COSA DE PRENSA

 

 

  • ¿Murió ya la “dictadura perfecta?
  • Siete rostros del sistema político
  • Rumbo a la sucesión presidencial

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., viernes 23 de marzo de 2018.- Escribimos para los jóvenes: Ayer hablábamos de 37 años de publicar sobre la sucesión presidencial y en ese proceso el aprendizaje mayor fue conocer mejor los tabiques con que se construyó en 1929 el gran edificio del sistema político mexicano, desde Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez en una primera fase, hasta una segunda con Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán,  Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, la tercera con Luis Echeverría y José López Portillo, una cuarta con Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari en la quinta, en la sexta Ernesto Zedillo, para arribar a una séptima parte con Enrique Peña Nieto… A pesar de la “liturgia priista”, ¿murió ya la vargasllosiana “dictadura perfecta”? ¿Cómo fue? … No se ha escrito sobre esto pero cuando se inventó el sistema político mexicano, en aquel mismo año -una década antes de que naciera el PAN- los empresarios regiomontanos crearon el más político de sus órganos cupulares, la Coparmex, precisamente para defenderse de los excesos de la justicia social del movimiento armado de 1910, la Revolución –como para muchos fue el cardenismo, por ejemplo y luego el echeverrismo, para no ir muy lejos-, que ha sobrevivido impresionantemente exitoso, mucho más fuerte que los sectores que por más de 70 años sirvieran de columnas vertebrales del PRI: las confederaciones de Trabajadores de México (CTM), Nacional Campesina (CNC) y Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), encargados de apuntalar las candidaturas presidenciales ordenadas por el Gran Elector desde la cúpula priista. Pero ésta es otra historia, la abordaremos después. Mientras tanto se antoja suponer que la “dictadura perfecta” murió en el 2000 cuando solo quienes suscribieron “los pactos de la caída del sistema de 1988” –Carlos Salinas, primero con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, y luego con Diego Fernández de Cevallos, Luis Felipe Bravo Mena, Carlos Castillo Peraza y Luis H. Álvarez, además de Manuel J. Clouthier aunque a regañadientes- asistirían a su velorio. Porque lo que siguió después con Vicente Fox no fue más que una “concertación”, y lo de seis años más tarde sería un agandalle de Felipe Calderón, al soltarse del foxismo e irse por la libre y “a río revuelto…” Para entonces, por supuesto, la “dictadura perfecta” ya olía mal… Y en este punto llegamos a una encrucijada que nos ofrece dos escenarios para continuar: describir las seis fases de aquella dictadura perfecta o explicar la pérdida total de la confianza en las elecciones, después de lo ocurrido en los últimos 30 años, desde cuando la Secretaría de Gobernación dejó de ser árbitro electoral, hasta la burocracia electoral del Tribunal (TEPJF) y el Instituto (INE) de hoy y sus vínculos con Facebook y Cambridge Analytica, de lo que los candidatos presidenciales se desmarcan y piden se investigue quién los contrató en México. Vamos con el primer escenario y luego seguimos con el otro: Podría denominarse “el Maximato” de Calles la primera etapa de aquella dictadura priista, hasta que Lázaro Cárdenas le puso fin con el exilio del sonorense. Otro de los escenarios sobresalientes aquí es que el cardenismo también sobrevive vigente para las organizaciones sociales como la Coparmex para los empresarios, y desde entonces está presente en toda lucha social, desde las de las escuelas normales rurales del país, las de los movimientos guerrilleros y hasta las de los partidos políticos de izquierda. Algunos de los presidentes de aquella segunda fase encabezaron los llamados “Regímenes Estabilizadores” hasta GDO. La tercera etapa surgió del proyecto personal del secretario de Gobernación de don Gustavo –Echeverría Álvarez- quien no solo le robó al PRI el destape, con apoyo del aguascalentense Augusto Gómez Villanueva, sino que creó infinidad de problemas solo para resolverlos él mismo, como el movimiento estudiantil del 68. Esta fase es tristemente conocida como “la Docena Trágica”, que cerró la frivolidad de López Portillo.

LA COSA ES QUE…

La cuarta etapa de la “dictadura perfecta” llegaría con Miguel de la Madrid cuando la inflación tocaría fondo. Seguiremos con la sucesión presidencial; qué tal.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *