COSA DE PRENSA

 

  • El periodismo “pisacallos”
  • Cuando todo se desalinea
  • A tragar sapos, no hay más

 

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., miércoles 29 abril 2020.- Miércoles 29 abril 2020.- Hoy escribimos “para salir del paso”. Yo sé que a todo el mundo le pasa. Incluso, en esta coyuntura de la pandemia no son pocas las voces serias y no, que hablan de que cuando regresemos a la normalidad, no encontraremos el mundo como lo teníamos, sino que será otra cosa muy diferente, y que los sinsabores de la existencia no son más que dolores del parto que viene. Se habla autorizadamente, en mi opinión muy personal creo en lo que se habla, por supuesto, de que en el calendario maya de 2012 no se trataba del fin del mundo, sino del fin de una era y el principio de otra (el tránsito entre la 3D y la 5D, investíguelo); una nueva era que terminará de procesarse en 2022, lo que implica una década de reacomodos de la Tierra en los que la buena noticia es que cuando hayamos regresado a la nueva normalidad, ahora sí habrá acuerdo global en favor del cambio climático y a partir de ahí, la construcción de la nueva sociedad global que no será ni remotamente semejante a la de ahora. Habrá cambiado la pillería… A propósito, en otro momento documentaremos más detalladamente, pero nos adelantamos a comentar que sí, efectivamente sí, la Organización Mundial de la Salud con el etíope Tedros Adahanon en la dirección general, manipuló el anuncio de la pandemia desde su aparición en Wuhan, China, al decir cuando iban solo 151 decesos, que no pasaba nada y que el gigante asiático estaba capacitado para manejar el problema; el problema mayor es en el que se metió este funcionario, quien en 2009 también ocultó una epidemia de cólera en su país, que dejó centenares de muertos. Repito, lo detallamos después pero hay que tomar en cuenta que en esto de la pandemia no “hay gato encerrado; hay mastodonte encerrado” … Naturalmente, hackeado; o lo que es lo mismo -dirían los Polivoces- simplemente censurado… En las redacciones de los periódicos previas a las redes sociales, cuando la nota de un reportero era “políticamente incorrecta”, no la publicaba su periódico y punto, hasta ahí quedaba. Por ejemplo, alguna vez llegué a la redacción de la calle de Basilio Vadillo con la nota y las fotos de un tren de pasajeros con unos 10 coches materialmente destruidos a metrallazos, había sido asaltado con resultados sangrientos, estacionado en los patios de Pantaco que yo conocía muy bien porque ahí trabajó mi padre muchos años. No se publicó. O aquella otra nota de un sobreviviente de la Liga Revolucionaria Armada del Pueblo, entrevistado en Los Mochis, en presencia de nuestra querida amiga Rosario Ibarra de Piedra, que me platicó cómo Álvaro Zuno Arce, cuñado de Luis Echeverría, los había entrenado en las barrancas de Oblatos, en la inolvidable Guadalajara, con un instructor alemán especialista en guerrilla. La escribí en mi redacción de Iturbide y no se publicó… Fueron muchas notas las que no me publicaron y siempre entendí por qué; por “políticamente incorrectas”. Bueno pues así me está pasando ahora, desde hace algunas semanas en mi servidor de WordPress. A veces he tenido que utilizar todo un día para editar unas 10 o 12 notas de COSA DE PRENSA. Y de plano este lunes en todo el día, no me dejó editar ni siquiera mi columna. Pude hacerlo hasta mucho muy noche. Entiendo que es la censura de la web; ¿qué se le va a hacer? Nos tocó hacer el periodismo “pisacallos” que no podemos evitar, porque es nuestra misión fundamental, porque la libertad y la democracia dependen del pensamiento crítico, pero documentado… Y no, no fue la virulencia de nuestros días lo que me llevó también a hacer circo, maroma y teatro para poder pensionarme por el Seguro Social, donde al fin puedo tener ya un ingreso seguro, sin que el IMSS me reconozca mis semanas cotizadas de 10 años en La Prensa (1976-87), ingreso que el periodismo nunca me dio, no tuve el privilegio de vivir esa experiencia. Sin embargo, al llegar a este culmen me encuentro brutalmente endeudado y como lo más pequeño de los microeditores en la web, no tengo más de un anunciante y cuando este anunciante no me paga, que es muy seguido, pues paga unas dos veces al año, se complican las cosas. Y así estoy en estos días, con los astros desalineados, tanto que al no pagar puntualmente mi servicio de Telmex ya me lo cortaron y tengo que salir a buscar un cibercafé para elaborar la edición del día.

LA COSA ES QUE…

Es muy probable que lo que hoy me sucede no vuelva a ocurrir jamás. Como dije, creo firmemente que después de esta pandemia china nada volverá a ser lo mismo, incluso las limitaciones del “periodismo pisacallos” como el mío. Sin embargo no puedo evitar que disminuyen las ganas de escribir, pero volveremos pronto al dato duro, nos espera una temporada electoral, ideal para hacer precisar quién es quién en la vida pública. Mientras tanto, “a tragar sapos”, no hay de otra; qué tal.

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