- Bondad de la ciencia política
- Su lenguaje onírico y secreto
- “Traga sapos sin hacer gestos”
Javier Rodríguez Lozano
AGUASCALIENTES, Ags., viernes 28 febrero 2020.- La ciencia política es bonita por más de un montón de razones, más allá de hacer posible lo imposible, como por ejemplo, combatir la corrupción y la impunidad, complacencia de los más y dolor de cabeza de unos cuantos. Una de esas razones es su lenguaje secreto, misterioso, esotérico y onírico. aquel que ni se escribe ni se imprime, pero sí se piensa, sí se siente y así se desliza al sentido común del animal químicamente puro político. Como el que entendía los mensajes de Hermes –El mensajero de los dioses– prudente y circunspecto, y profundamente hábil en todas las relaciones del intercambio social. En él (el lenguaje secreto) se deja ver y desnuda el mensaje en toda su inconmensurable belleza, con unas cuantas palabras… Todos los días podemos apreciar ese ejercicio en las mañaneras del Presidente. Millones y millones de mexicanas y de mexicanos lo vemos y escuchamos atentos, pero la inmensa mayoría no percibimos la nitidez del mensaje. Sin embargo, de gota en gota se agujera una roca y día llegará en que el mensaje presidencial sea más entendido por todas y todos; no por el bien de Andrés Manuel López Obrador, porque no tendría sentido, sino por el bien superior de México, que es muy distinto, y muy por encima de todo, la razón fundamental de las y los mexicanos… Veamos un pequeño pero gigantesco ejemplo de ese lenguaje subterráneo, pero intrínsecamente político del Presidente, en el tema del conflicto de Morena, partido que él fundara en 2014 y por el cual no mete la mano desde el 1 de diciembre de 2018. Por eso “el río revuelto” de los más, que saben -como Burke- que “si no llenas tu espacio, alguien vendrá a llenarlo” y quieren ser los primeros: Ricardo Monreal, Mario Delgado, Porfirio Muñoz Ledo, Bertha Luján, Alfonso Ramírez Cuéllar y muchas y muchos más. El Presidente ya dijo que si Morena se pierde él renuncia y desde hace muchos meses que él no se ve como líder moral, que lo es, de ese partido. También quiere un nuevo sistema electoral mexicano, el de la 4T, que no es compatible con la burocracia dorada del sistema político mexicano, que son sus consejeros y magistrados electorales, con salarios muy por encima del Presidente, “dueños de vidas y haciendas” en los comicios, donde ganan y pierden quienes ellas y ellos quieren, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Instituto Nacional Electoral, y no las y los electores… Hace unos días Lorenzo Córdova impuso al secretario ejecutivo Edmundo Jacobo Molina por encima de toda otra opinión. El Congreso analiza a cuatro nuevos consejeros. Cambiará el mapa del árbitro electoral. En desquite, la burocracia dorada TEPJF-INE, le asestó contundente jaque mate al Presidente, al aprobar el fraudulento congreso nacional convocado por Bertha Luján y que eligiera a Alfonso Ramírez Cuéllar como sustituto de Yeidckol Polevnsky, única lideresa de un partido político que renunciara al 75% del dinero público destinado a los institutos políticos… Por supuesto, hasta ahora el Presidente ha preferido perder la partida, que imponer toda la fuerza presidencial que ya no existe, “porque no somos iguales”. Por ejemplo, aquella que en 1976 le otorgara Luis Echeverría a Porfirio Muñoz Ledo, para robarle la elección en Nayarit a José Gascón Mercado en favor de Rogelio Flores Curiel; o la de los 20 millones de votos que nunca obtuvo Jorge de la Vega Domínguez por órdenes de Miguel de la Madrid para Carlos Salinas en 1988 y con todo y eso se robó los comicios. ¿Cómo respondió Andrés Manuel López Obrador a ese jaque mate de la burocracia dorada electoral, que ratificara el triunfo ilegítimo de Ramírez Cuéllar? …El reportero de La Razón, Antonio López, planteó ayer al Presidente: “Una segunda pregunta que tiene que ver con la decisión del Tribunal Electoral, la sentencia que se dio ayer, independientemente del tema de las presidencias, que sé que usted no habla de temas partidarios. Me gustaría… sí se echó atrás el tema de la donación de las prerrogativas. Este es dinero que viene de los impuestos de los ciudadanos, quienes han estado pugnando porque precisamente se reduzcan las prerrogativas. Entonces, nada más saber ¿qué opinión le merece? ¿Usted está de acuerdo, no está de acuerdo?” El Mandatario reaccionó: “Ah, sobre eso. Sí, tiene que reducir las prerrogativas y que ese dinero se utilice en beneficio de la gente”… Creemos nosotros que eso era suficiente, con esa expresión el Presidente lamentaba el fallo de los tribunales electorales y todo lo que de ello se derive. Veamos más: El reportero pide más: “¿Usted celebra o rechaza que se haya echado atrás? Morena había donado el 75% de sus prerrogativas”. El Presidente: “Yo creo que si un partido decide entregar parte de sus prerrogativas, ¿por qué se le impide, si es devolverle dinero a la hacienda pública para que se utilice en educación, en salud, en lo que hace falta? No creo que deba de autorizarse tanto dinero a los partidos políticos. Y considero tener autoridad moral para decirlo, porque cuando yo fui dirigente de un partido, del primero, fue cuando aumentaron las prerrogativas y nosotros decidimos utilizar sólo la mitad. ¿Y saben en qué se usaba la otra mitad? En tres cosas: en oficinas para apoyo a migrantes, en becas para los niños, niñas de dirigentes que habían perdido la vida en la lucha por la democracia y, tres, algo muy importante, no es para presumir, pero era yo presidente de un partido y se decidió utilizar parte del presupuesto para entregar de manera gratuita los libros de secundaria. Y por eso primero nos sancionaron, pero el mismo año se decretó que iban a ser gratuitos todos los libros de secundaria. Eso para mí es un gran orgullo. Entonces, considero que deberían de disminuir los presupuestos de los partidos y ese dinero utilizarlo para el desarrollo social, para la gente. Eso es lo que pienso”.
LA COSA ES QUE…
Ya hablaremos de los errores del Presidente, porque los tiene y muchos, pero mientras tanto es honestidad intelectual reconocer la infinita inteligencia, poco común, con que juega el ajedrez político del momento, porque con lo de Yeidckol, “supo tragar sapos sin hacer gestos”; qué tal.
