COSA DE PRENSA

Don Luis H. Álvarez, con Diego Fernández de Cevallos, Carlos Castillo Peraza y Luis Felipe Bravo Mena, presionaron a Manuel J. Clouthier para que aceptara “legitimar” a Salinas en 1988. Entre los panistas sobreviven solo solo Bravo Mena y Diego, pero se han quebrado todos los pactos…

 

¿A quién insulta “el jefe Diego”?

Venganza largamente acariciada

“Vigilaré que le cumplas a México”

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., lunes 12 de marzo de 2018.- En las redes sociales, donde se dirimirá la sucesión presidencial de 2018, navega el video de Diego Fernández de Cevallos insultando a alguien. En habitual improperio de barandilla, le recuerda que por largo tiempo había esperado este momento, “de romperte toda tu p… madre”. Y la pregunta es: ¿A quién lapida con su exabrupto, a poco de enfrentarse a la PGR en defensa de Ricardo Anaya? Responderemos a esa cuestión con todo un contexto que la desnuda. La reportera de Excélsior, Martha Anaya, publicaría en 2009 el libro 1988, el año que calló el sistema, en que relata un encuentro secreto: “El 27 de agosto (de aquel año), Carlos Salinas de Gortari se reunió con Manuel J. Clouthier y Luis H. Álvarez, en la casa del empresario Juan Sánchez Navarro y asistió Manuel Camacho Solís. Esa noche, el PAN y el PRI pactarían el arribo de Salinas al poder”… Martha Anaya resalta la feroz oposición de Maquío, que acabaría rindiéndose ante la maquinaria panista, con además, Carlos Castillo Peraza, Diego Fernández de Cevallos y Luis Felipe Bravo Mena, y cita como fuente a José Luis Salas Cacho, coordinador de la campaña de Clouthier, que cubriera para El Universal el autor de COSA DE PRENSA. Recordamos aquel 16 de noviembre de 1988 cuando el sinaloense anunciaría en el Zócalo el fin de su post campaña electoral y Luis H. Alvarez, “el Compromiso Nacional por la Legitimidad y la Democracia”, primer paso de aquel pacto al que seguiría al año siguiente la primera gubernatura panista con Ernesto Ruffo Appel, en Baja California, que también cubrimos… Al andar de los años, el 22 de enero de 1993, don Luis H. Alvarez, respondería la pregunta de un periodista, sobre qué había propuesto el gobierno (de Salinas, para legitimarse): “Adquirió el compromiso de llevar a cabo una transición democrática, cosa que no se ha hecho… aunque yo creo que sí tenemos que reconocer que hubo un cambio de actitud inicial”. ¿Quién hizo el compromiso?, –repreguntó el reportero- ¿Salinas, De la Madrid, Bartlett o Camacho? Y remataría don Luis: “Camacho era el principal conducto”… De aquello, entendió Ricardo Alemán, compañero reportero de La Jornada en aquella campaña presidencial, que: “En realidad, lo que buscó Acción Nacional fue presionar para pactar con Salinas un acuerdo de cogobierno, una reforma electoral y las concertaciones”. Y así sucedió, efectivamente… También cubrimos las elecciones guanajuatenses de 1991, cuando Ramón Aguirre Velázquez fuera grotescamente bajado de su triunfo sobre Vicente Fox y quien asumiera la gubernatura fuera Carlos Medina Plascencia. A Baja California 89 le seguiría Chihuahua 1992, y con el zedillismo: Jalisco 1995, Aguascalientes 1998 y Chiapas 2000… Lo que inferimos de los antecedentes citados, debidamente documentados por los periodistas Martha Anaya y Ricardo Alemán, es que solo falta nuestra propia versión para concluir con las últimas pinceladas del retrato hablado de aquel “alguien”, al que Diego Fernández de Cevallos le está diciendo que había esperado por largo tiempo este momento, de romperle su p. madre. Lo vivimos, nadie nos lo contó. Primero, de todos los reporteros que cubrimos la campaña presidencial de Maquío, quien esto escribe fue el último en bajarse, ya no del “Aguafiestas”, que era el autobús de prensa manejado por Ramiro; no, sino de su post campaña. A pocos meses de aquello, el 1 de octubre de 1989, muere Clouthier en un accidente automovilístico que nosotros, al igual que Tatiana Clouthier, hoy coordinadora de la campaña de Andrés Manuel López Obrador, nunca hemos creído. Y es que, de acuerdo a Martha Anaya, Maquío le había advertido a Salinas, aquel 27 de agosto de 1988, algo así como: “Está bien, aceptaré que gobiernes, pero te voy a vigilar, te voy a cuidar las manos, para evitar que le falles a México”.

LA COSA ES QUE…

Antes de Francisco Javier Ovando, el michoacano, primero de los 500 perredistas asesinados en el salinismo, ya había perecido Manuel J. Clouthier. Sí, amigo Lector, acertó Usted, es a Carlos Salinas a quien se dirige Diego; qué tal.

 

 

 

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