- Si Rusia gana Ucrania también dominará a Europa
- EEUU y GB dejarán de comprarle gas al Gran Oso
- Europa no puede cancelar compras de gas de Rusia
- En cualquier momento llegará inesperado invitado
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, jueves 10 marzo 2022.- Para el mundo queda claro que la guerra de Ucrania no solo decidirá el mapa político de Rusia, sino que también terminaría para Europa su infructuosa búsqueda de un firme liderazgo planetario.
Los 27 países de la Unión Europea, salvo la brexística Gran Bretaña, que con Estados Unidos convoca a boicotear la energía rusa, quebrarían si cancelarán sus importaciones de gas.
Son muchos los grandes medios de comunicación que concurren año con año –aunque estén suspendidas presencialmente después de 2019- a las reuniones secretas de las mujeres y los hombres más ricos del mundo, conocidos con el genérico de Club Bilderberg.
De cada reunión, cada uno de los propietarios de medios y sus representantes que concurren a esos cónclaves globales (que deciden los destinos del mundo), se lleva su correspondiente tarea, que no es otra más que la de difundir la información que se debe uniformar y la que se filtre fuera de ella es estigmatizada como “conspiranoia”.
Uno de los grupos empresariales con más asistencias ha sido el periódico El País, del Grupo Prisa, ya fuertemente posicionado en México como socio mayoritario de Televisa y gran participación en el futbol, cada vez más oscurecido por la corrupción e impunidad que vive.
Veamos la lectura que El País diera ayer al anuncio de Estados Unidos y el Reino Unido, de cancelar sus importaciones de gas, diametralmente asimétrica y totalmente desproporcionada para el resto de Europa, pues mientras la alianza anglosajona solo compra a Rusia un 6% de su consumo, Rusia le suministra a Europa el 60% de su producción de gas.
Pero, en el día 15 de la guerra en Ucrania, donde muchos no ven cómo pueda terminar y nosotros sí, pues Rusia será la gran ganadora, con China, por supuesto, por las señales que en este espacio iremos describiendo; como las siguientes:
El editorial de ayer de El País dijo que la debilidad del sistema energético de Europa era una verdad sabida, “pero la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha dejado al desnudo la gravedad del problema y su causa central: Europa es tremendamente dependiente del petróleo y el gas rusos”.
Para el periódico vocero Bilderberg, “puede empezar una etapa de retroceso o parálisis o puede provocar la asunción definitiva en Europa de un liderazgo firme hacia la transición en todo el planeta” … Que podría no ser europeo, decimos nosotros.
Uno de los tres grandes objetivos de Europa es liberarse de la dependencia energética de Rusia, concluyó el editorial de El País; pero no se ve cómo, decimos nosotros.
Cristina Galach, en su texto “Las tres derrotas de Putin”, asegura que: “Con sus mentiras, el presidente ruso está perdiendo la guerra en tres frentes, aunque sus soldados avancen: aislamiento económico, una mayor fragilidad social interna y una geopolítica a la contra”.
¿Será? ¿No hay algo o mucho de dicotomía en este escenario? Va ganando la guerra, pero la pierde geopolíticamente; esto no es así, más bien es el mensaje Bilderberg que todos los grandes medios de comunicación en México y el mundo deben reproducir, pero es una mentira, según “las claves de las implicaciones del veto de EEUU y el Reino Unido al petróleo ruso”, en la opinión de Ignacio Fariza, en el citado periódico vocero:
“De nuevo, por una cuestión de dependencia: Rusia es un proveedor menor para EE UU y el Reino Unido, pero para la UE es mucho más significativo. Más de la cuarta parte de las importaciones petroleras del bloque comunitario procede de ese país.
“Además, prohibirlas sin tomar una determinación similar con el gas tendría una lectura extraña. Y dar el paso con el gas no es ni mucho menos tan sencillo: las implicaciones económicas de esa medida serían enormes”
Si el veto se queda en EEUU y el Reino Unido, serán modestas:
“Sin embargo, si la UE, que le compra el 60% de su producción de crudo y una cantidad aún mayor de gas, opta por cortar amarras con su vecino del Este, el impacto sí sería enorme”.
Ah, y otro escenario, quizás el más importantes de todos, también es abordado por el colaborador de El País, Ignacio Fariza:
“Incluso si la UE acabase dando el paso, Moscú cuenta con una baza adicional: China, un coloso económico que necesita ingentes cantidades de crudo en su día a día, no ha dado ninguna indicación de que vaya a renunciar a su crudo. Hoy le compra aproximadamente la quinta parte de lo que vende al extranjero, pero caben pocas dudas de que Pekín vaya a aprovechar la oportunidad para hacerse con una mayor cantidad de energía a precio de ganga. Esa ocasión se extiende, según ha adelantado Bloomberg, a una posible toma de posiciones en el accionariado de grandes energéticas o firmas rusas del sector de materias primas”.
Aventura una hipótesis: “Una inversión de saldo, pero cargada de riesgo: nadie sabe cómo saldrá Rusia de la saga ucrania”.
Sí, sí se sabe, las señales son claras; es cuestión de tiempo… Decimos nosotros.
Si Europa se uniera a Joe Biden y Boris Johnson y cancelara sus compras de gas a Rusia, Alemania sería una gran perdedora, de acuerdo a Bernardo de Miguel, quien cita al viceprimer ministro de Asuntos Energéticos del Kremlin, Alexander Novak, al emitir este martes contundente mensaje, hablando del suministro al gasoducto Nord Strean I, si se sigue dudan de su credibilidad:
“Sabemos que estamos completamente legitimados para tomar esa decisión y declarar un embargo del gas que transita por el Nord Stream I, que está funcionando al 100% de su capacidad”.
Ese gasoducto, con capacidad de 55.000 millones de metros cúbicos, llega directamente desde Rusia hasta la costa de Alemania por el lecho del mar Báltico, explica De Miguel.
“No hemos tomado esa decisión”, dijo el dirigente ruso, que precisó que en esta batalla de la UE por reducir su dependencia “no habrá ganadores”.
LA COSA ES QUE…
En México hay políticos inteligentes que saben ver más el vaso medio lleno, que el vaso medio vacío, y aún más: hacer bueno lo malo y, sobre todo, posible lo imposible.
Hablamos de un inesperado invitado que puede llegar a México en cualquiera momento, para hacernos todavía más fuertes: El aumento en los precios de guerra del petróleo.
Qué tal.