COSA DE PRENSA

Opinar por opinar, ¿o solo pensar?

Traes un sonido de crudo lamento

Crean en su futuro”: El Nabucco

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., martes 31 marzo 2020.- Ojeando el periódico (o mejor dicho, navegando por Internet) encuentro eco a mis pensamientos de cuarentena, pensando en los de Verdi en Nabucco, con: “Va, pensiero (Ve, pensamiento)”, el triste coro de los esclavos judíos de Nabucodonosor en Babilonia, pero también contundente exaltación a la fe en el futuro de toda la humanidad, como yo lo pienso. Me recuerda a mí, y creo que a todas y a todos, no tenerle miedo al mañana. Leo ahí, ojeando a El País, la columna de Antonio Ortuño, Combat Rock, Opinar por opinar, que no se refiere desde luego a lo que leemos en provincias como la mía, sino en toda la web, y sentencia: “¿Sufrimos, pues, una oleada de pensamiento fast food, empacado y listo para llevar, pero, asimismo, superficial y poco nutritivo? Sin duda. Tan veloz que uno pudiera pensar que incluso ciertos grandes maestros del pensamiento se están entregando a la neurosis opinadora y han terminado por despachar parrafadas bastante cuestionables… Busquemos, mejor, lo que tengan que decir los científicos y esos poquísimos articulistas que opinan con datos e investigación, así sean preliminares, sobre esta nueva realidad. Sin duda que la filosofía, la sociología, la economía, la politología y hasta la historia tendrán mucho que decir sobre esta catástrofe. Pero hay que darles el tiempo y exigirles la claridad de miras suficientes para que lo hagan con rigor”… También leemos en el mismo periódico un artículo de Javier Rodríguez Marcos, sobre Juan Antonio González Iglesias, profesor de latín en la Universidad de Salamanca, que describe también convincentemente, el concepto de fe en el futuro de la humanidad que quiero compartir hoy. Cuenta que en días pasados, el rector de esa casa de estudios –de Adolfo Suárez, Miguel de Unamuno y Calderón de la Barca, entre otras celebridadesle pidió un poema apropiado para esta crisis del coronavirus: “El elegido fue el que da título a su séptimo libro, Confiado (2015), ‘un canto a la lentitud y lo sencillo”, en el que Juan Antonio describe lo que yo veo como una suerte de la etimología que del temor hace Aristóteles: “Define el miedo como un sufrimiento anticipado, por un mal que nos aguarda en el futuro”. Y el escritor español aconseja: “Ahora es el momento de lo contrario: pre-sentir el futuro como un bien”. Más o menos como Zaccaria, el rabino pide a su pueblo en Nabucco. Pero júzguelo Usted mismo, el poema de Juan Antonio dice así: Pongo mi corazón en el futuro. / Y espero, nada más. / De los dos monosílabos prefiero / el más claro, el sencillo, el que despliega / un lienzo en el que todo / podrá ser. El amor / dará firmeza a lo que digo. Estoy / con los que creen sin ver, con los que andan / sobre las aguas. Cuando el mundo entero / o mi mundo se hunden / tantas veces, entonces / algo relacionado con los pájaros / o los lirios me salva. / Entonces tengo todas las palabras”… El pensamiento, hoy más que nunca es libre de toda atadura, en particular el mío, porque además, el que habrá de sobrevivir será un nuevo pensamiento. Y así llego a Va, pensiero (Ve, pensamiento) el drama de Guissepe Verdi (1813-1901), creado en la catarsis por la pérdida de su esposa y dos hijos, una de las óperas más bellas de la humanidad, Nabucco (1842), de la que escucho su coro Va, pensiero, sobre un mundo que hoy sufre, el míoOjalá te inspire el Señor una melodía / que infunda al padecer virtud / que infunda al padecer virtud / al padecer virtud. Son las últimas frases del coro Va, pensiero, de la ópera estrenada el 9 de marzo 1842, en el teatro La Escala, de Milán, con que Verdi exhala lo que traía dentro, “un sonido de crudo lamento”, su duelo personal y al mismo tiempo, el del pueblo israelita esclavizado por los babilonios, en la tragedia provocada en el amor imposible de Abigaille por Ismaele, enoramorado de su hermana Fanena, a la que Nabucco pone fin… Ve, pensamiento -mi pensamiento ahora, en la cuarentena del coronavirus- vuela con alas doradas y se posa sobre alguna de las siete colinas de Roma Aventino, Capitolino, Celio, Esquilino, Monte Palatino, Quirinal o Viminal, no sé cuál– “donde exhalan su fragancia tibios y suaves los aires dulces de la tierra natal”, como dice Nabucco, y observo consternado el vuelo de tantas y tantas almas perdidas por la pandemia: 337,552, al momento de cerrar este texto, a las 15:47 horas de ayer. (Fuente: covidvisualizer.com).

LA COSA ES QUE…

¿De qué otra manera podría imaginar el enorme dolor humano que vive en estos momentos la Italia de Verdi y Nabucco, y el de todo el mundo, si no es con estas letras que se me ocurren, poniéndoles como fondo el coro de los esclavos que claman libertad a la orilla del Eufrates, mientras esperan la muerte y su rabino Zaccaria los conforta y les pide angustiado, creer en su futuro, como Usted y yo creemos ahora; qué tal.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *