COSA DE PRENSA

 

  • Una historia verdadera
  • Corrupción e impunidad
  • Los daños colaterales

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

AGUASCALIENTES, Ags., sábado 25 mayo 2019.- Tan impactante es el hecho de saberse con una enfermedad mortal, como el cáncer de mama, como –por otro lado- escuchar de un especialista de renombre reconocer que mucho del personal del Instituto Mexicano del Seguro Social en Aguascalientes no está a la altura de las necesidades de salud de los pacientes. Y eso nos lleva a Carlos Fuentes cuando lamentaba los crímenes que se cometían a nombre de la democracia. Nosotros lamentaríamos: “Oh, Seguro Social, cuántos crímenes se cometen en tu nombre” … En esa reunión de gabinete oncológico –una cualquiera, de un día cualquiera, en cualquier momento y lugar- el número dos de los expertos, una vez escuchado parte de la historia clínica de la paciente, con preguntas formuladas por el experto número uno, recomendó a los asistentes -estudiantes de medicina, algunos pasantes, personal de trabajo social y de algunas otras áreas del IMSS- ir más allá del simple diagnóstico arrojado en una mastografía de rutina, donde el médico dijera a la paciente que no había nada. “Oiga doctor, es que yo estoy preocupada. Hace algunos meses me detecté una bolita en el seno y quisiera saber qué es”, cuestionaba la paciente al galeno. “Sí señora, pero estos estudios dicen que usted no tiene nada, así que no se preocupe”. Esta escena fue más o menos la misma de los cuatro o cinco años previos al desenlace que hoy relatamos. El personal médico de entonces no le dio importancia a una mastografía, hasta que se decidió practicar una biopsia y entonces sí, ahí estaba el asesino más silencioso y pernicioso de la salud: el cáncer. Ahora vamos a practicar otros estudios para saber qué tipo de tratamiento vamos a aplicar, empezando por la quimioterapia, le diría el médico a la paciente y le entregó los papeles para solicitar los estudios. Tras ella había otra paciente, digamos, la número dos. Cuando la paciente uno inició su periplo hacia los estudios recomendados, entre ellos uno que habla de la historia química del paciente con el diagnóstico de la medicina nuclear, cuyos aparatos no tiene el Seguro Social Aguascalientes, le dijeron que el radiólogo o el especialista que debía atender un estudio previo, estabas de vacaciones, que esperara su regreso. Mientras, la paciente número dos avanzó en su recorrido, con diagnóstico más o menos semejante… Y así pasaron semanas, más de un mes, casi dos, sin que la paciente número uno pudiera iniciar su tratamiento de quimioterapia. Ella empezaba a sentir mal en el brazo de la parte del seno afectado y eso incrementaba su preocupación… Después de algunas cancelaciones o posposiciones –que no está el médico, que venga después; que anda de vacaciones- finalmente la mañana de ayer el experto número uno recibió a la paciente uno. Qué lenguaje, qué precisión oral, qué actitud profesional; sin duda, toda una eminencia, uno de esos raros eslabones perdidos de la medicina, muy seguramente con más popularidad en el sector privado que en la salud pública, “paciente” también ésta de ese pernicioso cáncer que el presidente Andrés Manuel López Obrador llama: corrupción e impunidad. Dicen que por eso renunció Germán Martínez Cázares, lo cierto es que este homo politicus también sabe mucho del tema corrupción e impunidad desde su partido. Para entonces, la paciente número dos ya había rebasado a la número uno en atención, había recibido mejor tratamiento –y qué bueno- a pesar de haber llegado después a solicitar el servicio… No estaba a la mano la historia clínica de la paciente (1) y el especialista hubo de armar uno sobre la marcha: ¿Usted fuma? Sí, doctor; por fumar le dio cáncer, sin la menor duda, le dijo. Y luego la paciente relató lo relacionado con una bolita en el seno del que una mastografía dijera que no pasaba nada. Hay que dejar el tabaco para toda la vida, es muy importante; no puedo controlarlo, se excusó la paciente. Se llama autocontrol, es una decisión suya. Y en seguida, el médico especialista, repito, toda una eminencia, vaya, una rara avis con la que uno difícilmente se tropieza un día cualquiera, explicó con manzanitas a su paciente las tres primeras fases del tratamiento.

LA COSA ES QUE…

En otro campo, el de la vida jurídica de Aguascalientes, lo mismo pasa en los juzgados mercantiles. Ahí el cáncer lo produce la corrupción y la impunidad: “Usted se defiende, ¿pero imagínese tanta gente que no sabe cómo?, comentó un notable jurista a un simple rehén de los daños colaterales; qué tal.

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