COSA DE PRENSA

José Cruz García Ramírez, con una “escritura” en una hoja de cuaderno escrita a mano, se hizo “dueño” del poblado de Sandovales, en Aguascalientes.

 

 

 

 

 

  • Una historia de despojo e injusticia
  • Resucita el conflicto de Sandovales
  • Es un problema de voluntad política

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., miércoles 4 de octubre de 2017.- Esta mañana se manifestarán ante la Fiscalía General del Estado vecinos del poblado de Sandovales, municipio de El Llano, que arrastran una dolorosa historia de despojo, como lastimosa muestra de la incipiente justicia social que hay en Aguascalientes. Fuimos los primeros en denunciarlo hace cinco años y no ha pasado nada (ver las ediciones del 16 de octubre de 2013 y 7 y 14 de julio, y 10 y 31 de diciembre de 2014, de La Jornada Aguascalientes). Lo explicaremos con manzanitas (el detalle y la profundidad están en las publicaciones citadas): Todo empezó en 1993, hace ya 24 años, cuando el exprocurador Moisés Rodríguez Santillán notarió una “escritura” a nombre de José Cruz García Ramírez, basándose en un manuscrito en una hoja de cuaderno, haciéndolo “dueño” de prácticamente todo el poblado de Sandovales, unas 49 hectáreas, que años atrás –en 1947- un alma piadosa las cediera en forma de diezmo al párroco José Luis Carrillo. Genaro Esparza de la Rosa era su sacristán y le encargó vender aquellas tierras. Para 1993 ya las había vendido a unas 40 personas. Un ahijado de Genaro, al ver que los compradores no le pagaban, le pedía a su padrino le diera permiso de cobrarles. Después de mucho insistir y dada ya su avanzada edad, don Genaro consintió en que su ahijado le ayudara a cobrar, pero lo que hizo J. Cruz fue volver a vender aquellas propiedades, aprovechándose que muchas no habían sido escrituradas “como Dios manda”. Y ahí fue donde la marrana torció el rabo, empezó la ambición desmedida del ahijado de don Genaro, que derramó la gota del vaso de la paciencia del medio centenar de vecinos de Sandovales, cuando desalojó a una humilde familia y luego también al propietario de un salón de eventos. J. Cruz se decía dueño porque le habían escriturado indebidamente aquellas propiedades. Con un trozo de hoja de cuaderno manuscrito y notariado, y porque don Genaro no se había presentado a declarar (había fallecido), la jueza sexta civil (hoy Mercantil) Verónica Padilla García, validaría aquella escrituración, convirtiendo al ahijado fontanero de don Genaro en “dueño” de aquellas tierras. Pero cuando este reportero documentó el despojo (descrito en las publicaciones citadas), la jueza Padilla García daría marcha atrás a su propia resolución y presentaría una denuncia ante el Ministerio Público por fraude, en contra de J. Cruz García Ramírez… Y este es el punto que precisamente que van a demandar este miércoles ante la Fiscalía General del Estado, los vecinos de Sandovales: que el Ministerio Público ordene a la Policía Ministerial se cumplimente su orden de aprehensión girada hace unos años, en contra de J. Cruz García Ramírez, quien a pesar de perder ya todas las batallas en los distintos tribunales, sigue ostentándose como “dueño de Sandovales”.

LA COSA ES QUE…

El conflicto se ha eternizado porque tampoco los vecinos han sabido defender su derecho, a pesar del apoyo de los medios de comunicación, porque no es la Fiscalía General del Estado quien debe resolver una cuestión jurídica ya juzgada en todos los tribunales, sino la voluntad política. Martín Orozco Sandoval estuvo en dos ocasiones en Sandovales, una como senador y otra como candidato, y en ambas se comprometió a hacer justicia. La última palabra es del gobernador, siempre y cuando no sea como la de Don Teofilito; qué tal.

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