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Himno Nacional y bando presidencial a su pecho
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Ahuyentó a revolucionarios que amenazaban
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Obispo de Tula y alcaldesa presidieron festejos
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La Feria de Ixmiquilpan, la más larga de todas
Javier Rodríguez Lozano
IXMIQUILPAN, Hgo., viernes 16 agosto 2024.- El Cristo, mejor conocido aquí como El Señor de Jalpan, fue investido por el obispo de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez, y la alcaldesa Araceli Beltrán Contreras, con el bando presidencial antes que Claudia Sheinbaum, y con las notas del Himno Nacional Mexicano,
Y no fue después de ganar en las urnas, sino de ahuyentar a revolucionarios que amenazaban atacar a esta población y un general federalista, de apellido Eredia, oraría por la gracia divina para ganar la batalla y al conseguirlo, lo colocaría en el pecho de El Señor de Jalpan en agradecimiento.
Esto ocurrió entre 1910 y 1917, hoy El Señor de Jalpan cumple 254 años de su llegada al Valle del Mezquital, procedente de un poblado mexiquense de nombre Xalpan, y este jueves, como todos los años, fue objeto de un curioso ceremonial criollo: entre mestizo y castizo, con imaginarias cuanto imposibles arras nupciales que volvieran a unir a la Iglesia con el Estado, divorciada por Benito Juárez desde 1857.
El de ayer fue uno de los 52 días de duración de estos festejos que tienen todas las características de una Feria de Ixmiquilpan, aunque no sea promovida en ese sentido: empezó el 31 de julio y terminará hasta el 20 de septiembre.
El escenario fue la parte alta del altar del templo de San Miguel Arcángel, también construida en alguna parte del tiempo pasado, con todas las características arquitectónicas de una catedral, donde se congregó gran multitud.
Araceli Beltrán, consigna un medio de comunicación digital, exclamaría en un tweet:
“Que honor nuevamente colocar la banda tricolor al General de Generales, Señor de Jalpan. Nuestra cultura y tradición trascienden en el tiempo”.
Cuenta la leyenda que, desde lo alto del cerro del Cortijo, en la lontananza del Valle del Mezquital, los guerrilleros revolucionarios amenazaban con atacar a la población y la gente de aquí estaba empavorecida, no veía cómo hacer frente a lo que parecía una tragedia inminente.
Fue entonces cuando el general Eredia se postró a los pies de El Señor de Jalpan y le pidió con toda la serenidad, fe y angustia que anidaban en su pecho, que los ayudara para proteger a la población.
Y su ruego sería escuchado.
LA COSA ES QUE…
Se trata de una de las muchísimas imágenes tradicionales y folklóricas que tiene nuestra complejo y hermoso mosaico nacional, en todas partes y en todos sentidos, hay motivos para alegrar el corazón de la mexicanidad.
Ixmiquilpan, Hidalgo, es mucho más de lo que a simple vista parece, tanto por estos festejos de más de 50 días, como por el hospedaje que ya se convirtió en residencia, de aquel monolito espectacular que alguna vez luciera de forma icónica en el Paseo de la Reforma y trasladado a este lugar por un exregente del Distrito Federal, como se llamaba antes la Ciudad de México: La Diana Cazadora, un portento de belleza cultural.
Aquí concluye nuestro periplo por ahora, iniciado hace algunas semanas en un recorrido por Aguascalientes, Zacatecas, Mazatlán y el Valle del Mezquital.
Qué tal.