- Si se miente la corteza cruje
- Dícese del Árbol de Cracovia
- El pueblo canta una alegoría
Javier Rodríguez Lozano
AGUASCALIENTES, Ags., lunes 14 de mayo de 2018.- Hablar de corrupción e impunidad no es privativo de los candidatos, ha sido una obligada tradición que distingue a los medios de comunicación desde que fuera inventado el periodismo. Incluso desde antes, por ejemplo, desde aquel Árbol de Cracovia del París de la segunda mitad del Siglo XVIII, descrito por Robert Darnton para explicar el origen de la opinión pública, que hoy llamaríamos la primera sociedad de la información, con implícitos epítetos de corrupción e impunidad. Un fragmento de Francisco Casavella en Lo que sé de los vampiros, lo explica mejor. Welldone escribe a Martin de Viloalle el 15 de octubre de 1781: “Si vas a París alguna vez, Martin, acércate al Palais-Royal. No hay que buscar mucho para hallar en sus jardines el llamado Árbol de Cracovia, una gran nogal donde se reúnen los nouvellistes de bouche, los chismosos de la ciudad, quienes comentan, llevan y, sobre todo, traen noticias que afectan a la corte. Lo que se lee en los libros prohibidos y en libelos, lo que se dice en salones y en sociedades secretas, las impertinencias que llegan de antecámaras… Dicen que cuando alguien cuenta una mentira a la sombra del Árbol de Cracovia su corteza cruje… ¡Ya lo quisiera Dios! Lo importante, Martin, es que en cada corte, en cada ciudad, en palacios y cabañas, brota un arbolito de Cracovia”… Cuando el director general del Registro Público de la Propiedad y el Comercio de Aguascalientes, Adolfo Suárez Ramírez, aquel coordinador del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional en la LXI Legislatura, quien tan inteligente como silenciosa y eficientemente operara, a través de la diputada Sylvia Garfias el apoyo a Juan Manuel Ponce Sánchez para que asumiera como presidente del Poder Judicial del Estado, a su llegada a ese escritorio se encontró con una pequeña muestra de la corrupción y la impunidad de que hablamos en este espacio: dos intentos de registrar escrituras falsas de propiedad inmobiliaria. Naturalmente, una vez detectadas el político y hoy funcionario jusúsmariense las echó para atrás y les negó el registro, pudiendo haberse judicializado el asunto. Pero ahí quedó la muestra de uno de los más grandes escenarios fraudulentos que en Aguascalientes duerme el sueño de los justos, es decir, en la impunidad… ¿Por qué decimos esto? En el viacrucis que una cincuentena de familias recorrieron en los últimos 11 años, para defenderse del intento de despojo de sus viviendas en el poblado de San Miguel de los Sandovales, en el municipio de El Llano, se comprobó y consta en el expediente, primero las inconsistencias de los datos en los registros catastrales y, después, la validez de escrituras también mal formuladas notarialmente ante el Registro Público de la Propiedad. Muy seguramente, si alguna instancia facultada, quizá como el Órgano Superior de Fiscalización del Congreso del Estado, auditara al Registro Público de la Propiedad y el Comercio y se revisara la legalidad de las escrituras registradas, se encontrarían muchas inconsistencias, Sandovales es solo una muestra… Por otro lado, cuando una y otra vez, los vecinos de esa comunidad afectados presentaban al Ministerio Público y a los jueces, las pruebas del despojo de que estaban siendo objeto, eran “archivados”, es decir, tirados a la congeladora y nunca caminaban. Como el entonces secretario general de Gobierno, Sergio Reynoso Talamantes, dijera a este reportero hace ocho años: “El conflicto de Sandovales se va a resolver en los tribunales”. En el 6º Mercantil a cargo de la jueza Verónica Padilla García, hace unos años, se descubrió el fraude y se solicitó orden de aprehensión contra el presunto responsable, y la Procuraduría General de Justicia archivó la averiguación previa que hoy en día ha sido resucitada por la Fiscalía General del Estado.
LA COSA ES QUE…
Mientras se espera otro manotazo sobre el escritorio, un golpe de timón semejante al del pasado 23 de abril en Palacio de Gobierno, ahí, frente al templo de la virgen del Refugio en Sandovales, hay un kiosko donde el pueblo cuenta y canta la alegoría de la justicia; qué tal.
