COSA DE PRENSA

 

  • El problema no es el político

  • Se doblega quienes se dejan

  • Nuevo liderazgo: La Jornada

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., jueves 2 de agosto de 2018.- Gozamos del privilegio de lectores de calidad, con quienes hemos conversado largamente sobre el apasionante periodismo y su relación con el poder político, crisol también de pasiones desbordantes. A lo largo de los últimos dos años hemos visto en Aguascalientes cómo crece la corrupción, que va a hacer mucho ruido en un par de años, por allá de 2020, cuando esté al rojo vivo la disputa por la gubernatura del estado, que esta ocasión contará con un ingrediente novedoso, totalmente impensado y el cual ya prendió las alarmas en las 32 casas de gobierno de igual número de entidades del país: la presencia de un embajador plenipotenciario del Gobierno Federal, que rivalizará y competirá cuerpo a cuerpo, nariz con nariz, con los gobernadores y, en no pocos casos, obnubilará sus cacigazgos. El caso local será un tema de campaña electoral que dará mucho quehacer a los medios de comunicación que se respeten a sí mismos… En ese sentido, una de las voces de respeto que nos privilegia con su lectura, nos comenta acerca de nuestro tema de ayer. Nos dice: “Don Javier, buenos días… Insisto en algo que ya hemos comentado, el problema no es el poder político sino el poder económico. Se doblegan los ‘periodistas’ y los medios ‘informativos’ que se dejan o de plano eso es lo que pretenden. Muy pocos como usted, que saben ejercer el oficio con dignidad, profesionalismo y ética… Por otro lado, no basta con criticar al gobierno o a los políticos o a los funcionarios (que debe hacerse, ya que la crítica periodística es uno de los pilares de la democracia), sino también abordar los problemas de orden social, económico y cultural; las cuestiones que surgen debido (a) la excesiva fortaleza de los poderes de hecho, ya sea empresariales, grupos paramilitares, delincuencia organizada, clericales, sindicales, mafias universitarias y hasta de ‘medios informativos’ que son cualquier cosa menos medios de información y menos de comunicación, no sólo son empresas mercantiles (que sí no tiene nada de malo) sino que son arietes para presionar a veces chantajear, para negocios a veces transparentes y a veces turbios coludidos precisamente con el poder político y con el poder económico, con malos funcionarios y con malos empresarios… En fin, no le voy a enseñar a usted… Lo felicito y le envío un abrazo con afecto” … (Bueno, nos deja sin palabras, no estamos acostumbrados a que alguien en esta tierra, perciba con fina agudeza y honesta objetividad, lo que es el ejercicio periodístico y su relación con el poder). Otro abrazo, de regreso, y mil gracias por su comentario… Ya desde la primera transición, hace 18 años con la llegada de Vicente Fox, se pensaba en muchos cambios, al menos dos esenciales que, sin embargo, nunca se dieron: Que el PRI cambiara de nombre, lo cual consideró aberrante nuestro amigo Héctor Morales Corrales, jefe de prensa de Ernesto Zedillo en la Secretaría de Educación, con Esteban Moctezuma Barragán; y una nueva relación de la prensa con el poder político. No pasó nada. El partido de Plutarco Elías Calles continuó con su misma identidad y los medios igual, crecieron para seguir siendo los mismos… Como dice el lunfardo argentino: “Cállate che, que vos también tenés tu historia”. Cada gran periódico, y aún no tan grande como los de la provincia mexicana, tiene su propia historia. En 2000 se creía que también los medios de comunicación debían ser sentados en el banquillo de los acusados y actualizar la calidad moral con la que operaban, pero tampoco ocurrió nada. Como dice nuestro amigo Carlos Ferreyra, ha sido un sueño guajiro de todo presidente de la República, controlar a los medios y para ello ha recurrido a “métodos” que muy seguramente serán enterrados al próximo 30 de noviembre, porque no creemos que el nuevo régimen los vaya a poner en práctica también, salvo una honrosa excepción, la del periódico La Jornada, que llegará a esa fecha con el último aliento.

LA COSA ES QUE…

Es decir, su astringencia financiera lo ha asfixiado muchas veces en los últimos dos años, pero sobrevivirá, financieramente renovado, a partir de 2019, por ser el único que se la jugó, no solo los últimos 18 años con Andrés Manuel López Obrador, sino los 34 años de su existencia, en la izquierda mexicana; qué tal.

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