COSA DE PRENSA

 

  • Un pacto con el diablo
  • ¿Cuánto tiempo durará?
  • Conocido amigo del diablo

 

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., jueves 1 de agosto 2019.- “Nada existe peor que la pobreza”, dice el marido de Paulina al conversar con un desconocido en un cine donde se exhibe la película Un pacto con el diablo, en el cuento del mismo nombre, de Juan José Arreola, donde plantea una interrogante que si la trajéramos al momento mexicano, resultaría de gran utilidad imaginar la respuesta. El esposo de Paulina, cuyo nombre nunca menciona el autor jalisciense, llegó tarde al cinematógrafo y pregunta a su vecino de asiento si podría platicarle lo que ha ocurrido en el filme: “Con mucho gusto. El diablo se compromete a proporcionar la riqueza a Daniel Brown durante siete años. Naturalmente, a cambio de su alma. —¿Siete nomás? —El contrato puede renovarse. No hace mucho, Daniel Brown lo firmó con un poco de sangre” … El de Arreola es una pacto con el diablo contra la pobreza, no confundirlo con el pacto con el diablo de Riobaldo, a cambio de una relación erótica con una mujer, “que es como un querubín y un ángel de la guarda”, según Danubio Torres Fierro, en su crónica de Grande sertao: veredas, de Joao Guimaraes Rosa; ni con la prosa de “el hombre más solo que los demás”, por llevar en él al diablo de la soledad, al haber crecido en un orfanatorio, según confesión de Juan Rulfo a Elena Poniatowska: “Eh, eh, ¿quién eres tú? -Tu amigo. -Serás el diablo. -Ah pos tu amigo. -Entonces ya te conozco, ya nos vimos” … En 2007 la IV Legislatura de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal (integrada por 66 diputadas y diputados, nótese el número) despenalizó el aborto y Felipe Calderón declaró la guerra al crimen organizado y empezó la cuenta sangrienta. En cualquiera de esos momentos, ¿alguien pacto con el diablo la riqueza y la impunidad de que disfruta, a costa de las penas y el sufrimiento de la gente? ¿Por siete años y ya llevamos 12, y cuántos faltan? …Ayer planteamos una singular reflexión, la de Cartas del diablo a mi sobrino, de CS Lewis, donde dice: “Mi querido Orugario: sí; el noviazgo es el momento de sembrar esa semilla que engendrarán, diez años después, el odio doméstico (…) Aprovéchate de la ambigüedad de la palabra Amor, déjales pensar que han resuelto mediante el amor problemas que de hecho solo han apartado o pospuesto bajo la influencia de este encantamiento. Mientras dura, tienes la oportunidad de fomento en secreto los problemas y hacerlos crónicos” … Orugario -dice la sinopsis de una crónica- es un demonio principiante necesitado de ayuda. “A su cargo se encuentra un joven que acaba de convertirse al cristianismo, pero aún hay esperanza de que pueda seguir por el mal camino si Orugario se esmera lo suficiente. En esta serie de cartas, su veterano tío le ofrecerá sus mejores consejos para condenar a un hombre”. ¿Por qué leer Cartas del diablo a su sobrino?, pregunta el texto, y explica: “Los demonios han tomado nota de sus fracasos tras siglos tentando a los hombres. Ya han aprendido que a veces es mejor no ir de frente, que la mentira es fácilmente descubierta y que las medias verdades pueden ser su mejor arma. A veces, simplemente, lo mejor es sembrar la duda y esperar a que germine. Saben bien que es mejor tentar con los simples pecadillos del día a día” … Mucho ojo, fue Gabriel Amorth y el padre Rivas -aquel que llevara al michoacano Ángel al Vaticano, para que el 20 de mayo de 2013 el Papa Francisco lo exorcizara y le sacara los cuatro demonios que llevara dentro de sí durante los pasados 14 años, los que descubrieron que “la bronca del diablo contra México” se debía a la legalización del aborto en la capital mexicana. ¿Y quiénes aprobaron eso, que fue lo que detonó, en opinión de los citados clérigos, los incontables crímenes que no cesan, porque motivaron el enojó la Virgen de Guadalupe y la disminución de su amparo? (Otro ojo: El estado de México está a punto de legalizar también el aborto, habrá que observar cómo se incrementará ahí la violencia).

LA COSA ES QUE…

Fueron 34 legisladores del Partido de la Revolución Democrática, 17 del Partido Acción Nacional y alguna “morraya” del PRI y los demás partidos, entre ellos el Panal con Fernando Espino Arévalo, el eterno líder del Metro, y presidida la mesa directiva por el perredista Víctor Hugo Círigo; qué tal.

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