- El triste papel de los medios
- La alergia política a la verdad
- La corrupción que tapa la 4T
Javier Rodríguez Lozano
AGUASCALIENTES, Ags., martes 12 mayo 2020.- Desde 1991, en que como reportero nos dimos cuenta cómo algunos medios, entre ellos El Universal, apostaban abiertamente por las pretensiones presidencialistas de mediocres como Vicente Fox, y con él las del empresariado mexicano, arrebatándole el triunfo a Ramón Aguirre Velázquez en Guanajuato, nomás porque Carlos Salinas de Gortari lo había vendido para que lo dejaran gobernar, en las negociaciones con Diego Fernández de Ceballos, Carlos Castillo Peraza, Luis Felipe Bravo Mena y Luis H. Alvarez, torciéndole el brazo para doblar también la voluntad de Manuel J. Clouthier, hasta nuestros días, creemos que ni México ni el mundo volverán a ser lo que fueron antes de la pandemia. Y además de que tendrá que reinventarse la humanidad, también habrá llegado el momento de enjuiciar a los grandes medios de comunicación para fincarles responsabilidad histórica por el país que hicieron como tapaderas de lo injusto, lo corrupto y lo impune en los últimos 36 años. Más allá de los crímenes del echeverriato, Salinas se robó las elecciones en 1988 y para poder gobernar a sus anchas les ofreció “el cielo y las estrellas” a Diego, Castillo, Bravo y Álvarez, impugnados por Clouthier, empezando por las gubernaturas de Baja California (1989), Guanajuato (1991), Jalisco (1995), Querétaro (1997) y Aguascalientes (1998). Los medios de comunicación de entonces no pueden, ni deben, pasar desapercibidos en el juicio de la historia; el pueblo lo exige… Ayer hablábamos de La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset, citado por Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo de la UE y del Partido Popular Europeo, durante su entrevista con Taylin Aroche y publicada en el periódico español La Razón. Fue una espléndida entrevista, que nos ofrece una pincelada de los que será el nuevo humanismo postpandemonio, al que México no podrá sustraerse, aunque también cuente con un régimen tapadera como el actual… Ayer decíamos en este espacio, acerca de Europa, en palabras de Tusk, que “la solidaridad aparece a menudo como un reflejo, una reacción moral al mal, pero en una perspectiva a largo plazo, la gente no quiere ser solidaria, el egoísmo es un sentimiento más primario y fuerte”. E iría más allá, acerca del triste papel de los medios: Diría: “La independencia de los medios de comunicación debe ser vigilada hoy en día en toda Europa, en Polonia, Hungría, pero también en los países gobernados por formaciones políticas completamente diferentes a éstas. La alergia a la verdad es una enfermedad de algunos Gobiernos de derecha, pero también de izquierda. Deben prestar atención a eso también en España… En política -dice el excompañero de Lech Walesa- el mal tiene diferentes colores: “negro, marrón, rojo, y diferentes inspiraciones ideológicas, pero en última instancia tiene el mismo objetivo: el sometimiento de un individuo, la privación de los derechos de las minorías, y el triunfo del poder sobre el hombre”. Y fue aquí donde surgió una confesión: “Soy un fiel lector de Ortega y Gasset, y recomiendo encarecidamente a todos la relectura de su libro La rebelión de las masas”… ¿Y por qué Tusk nos recomienda algo que viene con nosotros desde hace muchos años? Simple, lo explica así, porque: “Lo que está en juego es nuestra libertad y todavía depende de nosotros y si vamos a permitir que nos la arrebaten. Quiero que hablemos de ello levantando la voz para que todo el mundo pueda oírnos”… En ese sentido, uno de los tantos sicólogos entrevistados con respecto a las diferentes lecturas emocionales que encierra el virus, el especialista Javier Urra, también citado en el periódico La Razón, de España, asienta: “Y este nuevo futuro será de aquellos que se comprometan y muestren capacidad para afrontar los desafíos existenciales, la complejidad, la incertidumbre y una realidad que, como estamos observando, es mutante. Ojalá mostremos adaptación, pero no por necesidad, sino por convicción, para reconducir nuestra vida personal, social y material”.
LA COSA ES QUE…
Créanlo o no, la postpandemia no será para el gandallismo, por el ejemplo, el de Manuel Bartlett, que a pesar del daño que le hace a régimen se opone a renunciar; o el de Ricardo Salinas Pliego, el usurero que le pone trabas a los acreditados de Banco Azteca para que abonen a capital y salgan más rápido de sus deudas. Es una realidad que sin combatir a estos políticos y empresarios corruptos e impunes, en complicidad con el poder en turno, no habrá ninguna cuarta transformación; qué tal.