COSA DE PRENSA / Andrés Manuel

  • Hoy estará aquí, ¿para qué?
  • Aguascalientes, un olvidado
  • Se cansa de tanta pinche transa

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

 

Viernes 21 agosto 2020.- Hoy estará en Aguascalientes el presidente Andrés Manuel López Obrador y seguramente la suya será más bien una visita de cortesía que una gira de compromisos solemnes.

 

No quiere a Aguascalientes, como lo demuestra la bitácora de su primer año de gobierno.

 

Pero no es por el estado que tanto quisieron el nayarita Amado Nervo y el zacatecano de padres aguascalentenses Manuel M. Ponce, sino por las autoridades que teniendo la responsabilidad de promover al estado políticamente no lo han hecho, y ni lo harán porque no saben cómo hacerlo, no están hechas para la política.

¡Saaabe!

En la mañanera de Querétaro alguien le preguntó acerca del ferrocarril de pasajeros y quienes sabemos leer el lenguaje corporal vimos con decepción cómo se deslindaba del tema y de plano decía que se aceptan postores.

 

Es decir, la Cuarta Transformación que nos quieren vender, “cucha”, como decimos en provincia, no construirá el ferrocarril de pasajeros que iba con mil 558 kilómetros desde la Ciudad de México hasta Ciudad Juárez, obra portentosa de don Porfirio Díaz.

 

Andrés Manuel López Obrador no tiene la más remota idea de lo que significa el ferrocarril de pasajeros para Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas, La Laguna (Durango-Coahuila) y Chihuahua.

 

En esa columna vertebral de la Patria en rieles se hizo el país que hoy tenemos y también, hay que admitirlo, se olvidó al sur, desde el primer municipio de México que es Veracruz hasta la cuna de la Casta Divina, Yucatán.

 

Desde luego, por supuesto que está sobradamente bien que la infraestructura de la 4T se enfoque al sur-sureste, naturalmente que sí, en ese trajinar podríamos olvidarnos de las intentonas de secesiones chiapanecas y yucatecas como las del pasado.

Lo que de aquellas experiencias nacionalistas quedó es el secesionismo, es decir, la falta de identidad de los mexicanos del sur, los del centro y los del norte; qué caray.

Por eso no es justo que se sacrifique al resto del país. Aquí López Obrador no está bien.

 

Bueno, ya lo hemos dicho: ni en la vida, ni en la familia, ni en la sociedad hay perfecciones; menos en la política.

 

¿A qué viene Andrés Manuel López Obrador a Aguascalientes?

 

Fíjese amable Lector, unos amigos empresarios del Grupo San Pancho, los señorones Sandovales pues, desde los primeros instantes de su administración ya le habían regalado al Gobierno Federal amplios terrenos en Jesús María para poner los cuarteles de la Guardia Nacional y construir una universidad.

 

¿Y qué cree Usted que pasó? El gobierno del estado se enteró y maniobró en esos mismos terrenos  y se tuvieron que cancelar los planes.

 

La escuela superior se iría a Calvillo y ya ni le cuento con los terrenos cercanos a una amplia propiedad del senador taurómaco y moreno Armando Guadiana en Jesús María, amigazo de Gabriel Arellano, perdedor éste con la energía eólica cercana a su rancho, por la debacle de la reforma energética; monedas de 15 centavos, pues, con todo y la amistad con Ricardo Salinas Pliego; otra oscura historia.

 

Por supuesto que las grillas con los terrenos le molestaron al Presidente, extrañó a Nora Rubalcaba Gámez, hábil operadora, que para entonces andaba vendiendo con Hacienda los automóviles de lujo que dejara Enrique Peña Nieto.

 

Aldo Ruíz Sánchez, delegado federal, recibió la donación de aquellos terrenos pero tampoco pudo, por inexperiencia, sentido común y colmillo político, obvio, un chamaco bizoño,  no supo cómo encauzarlos correctamente y prefirió correr.

 

Sin embargo, Aldo sí dejó que en las pasadas elecciones algunos vivales vendieran candidaturas morenistas hasta en los 100, 300, y 500 mil pesos, un delito federal; y lo documentamos si nos lo piden, claro. Solo doy un apellido: Sandoval en San Francisco del Rincón.

 

Arturo Ávila Anaya es el más claro ejemplo, pagó infructuosamente millonadas y unos cuantos pesos a medios de comunicación que le conceden “autoridad moral” para la grilla, pero no la tiene, su patrón Carlos Lozano es otra historia olvidada.

 

Por eso aquel día de la explosión del huachicol en Tlahuelilpan, procedente como hoy, de Zacatecas, López Obrador pasó por Aguascalientes y a ninguna autoridad le avisó del paso de su comitiva. ¿Pa’ qué, no tenía caso”, pensó el peje pero no lagarto.

 

A los únicos amigos que quiere AMLO en Aguascalientes son Nora y su esposo Fernando Alférez, quemado éste por brincar de una a otra asesoría como con el ultraconservador panista Fernando Herrera, pero Andrés Manuel los quiere bien; más a la maestra y él sabe por qué.

 

Aldo Ruiz es coyuntura. Después de las elecciones de 2021 que ganará de calle Morena en Aguascalientes, el mapa geopolítico local será otro; hasta sorpresivo.

 

Aguascalientes, le platicamos a la directora de El Heraldo de Aguascalientes al pedirle chamba de reportero que nos negó, quizá porque no estamos a la altura de lo que hacen  los periódicos del argentino Mauricio Bercún (QEPD), “es una de las entidades más olvidadas por el Centro”.

En su primer año de gobierno el Presidente de la República recorrió unos 162 mil kilómetros (equivalentes a cuatro vueltas al mundo) a partir del 2 de diciembre de 2018 que viajó a Veracruz.

 

Poco antes de cumplir sus primeros 100 días el suceso más doloroso para él y para todo México ocurrió cuando procedente de Zacatecas se internaba en Aguascalientes y era enterado de la explosión de Tlahuelilpan.

 

El 13 de abril de 2019 que pasó por aquí se detuvo un par de horas en el Hotel Misión y después saldría con su comitiva de tres camionetas Suburban negras con destino a Hidalgo.

 

No tendría comunicación oficial alguna con autoridades locales.

En el citado primer año de su gobierno el Presidente visitaría 19 veces Oaxaca y 15 ocasiones Veracruz.

 

Les siguen en visita frecuente los estados de México, Yucatán, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Nayarit, Puebla y San Luis Potosí, con más de una decena de giras en cada entidad.

 

 

Y los estados menos visitados por López Obrador serían:

Aguascalientes, Baja California y Baja California Sur, Querétaro, Tamaulipas, Quintana Roo y Guanajuato, con dos o tres visitas en cada entidad.

 

LA COSA ES QUE…

 

No estaremos en la mañanera aguascalentense de López Obrador porque quienes reparten los gafetes -el gobierno del estado- no nos consideran como medio de comunicación; es decir, siguen sin aprender.

Ellos, políticos, pronto son echados al crisol del olvido; y el periodismo vertical es para siempre, mientras haya una hemeroteca.

Por eso, en otra ocasión iremos personalmente a Palacio Nacional a preguntarle al Presidente sobre la posición de México en la geopolítica.

Ésa en la que de repente la ONU le da a México un asiento en el Consejo de Seguridad y luego le vende vacunas y millonarias asesorías, que en nada envidian las tranzas de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

 

¿Sabe AMLO que ese neoliberalismo que combate en México mangonea a casi 200 países en la ONU?

¿Sabe algo el Presidente de lo que es el gobierno global que, por ejemplo, en estos momentos festeja el golpe de Estado en Mali, celebra la alianza árabe-israelí  y desconoce el resultado electoral en Bielorrusia?

Y además, ¿sabe que tarde o temprano la 4T tendrá que revisar la Doctrina Estrada, que establece la no intervención  y la resolución pacífica de las controversias, porque resulta que el gobierno global que nadie eligió, salvo “los amos del mundo en el Bilderberg”, mandan en todo; y todo es todo?

De eso le queremos preguntar.

El Presidente clamó: “El pueblo se cansa de tanta pinche transa”.

 

Qué tal.

 

 

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