- Marmolejo, sus raíces
- La ceremonia fúnebre
- Poema de la Cristiada
Javier Rodríguez Lozano
(4ª y última parte)
AGUASCALIENTES, Ags., lunes 1 de octubre de 2018.- Hoy concluimos la sintetizada historia de un distinguido personaje, una de las piedras filosofales que dieran su más amplio sentido a la nobleza de los valores aguascalentenses, aquel de “La Gente Buena”: Jesús Marmolejo Pérez (1886-1966). En su lugar y tiempo la mayoría de la población no sabía leer ni escribir, con raíces chichimecas en las que la palabra náhuatl “wey” describía a quien no sabía expresarse, y la suya sería una voz de los pobres, con que daba sus primeros pasos en México la justicia social. En las venas de Jesús Marmolejo Pérez, quizás corría sangre de uno de los 200 hidalgos que con el Rey Fernando III en 1248 conquistaran Sevilla, Fernán Fernández el de Marmolejo; y de aquel Alonso Marmolejo que en 1551 arribara a la Nueva España… Willy Gómez Marmolejo nos relata del deceso de su abuelo Jesús Marmolejo Pérez: “Efectivamente, le dieron el espacio en el Panteón Municipal para su sepultura, pero sus propios compañeros campesinos que vieron que pasó el tiempo y no se hacía nada, simplemente mandaron hacer una lápida sencilla, como era él, de cantera, con unas frases muy modestas, ahí están todavía: ‘En honor a Jesús Marmolejo Pérez de sus amigos y compañeros los campesinos de Aguascalientes’. Así de sencillo. Obviamente, no fueron todos. La idea fue de unos, no sé, cinco o seis gentes, y no sé cuánta gente cooperó porque, bueno, para esa gente aún una cosa modesta era costosa y lo hicieron ellos. Y me halaga más eso, me da más gusto eso, a que se haya honrado su memoria por parte del régimen y al sistema al que sirvió y al que perteneció. Y finalmente, en el discurso se dicen cosas y a la mera hora ya no”… En la ceremonia fúnebre del 30 de diciembre de 1966, el entonces diputado J. Refugio Esparza Reyes, iniciaría su discurso con unos fragmentos de Amado Nervo a la memoria de Jesús Marmolejo Pérez: “Llora tanto a tus muertos, que no parece otra cosa sino que tú eres eterno. / ¡Déjalos que se vayan! / ¡Déjalos que limpien el polvo del camino! Que al fin, si ellos se van en la corrida de las 6, o de las 8, tú te irás en la corrida de las 10, o de las 12; pero tenlo por seguro que habrán de verse en la misma terminal”… En el octavo de los 20 párrafos de aquel escrito, Esparza Reyes diría: “Jesús Marmolejo Pérez fue una institución viviente, polarizó el cariño y respeto de cuantos lo trataron. Sus méritos indiscutibles, como luchador por la causa de la tierra, nadie los puso, ni los pone, en duda. Por el contrario, se le reconoce como uno de los pioneros del agrarismo en el Estado”. En párrafo 12 dice: “A su manera, rústico al fin, convencía fácilmente a las gentes para que se aprestaran a luchar. Todo era hablarles en su propio lenguaje. Inspiraba confianza y se hacía estimar de inmediato. Tuvo vocación de líder y fue de los buenos. Con una intuición e inteligencia naturales, supo hacer que los grupos se aglutinaran en torno de los organismos nacientes: El Partido Nacional Revolucionario y la Confederación Nacional Campesina, que han sido decisivos en la vida de México”… Es importante hacer notar –nos dice Willy Gómez Marmolejo- que entre 1926 y 1929 se funda la Liga Nacional Campesina, con Úrsulo Galván, y en un congreso constituyente al que asistiera Augusto César Sandino y donde no estaría representado Aguascalientes. “Hasta 1934 se fundaría la Liga de Comunidades Agrarias de Aguascalientes, con Teodoro Olivares Calzada como su primer secretario general, a quien sustituiría en su momento mi abuelo Jesús Marmolejo Pérez, que había sido tesorero del primer comité directivo”.
LA COSA ES QUE…
“El Corrido de los Cristeros”, (dominio público), relata: “El año del 27 / por la presente ocasión / Estado de Aguascalientes / siempre anda en Revolución / Pues el día 15 de octubre / Señores, tengan presente / Salió Jesús Marmolejo / a combatir con su gente”; qué tal.
