COSA DE PRENSA

  • El caso José Gerardo Martínez
  • No es creíble versión policiaca
  • Políticos son nada sin medios

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., jueves 11 de enero de 2018.- Lo que luego vimos en El Universal después de la noticia sobre el homicidio del editor de su agencia informativa, José Gerardo Martínez, fue el video de una motocicleta y dos sujetos abordo, presuntamente los asesinos, y el único móvil que hasta entonces se manejó como la causa del atentado fue el dicho de policías uniformados, que dijeron que la víctima les había dicho que la habían asaltado. De hecho, esa fue la primera versión que difundió la mayoría de los medios de comunicación y se colige que se sustentó en el boletín de prensa emitido por las autoridades correspondientes, tanto de la policía preventiva como de la judicial o ministerial en su caso. En la época del corrupto general Arturo Durazo Moreno, los comunicados tenían una leyenda que decía más o menos, que esa información era extraoficial y recomendaban a los reporteros corroborarla, verificarla, confirmarla y legitimarla. Ahora no sé cómo vengan los boletines de prensa de la policía, pero si manejaron únicamente la versión de los policías que dijeron que la víctima les había dicho que la habían asaltado, está mal. Lo ideal sería que pusieran a disposición de los medios de comunicación, con todo y peritajes, las averiguaciones previas, tal y como las redactan (por acá les llamamos “carpetas informativas”), donde se puede analizar con más certidumbre lo que realmente ocurrió…  Por eso es que creemos que el de José Gerardo Martínez, editor de la agencia informativa de El Universal -algunas vez a cargo de nuestras entrañables amigas las hermanas Anita y Marina Guerra-, no es un delito del fuero común, sino un atentado a periodistas, que lo convierte en un crimen político. Lo primero que hace cualquier agente de la división de homicidios, además de documentar el lugar de los hechos con la autopsia y los peritajes, es una lista de los enemigos de la víctima. Es obvio que un periodista de 35 años de edad, en un puesto editorial sin mayores riesgos, como lo son los del reportero que todos los días se faja en todo campo de batalla, desde una manifestación hasta una balacera o zacapela antorchista o lopezobradorista, no tiene enemigos y por tanto, él no era el objetivo del atentado… El agente investigador pone en su mira a todo sospechoso y aquí viene la pregunta crucial: En tratándose de un crimen político, ¿de quién sospecharía Usted, amable lector? Yo sospecharía no de los enemigos “personales” de la víctima, sino de los adversarios políticos del periódico donde trabajo. Es decir, quién y quiénes ordenaron y ejecutaron la muerte del periodista de El Universal no iban contra él, sino contra su periódico, y aún más lejos: contra el periodismo en general. Antes de investigar a presuntos asaltantes yo investigaría a sicarios profesionales, posiblemente colombianos, pagados por el crimen organizado y contratados para satisfacer a un aspirante presidencial, que ha dado muestras de no detenerse ante nada, con tal de alcanzar sus propósitos de poder político absoluto… Ya sabemos que en política, “el poder obnubila a los inteligentes y enloquece a los estúpidos”. Eso es lo que ocurre en todo proceso electoral presidencial. Al matarle un periodista a El Universal, no solo quieren amedrentar a ese periódico y a su personal, sino a todo el periodismo que pretenda enfrentarse a las ambiciones políticas desbordadas, como lo ha hecho el periódico de Juan Francisco Ealy Ortiz en los últimos 100 años, especialmente en las últimas tres décadas, a lo largo de las cuales ha destapado verdaderas cloacas de corrupción e impunidad. Ahora es el enriquecimiento inexplicable de Ricardo Anaya Cortes, pero hace 27 años fue el Caso Banpesca, “la caja chica electoral del PRI”, con un quebranto de 2.7 billones de viejos pesos, por citar solo un par de periodicazos no igualados por su competencia…

LA COSA ES QUE…

Y la otra cara de esta moneda es el apoyo que desde la campaña presidencial de 1988 recibieran todos los partidos políticos por parte de el periódico fundado por Félix F. Palavicini, pero más señaladamente –como decía Ernesto Zedillo- al foxismo desde 1991 en que Carlos Medina Plascencia se convirtiera en el primer gobernador panista de Guanajuato y hasta el 2000 en que el de las botas y “los 15 minutos” llegaría a la Presidencia. Es más, sin aquel apoyo periodístico difícilmente hubiera llegado a Los Pinos Vicente Fox. Ése es el poder de los medios, qué tal.

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