- La guerra de El País y Global Times
- Ni verdad ni mentira; según se mira
- Pero nos ocultan lo más importante
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, viernes 11 marzo 2022.- La guerra mediática en el marco del conflicto armado ruso-ucranio, escala niveles impredecibles entre los periódicos líderes voceros de los poderes mundiales económico y político: El País de España y Global Times de China.
Un análisis “a vuelo de pájaro” de ambos criterios editoriales nos esclarece la hoja de ruta que sigue el mundo en estos momentos y permite vislumbrar cuál será el posible desenlace, aunque no en el corto plazo, sino para cuando Rusia renuncie a un derecho territorial o la Unión Europea encuentre su brújula, lo cual no ocurrirá nunca, decimos nosotros.
A los “diagnósticos” periodísticos de Occidente lanzados por el periódico español El País (considérese que su Grupo Prisa es propietario de gran parte de la prensa mexicana), que informan sin demostrar el fracaso de Rusia en Ucrania, el periódico Global Times (Tiempos Globales, de China) responde con en categórico editorial, que dice que “Europa necesita aguzar los ojos para ver a través del ‘lacrimógeno’ de EEUU”.
Pero el periódico Dragón es todavía mucho más lapidario al emitir una información que ningún periódico reproduciría en América y la Comunidad Europea, porque rebasaría con mucho el “tsunami” informativo desatado militarmente por Vladimir Putin en el suelo ruso-ucranio:
-China acusa a Estados Unidos de Norteamérica, de realizar experimentos en sus biolaboratorios financiados e instalados en Ucrania, con muestras de coronavirus de murciélagos, información desestimada por EEUU y, por supuesto, calificada de “conspiranoia”.
En el Día 16 de la guerra Rusa-Ucrania, el artículo en El País de un ingeniero industrial habilitado como “periodista de datos”, Kiko Llaneras –Ofensiva de Rusia en Ucrania, análisis- plantea luego de su encabezado “De la desinformación a la superinfomación: videos de TikTok y fuentes en tiempo real cambian la guerra de Ucrania”, que:
“Esta revolución transforma la inteligencia y puede hacer que Putin pierda una batalla. ¿Se disipa la niebla de la guerra?”
Dicho artículo de El País, como la mayoría sobre el tema, es dirigido a exclusivamente a suscriptores, lo que disminuye sus alcances de difusión, pero miente ostensiblemente al involucrar a TikTok como factor que haga perder una batalla a Putin, lo cual es imposible porque esa plataforma es china; y China no quiere el fracaso ruso.
En esa línea ibérica dirigida al hispanoparlante, Pilar Bonet, corresponsal por 34 años en suelo ruso, en su artículo “Ofensiva de Rusia en Ucrania. Ucrania grita, el mundo tiembla”, es presenta por El País, así:
“La invasión rusa fruto del fanatismo de Putin ha provocado un presente atroz en Europa y un futuro incierto a escala global. Desde el corazón del conflicto, la autora analiza la situación a partir de su profundo conocimiento de la región y con testimonios de primera mano”.
Pilar Bonet dice que la guerra de Putin saca del rincón a los parias del petróleo, que la invasión de Ucrania es un tsunami geopolítico que altera los equilibrios a escala global y que Occidente se acerca a Irán y Venezuela para apuntalar el mercado del crudo.
Otra nota de Andrea Rize pretende atemorizar al Kremlin informando que “un ejército de piratas informáticos amenaza a Rusia con ataques incesantes. Anonymus y otros grupos de ciberactivistas tratan de sabotear las infraestructuras rusas para frenar el impulso de Moscú en la guerra”.
“Ataques incesantes” que aún no se producen, porque son contradichos por los reporteros Manuel G. Pascual y Jordi Pérez Colomé, al explicar por qué la guerra electrónica (de momento) no ha aparecido en Ucrania:
“Internet funciona aparentemente bien en Ucrania tras más de una semana de invasión rusa. Además, los expertos en ciberespionaje están tratando de descifrar mensajes que las tropas rusas se mandan por radio en abierto, incluso con móviles convencionales. Son dos detalles sorprendentes para un país como Rusia, que está especializado en cortar las comunicaciones ajenas y proteger las propias en los conflictos en los que ha participado”.
Por supuesto, el periódico español también trata de “sensibilizar” ese género hoy más empoderado que nunca, la mujer, al afirmar a través de Azahara Palomeque, que “resulta más necesario que nunca un feminismo inclusivo, pacifista y ecologista que pueda frenar las derivas bélicas cada vez más desbocadas y que sitúe el foco de nuevo en la vida”.
Manuel Gómez informa que Suecia y Finlandia invocan el compromiso de defensa mutua de la UE frente a Rusia y dice que los 27 estudian fórmulas para anclar a Ucrania en el club comunitario y reforzar la cooperación en áreas como comercio y energía.
La contraofensiva china
El periódico Tiempos Globales, de China, firmas sus notas sin acreditar a reportero, articulista o especialista alguno, por ejemplo, da cuenta de declaraciones del canciller chino, Zhao Lijian, quien afirma:
“El desprecio de EE UU a las preocupaciones sobre las actividades biomilitares muestra una actitud irresponsable”.
Explica que “la comunidad internacional ha expresado una gran preocupación por las actividades biomilitares de EEUU y que EEUU descarte esto como ‘noticias falsas’ muestra una actitud irresponsable”.
Preguntado el jueves el Ministerio de Relaciones Exteriores de China sobre la negación de EE. UU. de operar en Ucrania laboratorios de guerra biológica, dijo:
“La comunidad internacional no tiene idea de lo que ha hecho Estados Unidos en su laboratorio doméstico de Fort Detrick y los 336 biolaboratorios que tiene en el extranjero”.
Los documentos mostraban que se habían realizado experimentos con muestras de coronavirus de murciélagos en los biolaboratorios fundados y financiados por Estados Unidos en Ucrania.
Diría más el canciller chino:
“Teniendo en cuenta la presión de EEUU y la OTAN sobre Rusia a través de la expansión hacia el este de la OTAN, que empujó a Rusia al conflicto con Ucrania, no se puede descartar la posibilidad de que los laboratorios se conviertan en fábricas estadounidenses para fabricar armas biológicas”.
Por otra parte, a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, el Banco ruso respondió ofreciendo tasas de interés del 8% para los depósitos en yenes,
(No olvidar que unas 400 toneladas de oro depositadas por la casa Rothschild de Londres en la Reserva Federal en 1944, pactado en la Conferencia Bretton Woods, apuntalaron el naciente liderazgo mundial del dólar estadunidense, hoy en crisis, lo que sugiere un escenario semejante para el yen desde Rusia).
El banco ruso anunció el miércoles que lanzará servicios de ahorro en yuanes, con una tasa de interés anual de hasta el 8 por ciento, con duraciones que van de tres a seis meses, informó Bloomberg, dijo Global Times.
En su editorial, el periódico chino plantea que Europa necesita aguzar los ojos y señala que:
“El martes, hora local, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció la prohibición de las importaciones rusas de petróleo, gas natural licuado y carbón. Esta es hasta ahora la sanción más dura lanzada por EEUU y sus aliados contra Rusia. Apunta a la arteria principal de la economía de Rusia y pretende ‘infligir más dolor a Putin’. Biden agregó que también habrá costos en Estados Unidos. Pero en general se cree que las personas en Europa serán principalmente las que sufran el dolor y los costos causados por estas sanciones”.
Los datos muestran que alrededor del 45 por ciento del gas natural de la UE provino de Rusia en 2021, y Rusia también es el mayor proveedor de petróleo de Europa. Los datos de la Bolsa de Valores ICE de Londres muestran que los precios de los futuros de gas en Europa aumentaron este lunes más de un 50% y superaron los 3.500 dólares por 1000 metros cúbicos. Por el contrario, EE. UU. no importa nada de gas ruso y solo el ocho por ciento de su petróleo y productos derivados del petróleo provienen de Rusia. Sin embargo, los medios de EE. UU. le siguen el juego a Washington y afirman que estas sanciones darán como resultado aumentos de precios en EE. UU. Este es un “lacrimógeno” que Washington ha puesto para Europa, resumió Global Times.
LA COSA ES QUE…
El mundo está cambiando y apenas nos damos cuenta.
Qué tal.