- Un primer deber del periodismo
- El Reforma falta a la veracidad
- Debemos evitar el catastrofismo
Javier Rodríguez Lozano
AGUASCALIENTES, Ags., lunes 23 marzo 2020.- Un primer deber del periodismo es su compromiso irrenunciable con la vida humana y ponerla en riesgo, su pecado capital. El periódico Reforma se ha convertido en el ariete de esa comunidad de medios de comunicación incómodos con el personal estilo de gobernar de Andrés Manuel López. En días pasados publicó como nota principal: “Frena la burocracia pruebas; crece virus”. La nota dice: “A 22 días del primer caso de coronavirus en México, el Gobierno federal mantiene frenada la autorización de laboratorios privados para que realicen pruebas de detección del Covid-19. La capacitación y autorización para los únicos dos centros de diagnóstico validados por el Gobierno demoró tres semanas en medio de una epidemia que crece de forma acelerada”… Independientemente de que el periódico español El País se inspirara en ese tipo de información para entrevistar a funcionarios de la OMS en busca de una condena al respecto, el citado periódico regiomontano vulnera sensiblemente principios fundamentales del Código de Ética Periodística de la Unesco. Por ejemplo, en su artículo 9 que establece el compromiso del periodista con “la eliminación de la guerra y otras grandes plagas a las que la humanidad está confrontada”. De ninguna manera el periódico Reforma cumple con estos principios consagrados por ese Organismo de la Educación, la Ciencia y la Cultura de la ONU: “1.- El derecho del pueblo a una información verídica: El pueblo y las personas tienen el derecho a recibir una imagen objetiva de la realidad por medio de una información precisa y completa, y de expresarse libremente a través de los diversos medios de difusión de la cultura y la comunicación. 2.- Adhesión del periodista a la realidad objetiva: La tarea primordial del periodista es la de servir el derecho a una información verídica y auténtica por la adhesión honesta a la realidad objetiva, situando conscientemente los hechos en su contexto adecuado. 3.- La responsabilidad social del periodista: En el periodismo, la información se comprende como un bien social, y no como un simple producto. Esto significa que el periodista comparte la responsabilidad de la información transmitida. El periodista es, por tanto, responsable no sólo frente a los que dominan los medios de comunicación, sino, en último énfasis, frente al gran público, tomando en cuenta la diversidad de los intereses sociales”… El desmentido oficial estuvo a cargo del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, el pasado sábado: “El otro elemento que me gustaría comentar, dado que fue motivo de una primera plana de uno de los periódicos de circulación nacional, quiero aclararlo. En esta plana a la que me estoy refiriendo decía textualmente: ‘Burocracia frena pruebas; crece el virus’. Y la nota correspondiente parecía implicar que hay una disposición o una actitud por parte del gobierno para frenar que los laboratorios privados participen en el diagnóstico. Los dos primeros ya completaron el trámite y están autorizados desde este viernes para la realización de pruebas; los restantes están en proceso. Esto ya lo habíamos aclarado hace un par de días, pero lo vuelvo a decir por si algún medio de comunicación quisiera no darse por enterado. Desde que inició la fase de preparación, estamos hablando de enero, desde enero del 2020, cuando empezamos a integrar los distintos componentes y pensamos en el tema de diagnóstico, una disposición de nosotros mismos, del Gobierno de la República, fue descentralizar lo más pronto posible el diagnóstico, utilizando todos los recursos que estuvieran disponibles en el país. Primariamente la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública, que coordina el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, Indre, y los 32 laboratorios estatales de salud pública, así como el laboratorio de la Ciudad de México. También los laboratorios de apoyo a la Vigilancia Epidemiológica, en donde algunos hospitales e instituciones de salud y también del Seguro Social y del Issste se incorporaron a la capacidad diagnóstica. Y con eso tenemos 41 laboratorios que abarcan todo el país. En sentido estricto, estos laboratorios son suficientes para los propósitos para la que está diseñada la prueba, que es la vigilancia epidemiológica. Sin embargo, comprendemos que pudiera haber personas que les resulta tranquilizador realizarse una prueba si tuvieran algunos síntomas. Hemos explicado ya que no existe una razón médica por la que la prueba ayude, es decir, las decisiones del personal médico en instituciones públicas o en organizaciones privadas no depende de que se confirmen o se descarte el diagnóstico. Se debe asumir que cualquier persona durante toda esta fase de la epidemia que presentara los síntomas característicos lo más probable es que tuviera coronavirus y se le debe poner en aislamiento para protección de la familia, la comunidad y la sociedad. Se debe vigilar la evolución que va a ser hacia la cura espontánea por producto del sistema inmune, el sistema de defensas en personas con bajo riesgo de complicarse y que debe cuidarse para detectar tempranamente manifestaciones, síntomas, signos, de complicación en las personas adultas mayores, mujeres embarazadas o personas que padezcan ciertas enfermedades crónicas que disminuyen la potencia del sistema inmune: hipertensión, diabetes, enfermedad cardiovascular o también otras enfermedades como enfermedad pulmonar crónica, vivir con VIH, cáncer, uso de medicamentos inmunosupresores. Entonces, la prueba diagnóstica, insisto, es una prueba para uso en Vigilancia Epidemiológica, pero si alguien tiene la inquietud de realizarse la prueba y quiere tener esta prueba a la mano en laboratorios privados puede hacerlo”… Donde se pondría en riesgo la vida humana es en el siguiente escenario, subrayado por el doctor López-Gatell cuando menciona los dos requisitos, el primero de los cuales es demostrar la competencia técnica del laboratorio, y: “Lo que no queremos que ocurra es que una persona, particularmente las personas adultas mayores, se queden confiadas de que resultó negativa la prueba. Si las cosas (los laboratorios), no están haciendo las cosas con la calidad debida y el resultado es falsamente negativo, va a exponer a la persona al riesgo de confiarse innecesariamente, como si realmente se hubiera descartado la infección por coronavirus”.
LA COSA ES QUE…
Una de las recomendaciones de la Fundación Gabo, la 4, pide a los redactores evitar los titulares alarmistas, dice: “Es habitual por estos días ver adjetivos en los titulares que califican al coronavirus de ‘virus mortal’, o a la pandemia de ‘catastrófica’. Ante esto, Al Tompkins del Instituto Poynter recomienda ‘cuanto peor es la situación, los periodistas necesitan limitar más los adjetivos. Por ahora la gente sabe que este es un problema grave. Cumplamos dándoles los hechos tal y como son”; qué tal.