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El mundo vive de la mentira y le gusta
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Como el panorama electoral mexicano
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Para España La Conquista es vigente
Javier Rodríguez Lozano
AGUASCALIENTES, Ags., viernes 22 marzo 2024.- Lo he dicho y lo sostengo y documento donde se me requiera: el mundo vive, y le gusta porque no se opone, al amparo de las mentiras de los grandes medios de comunicación, como las del periódico El País de España con respecto a México, para quien no ha terminado La Conquista de 1521.
Mis fuentes son: los periodistas Daniel Estulin, Cristina Martín Jiménez y mis 58 años en el periodismo mexicano.
Daniel y Cristina tienen muchos libros al respecto, en los que relatan con manzanitas, cómo un grupo de 130 personas, las más ricas del mundo, toman las decisiones globales más importantes, en sus reuniones clandestinas de cada mayo desde 1954, excepto 1976 por corrupción del príncipe Bernardo de Holanda y 2020 y 21 por la pandemia.
Ellos eligen y deciden lo que el mundo ha de vivir y los presidentes que ha de tener, al menos como Estados Unidos, desde John F. Kennedy en 1961 y hasta Joe Biden en 2020, excepto Donald Trump en 2016, quien “les comió el mandado”, y se los volverá a comer en 2024, y no se la perdonan.
Y por supuesto, ellos son también propietarios de los más importantes medios de comunicación del mundo, predominantemente de Occidente, que se han encargado durante los últimos años de promover a través del miedo, la recuperación de gran parte de su “cartera vencida”, impagable, a través del frustrado virus de Vuham y sus vacunas de agua, reemplazados por los conflictos bélicos en Ucrania y Gaza, y la Tercera Guerra Mundial.
Para América Latina, los 485 millones de hispanoparlantes de sus 21 países, el vocero oficial del poder económico mundial del que hablo, es el periódico El País, cuyo más alto ejecutivo por muchos años, José Luis Cebrián Echarri, se encargaría de dar línea a los principales medios de comunicación en los siguientes países:
– Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guinea Ecuatorial, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, España, Uruguay y Venezuela; además de Puerto Rico. (Se habla también en Estados Unidos, Belice, Andorra y Gibraltar).
Cebrián, como Kissinger (quien por órdenes superiores le quitó el oro al dólar en 1971, para generar una cascada de devaluaciones, como la de LEA en México en 1976), fue uno de los más asiduos asistentes a esas reuniones clandestinas, a las que asisten los aspirantes a gobernar y donde reciben su “hoja de ruta”, como el presidente español Pedro Sánchez y sus antecesores Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, entre otros.
Todas las inflaciones en México ahí tuvieron su origen, como veremos en los escenarios pendientes de 1976, de Luis Echeverría Álvarez, donde haremos “autopsias” de esos fenómenos económicos, que revelan los movimientos de las piezas de ese ajedrez geopolítico.
Acaban de empezar las campañas electorales en México el periódico El País ya se apresura a hablar de “dos candidaturas fuertes”, que sólo él es capaz de ver.
Además de esos 485 millones de hispanoparlantes en Latinoamérica, están los 41.7 millones de latinoamericanos en Estados Unidos, segundo país con más personas que hablan español, después de México, la mayoría de quienes consumen esos grandes medios de comunicación que les legitiman procesos electorales fraudulentos y corrompidos.
Dice ese libelo hispano que, “por primera vez en 30 años de democracia, los mexicanos elegirán entre dos opciones sólidas y contrapuestas, un escenario típico de los sistemas pluripartidistas con balotaje o segunda vuelta electoral”.
Mentiras: En México no hubo democracia en 30 años, 24 de esos años, los seis de Luis Echeverría y seis de José López Portillo; así como la otra “docena trágica azul” de Vicente Fox y Felipe Calderón, no existió tal democracia, lo que hubo fue una descomunal “venta de garage” en los que los españoles volvieron a comprar oro con cuentas y espejitos.
Tampoco existe el balotaje, como llaman en Sudamérica a la segunda vuelta.
¿Y cuál es la otra “opción sólida”?
Por primera vez en 30 años de democracia, los mexicanos elegirán entre dos opciones sólidas y contrapuestas, un escenario típico de los sistemas pluripartidistas con balotaje o segunda vuelta electoral, dice El País.
Firmada la nota por Zedryk Raziel, el pasado 18 de febrero, alude a un lugar común al que se recurre a falta de fuentes fidedignas:
“Los especialistas coinciden en que, por primera vez, México experimentará una elección presidencial con las características del balotaje y o la segunda vuelta, disputada solo entre dos opciones contrapuestas”.
Pero no solo es el periódico El País, quien un día sí y otro también, denostan a México con sus improperios, sino el propio rey de España, quien realizó una ceremonia oficial, no para reco,nocer a una luchadora social, sino para burlarse de México, como la diputada Cayetana que se sube el ringo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha hecho naufragar algunas de las naves españolas, como Iberdrola, que durante esos 30 años de que habla El País, no se cansaron de saquear el tesoro mexicano.
LA COSA ES QUE…
Se trata de un proceso electoral más en la historia moderna de México, en la que ya la explotación, la usura, el cochupo, la corrupción y particularmente, la voraz intervención extranjera, de las potencias occidentales, nada tienen qué hacer aquí.
Acorde con el nuevo multilateralismo, sustituto del globalismo caduco, y la posición estratégica de México, entre los países más grandes del orbe, el nuevo orden mundial está más atento y amigable que en tiempos pasados.
Ahora, para que Occidente se pase de lanza, le va a costar porque le miran de cerca el Dragón y el Oso, y no lo permitirán.
Qué tal.