- Misterios de los Brujos Mayores
- El karma de “La botellita de jerez”
- Bicarbonato Sódico para el cáncer
- La Guadalupana no está en México
Javier Rodríguez Lozano
CATEMACO, Ver., viernes 30 diciembre 2022.- Los misterios de esta región -con Santiago y San Andrés Tuxtla- son mucho más de lo imaginado, aunque lo más visible solo sea la magia con la que los tres Brujos Mayores dominan no solo las penas de las almas terrenales, sino también las de las del más allá.
A nuestro regreso de la Península Yucateca hicimos escala de dos días aquí, en la veracruzana Región de los Tuxtlas, de donde en 1988 huyera despavorido el candidato presidencial del PAN, Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, el aguerrido e indomable “Maquío”, (íbamos con él), porque los brujos le habían advertido de un atentado, que se realizaría, sin embargo, un año después, disfrazado de “accidente automovilístico”, que su hijo Manuelillo se opuso que investigáramos.
Aquí buscamos respuestas a ciertas dudas y se nos repitió lo que en estos tiempos se nos ha exponenciado: Cada vez más se nos abre nuestro “tercer ojo”, que usamos desde niños, y vemos hasta lo que no queremos.
Así resolvimos muchos crímenes y grandes delitos en las fuentes policiaca y políticas, entre 1976 y 1987 en los periódicos La Prensa, y de 1987 a 1998 en El Universal; hoy no iba a ser menos.
Por ejemplo, el misterio de algo así como “La botellita de jerez”, que es aquella terrible condena inevitable que recibe toda persona que ordena trabajos para hacer el mal a alguien, como separar matrimonios, causándole la muerte al cónyuge, para despojarlo de sus bienes y poseer a la viuda; no se escapan, más temprano que tarde, del doloroso castigo divino que se extiende a varias de sus generaciones, como ocurre también con los karmas de las leyes del Universo.
Si la gente malvada supiera esto lo pensaría más de muchas veces; no sabe con quién se mete y cuando se entera es demasiado tarde, muchos inocentes resultan arrastrados por esa oscuridad perversa.
Antes de ahondar en este espeluznante tema demos paso a cumplir con lo ofrecido el pasado martes: La cura del cáncer es posible gracias solamente a un rápido tratamiento de inyecciones intravenosas de ¡bicarbonato de sodio!
Angélica Costa y Diana Árbol, en su libro Diversos Tratamientos Anticáncer de 2011, describen cómo se consigue ese milagro, dicen que las células cancerosas precisan de un entorno ácido para crecer y desarrollarse, ya que no pueden hacerlo en un medio alcalino.
“Pues bien, para contrarrestar rápidamente esa acidificación un oncólogo italiano, el Dr. Tullio Simoncini, utiliza algo tan simple como ¡bicarbonato sódico diluido en agua! logrando detener así el crecimiento de los tumores. Dilución que simplemente se ingiere o bien, cuando se quiere llegar rápidamente cerca del tumor, se aplica por vía intravenosa”.
Subrayan que no sólo asevera que es efectivo, sino que apenas tiene efectos secundarios. “Y asegura algo más: que la principal causa del cáncer -y de la acidificación- es un hongo: la Candida Albicans”.
Se preguntan:
“¿Puede realmente una sustancia tan común como el bicarbonato sódico ser esencial en el tratamiento del cáncer? Lo ignoramos, pero quien así lo afirma no es un médico generalista sino un oncólogo italiano llamado Tullio Simoncini (su web es www.curenaturalicancro.com) que mientras no se pronuncie la Justicia tiene prohibido hoy ejercer precisamente por afirmarlo y tratar así a numerosos enfermos”.
Agregan:
“Según asevera -y la verdad es que ahí están los testimonios de sus pacientes- con notables resultados. A pesar de lo cual es tachado por gran parte de sus compañeros de farsante… y eso que el sentido común indica que, puestos a engañar, siempre es más fácil hacerlo al amparo del sistema que enfrentándose a él, sobre todo habida cuenta de sus numerosos medios represivos: legales, corporativos, policiales y mediáticos. Claro que la opinión de Simoncini sobre lo que hacen sus colegas oncólogos tampoco es mucho mejor. ‘Hay que rendirse a la evidencia -afirma-. La Oncología contemporánea es incapaz de dar respuesta a los enfermos de cáncer y, por tanto, tenemos todos la obligación ética y moral de tratar de encontrar una solución correcta a la más grave y dolorosa enfermedad de nuestro tiempo”.
Hablábamos también el martes, del macro exorcismo ordenado a México por el Papa Francisco, que encabezara a puerta cerrada en la catedral de San Luis Potosí el obispo español José Antonio Fortea -sucesor del primer exorcista del mundo, Gabriel Amorth- el 20 de mayo de 2015.
El Santo Padre había sido informado por Amorth que la Virgen de Guadalupe había abandonado al pueblo de México, molesta por la aprobación del aborto en la Ciudad de México, por parte de la Asamblea de Representantes, el 24 de abril de 2007 (resuelto en muchos estados por la Suprema Corte de Justicia en 2017 dos ocasiones en 2018 y confirmado para todo el país el 7 de septiembre de 2021).
Esa -dijimos- es la causa de la violencia en México en los últimos 15 años, desde los gobiernos de Calderón y Enrique Peña Nieto, y que continúa con Andrés Manuel López Obrador.
Fracasó el macro exorcismo a México ordenado por el Papa Francisco y pareciera, como con El Chapulín Colorado, que no hay quien pudiera salvarnos; pero sí lo hay, si hay otra opción, tanto o más poderosa que la de San Francisco de Asís y Sylvester en 1226, o algo así.
Lo platicamos luego.
Pero, ¿cómo se enteró el padre Gabriel Amorth de que la Guadalupana ya no estaba en México, que se había retirado indignada por el aborto?
Dos años antes, un domingo de Pentecostés en el Vaticano, el Papa Francisco se encontraría frente a frente con Ángel, un michoacano con quien el cardenal más influyente y poderoso de México, el nochistleco Juan Sandoval Iñiguez, se había rendido, ante la incapacidad de exorcizarle a los demonios que lo poseían,
Ángel, de 43 años, narraría al periódico español El Mundo, peripecias de los 14 años que había sido poseído por los demonios, desde el momento en que, viajando en un autobús de pasajeros en la Ciudad de México, sintiera una pesadez extraña que penetraba en su cuerpo.
El padre Juan Rivas, enviado por Sandoval Iñiguez, que llevaba a Ángel en silla de ruedas, le diría al Papa cuando se aproximaba a ellos: “Santidad, esta persona necesita su bendición. Le han visto 10 exorcistas, le han hecho más de 30 exorcismos y los demonios que lleva dentro no quieren salir”.
Francisco ordenaría una investigación y así supo que la Guadalupana no estaba en México y que los demonios se habían apoderado del país a través del crimen organizado y de muchas mexicanas y muchos mexicanos que se oponen al restablecimiento de la paz, aun en 2022 y 2023.
LA COSA ES QUE…
Este primer lunes del nuevo año les platicamos de los demonios en la Sucesión Presidencial, de cómo los brujos de Catemaco ayudaron a Andrés Manuel López Obrador con una “limpia”, para ganar las elecciones de 2018; quiénes son las corcholatas que buscan aquí alinear sus astros y por qué un gabinete de brujos protege día y noche a Felipe Calderón. ¡Ay nanita!
Qué tal
Momentos de un domingo de Pentecostés de 2013 en El Vaticano, cuando el presbítero Juan Rivas presenta al papa Francisco a Ángel, un michoacano de 41 años de edad poseído por cuatro demonios abordo de un autobús de pasajeros en la Ciudad de México: “Santidad, esta persona necesita su bendición. Le han visto 10 exorcistas, le han hecho más de 30 exorcismos y los demonios que lleva dentro no quieren salir”, diría el prelado mexicano al Sumo Pontífico; y por supuesto, fue un exorcismo exitoso a los ojos del mundo.