COSA DE PRENSA

  • Las cosas no son lo que parecen
  • México pierde contra el desorden
  • El País “quema sus viejas naves”

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., lunes 18 de diciembre de 2017.- En política, hoy más que nunca, las cosas no son lo que parecen. Veamos a través de ese escaparate: La lucha contra la corrupción de Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya Cortés tendría que empezar por ellos mismos. La revista Proceso y el periódico El Universal las han documentado profusamente, hasta con manzanitas. Repercutirán en su momento, antes de la cita en las urnas. Pero quizá el mayor engaño por ahora esté en las presiones contra la Ley de Seguridad Interior, que nos recuerda un poco aquella campaña mediática del crimen organizado contra el procurador Felipe Vázquez Muñoz, cuando empezara a cortar cabezas en Aguascalientes. Si se estudian los orígenes de las fuerzas armadas de los pueblos -policía, ejército, gendarmes, guardias- se verá que se debe al mantenimiento de la ley y el orden, y que su intervención está para preservarlos a cualquier costo. Desde 2006 México ha venido perdiendo la lucha contra el desorden, porque un segemento minoritario de la población, más comprometido con la ilegalidad que con el bienestar colectivo, se opone, como veremos aquí mismo… Pero antes, apuntamos otra “cosa que no es lo que parece”: De la misma manera que en el Senado algunos panistas aprobaron la LSI, también en la Cámara de Diputados 11 blanquiazules se juntaron a los 199 priistas, 38 verdes, 11 aliancistas, dos pesistas y un excolaborador de Javier Duarte, para sumar 262 votos y aprobar la Ley, rechazada por el Frente PAN-PRD-MC… Hay todavía otra “cosa que no es lo que parece”, que documentaremos en otro momento, sobre la marcha electoral, y que encierra esta interrogante: ¿Por qué si Morena ha liderado en todas las encuestas del momento, tuvo tan pobres resultados electorales? … Una encuesta de BGC y el periódico Excélsior, difundida poco antes de la aprobación de la LSI, indica que el 59 % de los mexicanos aprueba que el Ejército intervenga en la seguridad pública. Considera la población que los militares están mejor preparados y equipados para hacer frente al desorden, porque las policías municipales y estatales están rebasadas. Un 37% rechaza la intervención del Ejército por considerar que ese desorden es tarea de la policía. Es decir, un buen número de mexicanos no percibe lo evidente porque no lo quiere percibir… Los cinco escenarios claves de la Ley de Seguridad Interior son los siguientes: 1) La Fuerzas Armadas intervendrán en estados, como Aguascalientes, durante un año y podrá prorrogarse a juicio presidencial, 2) Es legal el uso de la fuerza y las tácticas, métodos, armamentos y protocolos, para neutralizar resistencias, preservando en todo momento los derechos humanos, 3) Las Fuerzas Armadas pondrán a disposición del Ministerio Público los hecho delictivos intervenidos y asegurarán los escenarios, 4) En su caso, auxiliará con medidas de atención médica, y 5) la Ley dice que tanto las Fuerzas Armadas como las corporaciones federales, “desarrollarán actividades de inteligencia en materia de Seguridad Interior, en los ámbitos de sus respectivas competencias, por medio de cualquier método lícito de recolección de información”… Y de esas cinco claves dos son las que marcarán la diferencia: Primero, al Ejército le han desatado las manos para actuar y no podrá criminalizarse su trabajo, del mismo modo que al sacerdote no puede catalogarse como alcohólico anónimo, por el hecho de beber vino en cada misa; y, a diferencia de la policía municipal, que se hace de la vista gorda cuando le denuncian algún indicio de narcomenudeo, el servicio secreto de inteligencia militar sí atenderá esas denuncias y procederán las acciones que correspondan… El Consejo Local de la Delegación del Instituto Estatal Electoral de Aguascalientes sesionará hoy, en el marco del proceso electoral 2018.

LA COSA ES QUE…

Quienes trabajando hemos vivido el olor a tinta y papel, con el fondo “musical” del traca-traca de las rotativas, muy parecido al del ferrocarril, y a la espera de la edición de un periódico con noticias donde no pocas veces dejamos la vida, sabemos de la emotividad que nos causan estas otras “naves quemadas”. Nos referimos a las rotativas del periódico español El País, que han sido silenciadas para siempre; qué tal.

 

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