo de batalla de potencias extranjeras.
“Lo fue durante gran parte del siglo XIX, en lo que ahora se conoce como ‘El Gran Juego’: la turbulenta rivalidad entre el Imperio británico y el ruso por controlar Asia Central”.
Dos siglos después, Afganistán atraviesa un momento aún más siniestro: Desde el momento en que Estados Unidos comenzó a retirar sus tropas, los talibanes aceleraron su avance y lograron el colapso del gobierno afgano tras entrar en la capital, Kabul.
El Talibán, cuenta Paredes, sigue una línea extrema de la sharia, o ley islámica, y cuando estaban al mando prohibieron la televisión, la música, el cine, el maquillaje y desautorizaron que las niñas de 10 años o más fueran a la escuela.
Asimismo impusieron castigos acordes a su estricta interpretación de la ley islámica, como la ejecución pública de asesinos y adúlteros condenados y la amputación a los ladrones.
Ahora, hace ver el periodista, un nuevo juego de intereses regionales e internacionales: Pakistán e India originaron al Talibán; y Occidente y Rusia al invadir a Afganistán en 1979, son las fichas sobresalientes.
“La Troika ampliada”.- Los dirigentes de Afganistán, ahora en el exilio, sólo han sido invitados a una conferencia internacional celebrada en Moscú en marzo de este año, en la que también participaron representantes de la llamada “troika ampliada”: Estados Unidos, China, Rusia y Pakistán.
Subraya el analista que, aparte de intereses económicos en Afganistán -China aún guarda la esperanza de explotar cobre en la región afgana de Mes Aynak-, a Pekín también le preocupa que los grupos islamistas que operan en la región de Xinjiang, en el oeste del país, tomen fuerza.
A China, que comparte una diminuta frontera con Afganistán, le preocupa que si los talibanes toman el control de todo el país, los grupos islamistas se volverán más fuertes y podrían cruzar la frontera, creando aún más problemas en la provincia de Xinjiang.
En los últimos años, Xinjiang ha sido noticia por las acusaciones de genocidio contra el pueblo uigur, que Pekín ha tildado de absurdas.
Pero además de las preocupaciones en torno a su seguridad, desde hace mucho tiempo China ha mostrado su interés en hacerle contrapeso a Estados Unidos en la región.
LA COSA ES QUE…
“La salida de EE.UU. de Afganistán, de sus drones y de su aparato de inteligencia, es una buena noticia para los chinos, porque significa una cosa menos por la que deben preocuparse”, agrega Seth Jones, académico, politólogo y director del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington.
Esta es la causa del caos humanitario afgano.
Primera jugada del ajedrez geopolítico que subraya la supremacía China sobre la decadencia de Estados Unidos.
Qué tal.