COSA DE PRENSA

El Chisme, de Norman Rockwell.

 

  • El Árbol de Cracovia y el chisme
  • Vivir de reportero en Aguascalientes
  • Sirácides invita a tejer historias

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., sábado 4 de noviembre de 2017.- Desde el Árbol de Cracovia del Siglo XVIII que relata Robert Darnton a nuestros días, el imperio de la información se hizo una realidad, aumentada ahora en las redes sociales. Hablamos de su majestad el chisme. Se trataba de un frondoso castaño en un jardín dentro del palacio real del París de 1750, bajo cuya sombra se tejían las más deliciosas y picantes historias, desde las cortesanas hasta las políticas. No importaba0 la veracidad aunque, por supuesto, sí lo fue para el naciente periodismo, pues no había –ni hay, ni habrá- otra forma de acreditar la información y diferenciarla de la que no lo es, como ocurre predominantemente hoy en la nube, donde domina su majestad el disparate… Contar historias nunca pasará de moda y saberlas contar tampoco. El INEGI todavía no llega a encuestar el nivel cultural de las sociedades de cada uno de los 32 estados federativos del país, incluida la Ciudad de México, que nos diga por ejemplo, cuántos libros lee al año un yucateco, en comparación con el sudbajacaliforniano, oaxaqueño, veracruzano o aguascalentense. Quienes conocemos nuestro país de arriba a abajo y lado a lado, y hemos convivido con sus gentes, sabemos sin tener ninguna medición oficial, que el zacatecano muestra más conocimientos generales que el aguascalentense, lo mismo que el bajacaliforniano del chiapaneco, por ejemplo, independientemente de que todos nuestros pueblos mexicanos tengan el privilegio de ser cunas de grandes mexicanos ilustres… Vivir de reportero en Aguascalientes no es fácil, hay muy pocas opciones de empleo y no se prima la experiencia ni la calidad, entonces hay que buscarle dentro de la legitimidad. Alguna vez le propusimos a un empresario –quizá el más importante de esta entidad, el más inteligente, y al describirlo así prácticamente revelamos su nombre- escribir sus memorias a cambio de una remuneración, claro, como escribano, no al nivel de José con Faraón, pero tampoco muy distante. Aquí hay unos pocos periodistas experimentados, capaces de interpretar también los sueños… de algunos políticos. Pero el empresario se espantó con nuestra propuesta, aceptó que no le gustaría que se supiera cómo se convirtió en gran empresario. No importó que Sirácides (o Eclesiástico) uno de los 46 libros del Antiguo Testamento, invite a hablar de nuestras raíces: “Hagamos ahora el elogio de los hombres ilustres, hagamos una reseña de nuestros antepasados. El Señor les dio una bella gloria, que es una parte de su gloria eterna. Unos fueron soberanos en su reino, hombres famosos por su energía; otros sobresalieron por sus sabias decisiones, hablaron como profetas. Otros guiaron al pueblo con sus consejos, le enseñaron con sus palabras llenas de sabiduría. Otros cultivaron la música, la poesía y la prosa. Otros fueron hombres ricos, personajes poderosos que vivieron en paz en sus dominios. Todos tuvieron fama en su vida y fueron un motivo de orgullo para sus contemporáneos. Si bien ellos dejaron un nombre, y todavía se repiten sus alabanzas, otros cayeron en el olvido, desaparecieron como si no hubieran existido, y lo mismo ocurrió con sus descendientes. Pero hablemos de los hombres de bien cuyas buenas obras no se han olvidado. Sus descendientes han heredado ese hermoso legado, su raza se mantiene fiel a la Alianza, sus hijos siguen su ejemplo”.

LA COSA ES QUE…

Dice La Biblia: “Su raza durará para siempre, su gloria no desaparecerá. Sus cuerpos fueron enterrados en la paz, pero su nombre está vivo por todas las generaciones. Los pueblos cuentan su sabiduría y la asamblea proclama su alabanza”; qué tal.

 

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