COSA DE PRENSA

 

Luis Espinoza Marmolejo, secretario particular del gobernador Enrique Olivares Santana, en el velorio de Jesús Marmolejo Pérez, el 28 de diciembre de 1966. Atrás, Pedro Reyes Rangel, hermano de Jesusita, esposa de Refugio Esparza Reyes. A un lado, quizá Bernardo, ¿o José Manuel?, Gómez Marmolejo, uno de las y los ochos nietos Gómez Marmolejo del líder agrarista.

 

  • El Corrido de los Cristeros
  • Algo de no querer ni hablar
  • Don Jesús Marmolejo Pérez

 

Javier Rodríguez Lozano

(3ª de 4 partes)

 

AGUASCALIENTES, Ags., lunes 24 de septiembre de 2018.- “Ya con esta me despido / Con flores sobre un espejo / Estos versos son compuestos / a Don Jesús Marmolejo”… Es el catorceavo y último párrafo de El Corrido de los Cristeros, que después de 1927 en que fuera escrito por el dominio público, nunca sería hallado  ni difundido por crónicas como las de los historiadores, el francés Jean Meyer, Luis González y González, Mónica Uribe, Roberto Guzmán Quintero, ni Ricardo Ramírez, para quien en México era un: “No querer hablar de La Cristiada, como los alemanes, del Holocausto Nazi”. Muchas más de 250 mil vidas cobraría aquel conflicto entre 1926-1929 y en la Segunda Cristiada (1936-40), cuando antes de terminar su presidencia Calles instauraría la educación socialista. En 1940 Cárdenas cedería la reapertura de los templos católicos, pero no lo demás. Para los historiadores, como ocurre actualmente con el Centralismo, Aguascalientes no figuraba en la Cristiada, solo: Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí, Colima, Michoacán y Zacatecas. El bando del catolicismo lo conformaban obispos, sacerdotes y feligreses; y el de sus adversarios, además del Ejército, también los agraristas… El pasado lunes quedamos de escribir hoy sobre Jesús Marmolejo Pérez y el agrarismo. Continuamos con la historia de uno de los más grandes líderes agraristas aguascalentenses… Es Jesús Wilfrido, uno de los siete nietos Gómez que lo sobreviven –con Rosa María, José Manuel, Jaime Héctor, Martha Elena, Laura Angélica y Norma Cecilia- quien nos relata: “Jesús Marmolejo Pérez fue un referente como líder campesino, como líder agrario en la entidad, de tal manera identificado en tiempos del gobernador Enrique Olivares Santana (1962-68), que lo pusieron como parte de un grupo de tres personas con la misión de trabajar en buscar la manera de convencer a las comunidades campesinas, fundamentalmente los ejidos, para que aceptaran la luz eléctrica”. En aquella época –nos cuenta Willy Gómez Marmolejo- el profesor Olivares Santana promovería la electrificación, tras la nacionalización del presidente Adolfo López Mateos el 27 de septiembre de 1960. Lamentablemente, la desconfianza de la gente del campo con el Gobierno les hacía sentirse engañados y creían que la electrificación sería otra estafa. “Y gracias, lo digo con orgullo, gracias a la participación de mi abuelo Jesús Marmolejo Pérez, del profesor Pedro Reyes Rangel, hermano de doña Jesusita, la viuda del profesor Refugio Esparza Reyes, y otra persona que era muy importante en el municipio de El Llano, el señor José Delgado, aquello fue posible y Aguascalientes se convertía en uno de los primeros estados del país en iluminarse con electricidad”… En aquellos tiempos, como en éstos, la gente se iba de braceros, en busca de una mejor vida. Se iban de manera temporal y Jesús Marmolejo les conseguía los permisos. “Se los daban a él precisamente por su honestidad, buscaba repartirlos de manera lo más equilibrada y justa posible y sin que hubiese a cambio absolutamente nada. Él decía que tenía su oficina afuera de Palacio de Gobierno, que era una de las bancas pegadas afuera de las bolerías (frente al Restaurante San Francisco) y ya sabían que Jesús Marmolejo ahí estaba sentado y acudían los campesinos como si fuera una audiencia, a pedirle favores de diferente tipo y él era conducto por el cual muchos problemas, pequeños, grandes, para aquellas personas se les solucionaban. Willy, el tercero de los ocho nietos Gómez de don Jesús Marmolejo Pérez (Bernardo, el mayor es finado) nos relata que su abuelo falleció el 28 de diciembre del año de 1966, “después de una larga trayectoria, siempre al lado de las causas más justas, de las razones más populares, y apoyó en su momento a gentes como el profesor Refugio Esparza Reyes, Daniel Muñiz (autor de la columna política que se publicara en el periódico Novedades, de Rómulo O’Farril, en la Ciudad de México), y a otros personas que omito sus nombres porque por prudencia pero, finalmente, en su tiempo ayudó a mucha gente del campo.

LA COSA ES QUE…

El próximo lunes cerramos esta serie con El Corrido de los Cristeros; qué tal.

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