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Premios Nacionales de Periodismo 2023
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Se premia la verdad y también la mentira
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Poder económico global es quien manda
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, viernes 1 diciembre 2023.- Lo de ayer en el Club de Periodistas de México, A.C., fue “un punto de encuentro”… Encuentro de sentimientos encontrados.
Por un lado, exaltación valiente y oportuna de la verdad contra la mentira; y por el otro, muchas mentiras, ambas, caras de la misma moneda llamada Libertad de Prensa, que recibían simultáneamente el Premio Nacional de Periodismo 2023.
Desde luego, esta vez no escribimos para el respetado lector de siempre, sino para aquellos que el finado columnista Juan Bustillos llamaba “Los iniciados”; es decir, para quienes saben leer al periodista, no al manipulado, inmensa mayoría en México y en todo el mundo, alimentada en su credo informativo por los grandes medios de información, “un día sí y otro también”, como acuñara el respetado Pancho Cárdenas Cruz.
Porque en este ensayo de crónica del Premio Nacional de Periodismo 2023, por respeto a la brevedad digital, resaltaremos solo un breve contexto y dejaremos mucho para pensar.
No tanto, pero sí recordando a aquel inicialmente incipiente reportero del Kansas Star, que para ingresar al periodismo se habilitara como chofer voluntario de ambulancia en la Primera Guerra Mundial, convirtiéndose años después en un ícono por la Guerra Civil Española, y a quien nuestra memoria le prende veladora todos los días y que se llamó Ernest Hemingway, lo mismo que al más grande de todos los periodistas de la humanidad de todos los tiempos, y que también fuera premiado ayer, pero con estruendoso aplauso: Julián Assange.
¿Por qué Hemingway?
Por aquella su novela de Por quién doblan las campanas, que llora en su epígrafe: “Cada que muere un hombre yo me disminuyo, porque yo también soy parte de la humanidad”.
Razonamiento con el cual rendimos respetuoso y humilde homenaje a cada periodista caído, al que el poder económico global, vía crimen organizado, dedica una lápida con una imaginaria leyenda que pareciera escrita por don Daniel Cosío Villegas: “Aquí yace el estilo personal de hacer periodismo”-
Al grano:
Se premió a una periodista jalisciense que valientemente denunció los excesos de un gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, ostensiblemente afianzado por el poder político a través de la delincuencia organizada mejor conocida como Cártel Jalisco Nueva Generación… Lo mismo que a gente de Proceso, La Jornada y medios digitales nacionales que merecen mucho respeto.
Y por otro lado, fueron premiados más de algunos comunicadores de otros países, lo que contradice lo de Nacionales de nuestros premios, acuñados por la única agrupación de periodistas que ha enfrentado y vencido siempre a todo tipo de poder público, fundada en 1961 por el reportero de El Sol de México y favorito en 1936 del presidente Lázaro Cárdenas del Río: Antonio Sáenz de Miera.
Sáenz de Miera, “El Charro” (apodo acuñado por un líder ferrocarrilero de Aguascalientes, que creara el charrismo sindical, aquel que distinguiera a Fidel Velázquez) un poco como Miguel Reyes Razo de Excélsior fuera para José López Portillo en 1979; Fidel Samaniego de El Universal, para Carlos Salinas de Gortari en 1988; y Carlos Pozos, Lord Molécula, para Andrés Manuel López Obrador en nuestros días.
Pero la otra cara de la moneda se llamó Antonio de Valdez, locutor de futbol perteneciente a Televisa, que es -como todos los grandes medios de comunicación de México y el mundo- los amos de la manipulación: Futbol, telenovelas, noticiarios y opinocracias oscuras solo obedientes al poder económico mundial y nunca, a las necesidades de información del pueblo, como tantas veces lo denunciara durante su campaña en 1988 Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, “Maquío”.
Es decir, hablar de periodismo es fácil para cualquiera, hoy hasta el Senado emite reconocimientos a comunicadores, igual que otras agrupaciones con menos peso que el Club de Periodistas de México, A.C., pero saber leer al periodismo no lo sabe hacer cualquiera; se necesita, como dice La Bamba, un poquito de gracia y otra cosita….
En 1954, en el poblado holandés de Oosterbeck,130 mujeres y hombres, los más ricos del mundo, formaron un Club al que le pusieron el nombre del hotel en el que se hospedaban: Bilderberg.
El único hombre que sobrevivió aquel inicio acaba de morir este 29 de noviembre y se llamó Henry Kissinger, a poco de cumplir 100 años de edad, el operador de ese verdadero gobierno global, responsable del mayor número de muertes en el mundo por las guerras que detonara toda su vida.
Ah bueno, pues ellos son las y los dueños de los más grandes medios de comunicación en todo el orbe, que ordenan qué es lo que se debe decir y qué es lo que no; y que inventaron e incentivan con su trabajo periodístico cotidiano el quehacer de, además de los medios, gobiernos, parlamentos, partidos políticos y redes sociales; han elegido bajo la mesa a los presidentes de Estados Unidos, desde John F. Kennedy y hasta Joe Biden, aunque tropezaran con Donald Trump 2016, y en este 2024 puede ocurrir lo mismo.
Lo que ellos dicen es “la verdad”; quienes digan lo contrario son “conspiranóicos”, “terroristas” y “dementes”, como explican los dos principales cronistas del tenebroso gobierno global llamado Club Bilderberg: la española Cristina Martín Jiménez y el lituano Daniel Estulin, miembro distinguido del consejo editorial del Club de Periodistas de México, A.C., de quien nadie se acordó ayer.
Así que 130 personas dicen qué es lo que deben creer ocho mil millones de personas en el planeta tierra y quienes digan lo contrario son borrados de los grandes medios de comunicación…
LA COSA ES QUE…
Algunos de ellos fueron premiados ayer.
Qué tal.