COSA DE PRENSA

 

 

  • El poderosísimo sector privado
  • En toda sucesión presidencial
  • Respetar el derecho a disentir

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., jueves 7 de junio de 2018.- Igual que en 1929 se creara la Confederación Patronal de la República Mexicana para contrarrestar al Partido Nacional Revolucionario hoy PRI, en 1962 de fundó la cofradía del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, para protegerse de actos como la nacionalización de la industria eléctrica de Adolfo López Mateos (1958-64). Desde entonces está presente en toda sucesión presidencial… Con olfato periodístico no es muy difícil inferir, sospechar, analizar, deducir e imaginar, qué es lo que pudo haber sucedido en una reunión secreta entre los personajes más importantes del momento, los dueños no solo del capital sino de la mayor organización, y los candidatos presidenciales. Cuando naciera la Coparmex, sindicato patronal impedido estatutariamente a participar en política, pero que es la arena donde mejor se desenvuelve, se trataba de defender las estatizaciones que se veían venir con los candidatos del PNR, desde Pascual Ortiz Rubio y hasta Lázaro Cárdenas, como la afectación del latifundio más grande de América Latina, de la familia de Juan Sánchez Navarro, ideólogo del sector privado por muchos años. Hoy, en 2018, con las declaraciones de Paco Ignacio Taibo II de confiscar las empresas antilopezobradoristas, no solo el más de medio centenar de integrantes del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios se alarman, sino la gran mayoría del empresariado nacional, predominante micro, pequeño y mediano… Más allá de los tres debates presidenciales, en realidad la pasarela de los candidatos con el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios es el más importante de todos los escenarios. Decíamos, reporterilmente hablando, que no es nada difícil imaginar qué es lo que sucede en las reuniones secretas, hay varios indicadores que emiten señales a gritos. Por ejemplo, no solo el lenguaje corporal, que ya es suficiente, sino también un conjunto de detalles, de esos que asfaltan los caminos del infierno… En sus versiones oficiales, tanto en comunicados como en entrevistas, las 92 palabras de José Antonio Meade Kuribreña y las 99 de Ricardo Anaya Cortés, quieren decir muchísimo más de lo que dicen las dos mil 106 palabras del boletín de prensa de Andrés Manuel López Obrador, más allá de que la revista Etcétera, con mucho el medio más objetivo en estos menesteres, haya visto a un AMLO serio y reservado, al término de su encuentro con algunos miembros de “la mafia del poder”. Todo periodista experimentado sabe que cuando en estas reuniones secretas se producen consensos trascendentes, lo ideal es el silencio. Mientras menos se hable de ellos mucho mejor. Meade y Anaya se sintieron como peces en el agua y enclaustraron su euforia, mientras que AMLO informó mucho más, como que si gana las elecciones habrá acuerdo entre los sectores público, privado y social, por el bien de México, algo matemáticamente lógico. Y lo que no ocurrió, también es otra señal del tamaño del estadio Azteca, fue que no se acordó suspender los llamados al voto razonado por parte de los empresarios, ni se da marcha atrás a la cancelación de reformas como la Energética y la Educativa, ni menos aún al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México… El Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, integrado por unos 60 empresarios en los que hay también mujeres, sesiona en privado y emite comunicados de prensa solo muy coyunturalmente. Gentes como Claudio X. González, heredero del liderazgo ideológico de don Juan Sánchez Navarro, ha estado muy cerca de por lo menos los últimos seis presidentes de la República, desde Miguel de la Madrid y hasta Enrique Peña Nieto, incluyendo a Fox y Calderón; Emilio Azcárraga Jan, de Televisa; Alberto Bailleres, Germán Larrea, Alberto Tricio y su presidente, Alejandro Ramírez, entre muchos otros.

LA COSA ES QUE…

José Antonio Meade ofreció al sector privado disminuir inseguridad con prevención e investigación, porque “todos queremos un México chingón”. La jocosidad es la mejor manera de proteger el dato duro. Igual hizo Anaya, quien coincidió con el CEESP acerca de crear más empleos y mejor pagados. Y AMLO, aceptó que en la democracia se debe respetar el derecho a disentir; qué tal.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *