COSA DE PRENSA

 

 

  • ¿Quién engaña con la verdad?
  • Frustraciones presidenciables
  • De 15 mil a 50 mil conflictos

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., jueves 5 de abril de 2018.- En su Arte Nuevo (319-316) Lope de Vega nos describe lo que es engañar con la verdad: “Engañar con la verdad es cosa que ha parecido bien, como lo usaba en todas sus comedias Miguel Sánchez, digno por la invención de esta memoria. Siempre el hablar equívoco ha tenido y aquella incertidumbre anfibológica (estudio de palabras o frases con más de una interpretación) gran lugar en el vulgo, porque piensa que él entiende lo que el otro dice”… Perdónesenos la involuntaria elegancia con la que nos introducimos a un tema de moda en estos momentos, en que más de un discurso, son muchos, parece decirnos la verdad y también, al mismo tiempo –paradójica e anfibológicamente- engañarnos también. Pero no confundir mentir con engañar, aquélla y ésta son bucanero y corsario en el infinito océano de las palabras con brújulas de navegación de distinto horizonte… Sería sin duda una delicia relatar cómo los presidentes de México engañaron con la verdad a más de un aspirante a “destapado”, por decirlo coloquialmente. Por ejemplo, Miguel Alemán con Fernando Casas Alemán para cubrir a Adolfo Ruiz Cortines, éste a Gilberto Flores Muñoz cuando el bueno era Adolfo López Mateos. Y así cada uno, hasta Carlos Salinas de Gortari que se divertía cuando Manuel Camacho Solís actuaba como Presidente, por ejemplo, en aquella conversación en Los Pinos, donde regañaría al cardenal de Guadalajara, Juan José Posadas Ocampo, a unos días de su asesinato, cuando los candidatos serían sucesivamente Luis Donaldo Colosio-Ernesto Zedillo, donde se confirmaría la teoría de engañar con la verdad de Lope de Vega… En 1988 los mexicanos le entramos al engaño con la verdad, de “La caída del sistema”, y creamos una nueva estructura electoral que está resultando más monstruosa que la que le antecediera. Permítasenos una pausa: Cuando Felipe Calderón buscaba el voto en 2006 los especialistas le advirtieron que mientras no se reformara al Ministerio Público no habría solución a los problemas de la impartición de justicia. No hizo caso, como tampoco su sucesor Enrique Peña Nieto y las consecuencias todos las padecemos hoy en todo el país… Regresamos: Hace 30 años se pensó que hacer a un lado a la Secretaría de Gobernación y crear una institución electoral autónoma sería la solución y creemos que no lo ha sido, al menos en términos del crecimiento de la madurez democrática… Ahora el triunfo electoral de los más de dos mil 400 candidatos (15 mil, con síndicos y regidores) en estas elecciones presidenciales de 2018 será avalado por un árbitro electoral que ya enseñó el cobre, al bloquear –engañando con la verdad, ésa de la trampa en las credenciales- a Armando Ríos Piter y Jaime Rodríguez El Bronco, para dejar el camino libre a Margarita Zavala, cuya única experiencia política es el confort asignado a una primera dama, donde se ignora por completo cualquier matiz inherente a la cultura del esfuerzo; todo es regalado y cuando se deja de tener ese poder, se extraña enormemente… Pero dejemos mejor a la propia presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Otálora Malassis, describir esa monstruosa burocracia electoral. Saúl López Noriega, en la revista Nexos del mes pasado, le pregunta respecto al número de conflictos electorales que se atenderán en este 2018. La magistrada dice. “Sí. Tenemos una perspectiva nada más, es una proyección de cálculo -porque nunca hemos tenido un proceso de esta magnitud- de 50 mil asuntos; 50 mil asuntos para todo el TEPJF (Sala Superior y Salas Regionales) y para los 32 procesos electorales. Pero en el TEPJF tenemos lo que llamamos el presupuesto para proceso electoral federal, que nos aumenta el presupuesto para contrataciones extras de personal y los recursos materiales que requiera éste. En este sentido, previmos una contratación cercana a las 650 personas para este proceso, en el entendido de que las cargas de trabajo brutales se darán en los meses de julio, agosto y septiembre. Es decir, sí vamos a tener los recursos humanos suficientes para salir adelante con todas las elecciones”.

LA COSA ES QUE…

Remata Malassis comparando cifras y ni siquiera las recordó con precisión: “No tengo la cifra exacta, pero fueron en 2012 cerca de 15 mil (conflictos), 16 mil asuntos. Y en 2015 una cifra similar. Pero estábamos lejos de tener los procesos locales que tendremos en esta ocasión”. Nos engañan con la verdad; qué tal.

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