- AMLO les gana el debate
- Los famélicos corruptos
- Faltaron plumas al Águila
Javier Rodríguez Lozano
Miércoles 2 septiembre 2020.- Lo importante del II Informe Presidencial no es lo que los medios de comunicación opinen, sino lo que siente la mayoría de los mexicanos. Y ella quiere a su Presidente.
¿Hemos tenido el mejor gobierno en el peor momento?, como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador; ¿o tenemos el peor gobierno en el peor momento”, como opinan los corruptos a los que les han impedido saquear a México con hasta 560 mil millones de pesos?
Parece que la diferencia es clara, inobjetable; no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo como quien se niega oír, y es una minoría muy compacta y representativa.
Todavía, como desde el año pasado, la figura de Andrés Manuel López Obrador se mantiene sin competencia y el movimiento político que lo llevó al triunfo consolida también su ventaja sobre los adversarios.
Se trata del segundo informe presidencial que en realidad pareciera el primero en su género; es decir, totalmente nuevo y diametralmente distinto a los del viejo régimen.
Este informe del Presidente López Obrador nos recuerda lo que ya nos ya dicho con todo detalle en sus mañaneras, casi 500, y por tanto ya no sorprende.
“No es por presumir pero en el peor momento contamos con el mejor gobierno. Estamos enfrentando dos crisis al mismo tiempo, la sanitaria y la económica, pero sin dejar de lado los apoyos justos. Vamos saliendo adelante”, diría ayer el Mandatario.
El suyo ha sido un gobierno para los pobres y eso debe satisfacer solamente a los bien nacidos, porque “por el bien de todos”, aun del de aquellos que prefieren la explotación humana, “es motivo de orgullo poder decir que en siete de cada 10 familias está llegando cuando menos un beneficio, que es dinero de todos”.
Por eso no es tan relevante que los principales periódicos de México, alineados fielmente al poder económico mundial -como El Universal y Reforma- magnifiquen declaraciones del líder de la Coparmex, Gustavo de Hoyos.
Él dice que “tenemos el peor gobierno en el peor momento”. Es normal, claro que ese tipo empresarios del viejo régimen no tienen un gobierno al que cargarle sus cuentas.
Por eso es el énfasis de López Obrador al subrayar que para hacer frente a la crisis económica, en México se aplica una fórmula, “diría única en el mundo”, basada en dar apoyos y créditos directamente a la población más vulnerable, para reactivar la economía de abajo hacia arriba.
No le ha importante a AMLO que le reprochen “no emprender un rescate económico elitista para atenuar los efectos de la pandemia”; han sido más importantes los 23 millones de familias vulnerables apoyadas.
Y a pesar de los gobernadores de los estados, muy rezagados en esta nueva política social, el Presidente recordó las reformas al artículo 4º Constitucional que los obliga apoyar a los adultos mayores y a las y los niños con discapacidad, así como a estudiantes.
En el viejo régimen el primer párrafo de las notas de los periódicos era sobre la inversión del Estado a la educación, esto hay cambiado; sin embargo base decir que hay un nuevo sistema educativo mexicano.
En él destacan, por ejemplo, las 11 millones de becas para alumnos y alumnas pobres de todos los niveles escolares y el mantenimiento a las escuelas, “porque la educación no es un privilegio, sino un derecho para todo el pueblo”.
Las remesas han sido otro aporte muy valiosos para la economía mexicana, al crecer 10% este año, con unos 40 mil millones de dólares para el fin de año, con beneficio para 10 millones de familias.
Y el Informe Presidencial luciría sus glorias, la más importante de todas, quizás, configurada un gobierno austero y haber impedido que la clase política corrupta de otros tiempos se robara 560 mil millones de pesos.
“Por no permitir la corrupción y por un gobierno austero, hemos podido ahorrar alrededor de 560,000 millones de pesos… Saldremos de la pandemia con un mejor sistema de salud”
LA COSA ES QUE…
La nota política la dio una de las tres más importantes alas que la Revolución Francesa regalara al mundo en 1789 con la división de poderes, sin la cual no ninguna República está completa: No asistió el Poder Judicial.
El Legislativo ya opinará cuando se reponga del desagravio, pero el Ejecutivo, como tiene un “pecho que no es bodega”, aludió la ausencia del presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, y del fiscal Alejandro Gertz Manero.
Diría: “Miren como han cambiado las cosas, invité al fiscal general de la República y al presidente de la Suprema Corte de Justicia y no pudieron asistir. En otros tiempos eso no pasaba, porque ellos tienen la arrogancia de sentirase libres, este es el cambio, esta es la transformación”.
Sin duda, que de ninguna manera fue un raspón a los citados funcionarios, como se apresuraron a transmitir “las benditas -pero muy ingenuas e incultas- redes sociales” y también los periódicos ya citados, entre otros.
Cualquiera sabe que la riqueza de lenguaje no es una virtud de López Obrador -como tampoco lo es usar traje y menos con el saco mal abotonado- con relativa frecuencia utiliza vocablos que no dicen lo que él quiere decir; y a la inversa: usa términos con los que no quiere ofender a nadie.
Aquí le traicionó el subconsciente, es decir, dijo “arrogancia”, para dar entender la acción de “arrogarse” que significa, abrogarse, poseer, adjudicarse la “libertad o emancipación”, como describe el diccionario; y también, un término despectivo para decir lo contrario: “arrogarse una facultad que no tienen”.
Seguramente AMLO quiso decir, pero no pudo por la enorme emoción que le generaba un informe presidencial inédito, histórico, que tanto Zaldívar como Gertz son autónomos, libres, como cada uno de los poderes; por eso no estaban ahí.
No hubo tal raspón, se reduce todo a un tema de “riqueza de lenguaje” y nada más.
“Que no panda el cúnico”.
Qué tal.