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La reinvención del periodista
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Surgirá de un gran conversatorio
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Club de Periodistas de México, A.C.
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Aguascalientes, no a los libros
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, miércoles 16 agosto 2023.- “Seguimos sin saber contar nuestras vidas… Informamos sobre gente que no le interesa a nadie… El periodismo está en crisis”, dice un pensador español”, y coincidimos con la forma, pero discrepamos con el fondo.
No solo en el plano geopolítico urge entender quién realmente manda en el mundo y por qué sus batallas repercuten en todos sus rincones, como en la Colombia que asesina a un candidato presidencial, América del Norte donde se enturbian las elecciones, o el México polarizado por los extremismos; sin hablar la nueva hegemonía del multipolarismo que propone China como sustituto del globalismo neoliberal, ni del conflicto ruso-ucrania y el riesgo de guerra en Taiwán, sino también para saber por qué el periodismo -en México y el mundo- está en crisis.
¿Habrá llegado para el periodista el momento de reinventarse, porque la actividad que lo define, el periodismo, ya no existe?
¿Cómo entender la información?
Un ejemplo de la polaridad extrema en México, es que la mayoría de los mexicanos ven “otros datos” que los medios difunden, y algunos periodistas, no tanto a la manera de Juan Rulfo, pero al fin y al cabo así se ve: “incendian el llano” un día y otro también.
Dice nuestro compañero y amigo José Luis Camacho en su columna de este domingo:
“Y entre sus ocurrencias, el presidente mete, maliciosamente como calificó el Tribunal electoral a sus dichos sobre Xóchitl Gálvez, temas en los que trata de esconder su malestar con algunos medios escritos y electrónicos, así como a no pocos comunicadores que cubren importantes espacios en el espectro mediático del país y que de plano son analistas críticos, en la mayoría de los casos, de sus actos de gobierno”.
Otro ejemplo lo es la gobernadora de Aguascalientes, Tere Jiménez Esquivel, que el igual que en otras entidades como en Chihuahua, se fue este domingo de nota principal en la portada del periódico La Jornada, con una nota de nuestro también compañero y amigo Claudio Bañuelos, que anunció que no entregará los libros de texto gratuito, debido a las denuncias en su contra.
“Anunciamos que los libros de texto gratuito no serán distribuidos hasta en tanto las autoridades competentes se pronuncien antes los distintos juicios de amparo que ciudadanos y organizaciones no gubernamentales han promovido”, diría mandataria.
En Aguascalientes, dijo en otra parte, “siempre ha marchado por el camino correcto y esta vez no será la excepción; nuestro principal objetivo es formar hombre y mujeres en los valores, saberes y conocimientos que nos permitan consolidar una sociedad más humana, más unida y más competitiva, para enfrentar los retos y desafíos del mundo globalizado”.
El periodismo global está en crisis porque muchas noticias nos dicen cosas que la gente no ve por ninguna parte, mientras que otros pocos periodistas independientes del periodismo tradicional y hegemónico, dicen cosas que tampoco la gente se entera porque prefiere las redes sociales, donde en cierto modo encuentra información afín a su dintel de resistencia psíquica, es decir, fácil de entender.
Si las masas supieran quién manda en el mundo, entenderían también el por qué el periodismo tradicional y ya no tan hegemónico, insiste en informar de gente que no interesa a nadie.
Adentrémonos en esa consideración desde un punto de vista más amplio en el medio de comunicación líder en los pueblos de habla hispana, “que insiste en informar de gente que a nadie interesa”, El País.
Martín Caparros es un periodista argentino avecindado en España, autor del libro El Hambre, “un viaje por varios países y ciudades del mundo, desde la rica Chicago donde está el mercado de futuros, hasta Níger, Bangladés e incluso Argentina. Se revisan las causas y los efectos de la falta de alimento que desemboca en el hambre y las hambrunas”, dice Wikipedia.
El hambre es la “preocupación” principal del directorio de las 130 personalidades más ricas del mundo, agrupadas en el Club Bilderberg, quienes creían que la pandemia arrasaría con un cuarto de la humanidad, tan solo porque “no había suficientes alimentos para todos”, pero fracasó.
Entiéndalo quien lo pueda entender.
Martín Caparros, escribe en El País Semanal de este domingo acerca de “La palabra periodismo”, y dice:
“Así que así nos llamamos (periodismo) todavía cuando esa periodicidad ya no existe. La palabra periodismo de aquellos tiempos en que los diarios salían a la mañana y los telediarios a la hora de la sopa.
“Ahora la información llega en cualquier momento, cuando quiere… Corren y corren y se estampan. El prisismo reemplaza con tal frecuencia al periodismo que el verdadero periodismo, tantas veces, consiste en desmentir lo que han contado ciertos medios antes de saberlo.
“Son detalles, mientras tanto, los periodistas estarán de acuerdo que el periodismo está en crisis…
“Es la caída de los grandes medios hegemónicos, los que definían qué existía y que no –y ya no lo consiguen y se duelen…
“Informamos sobre gente que no le interesa a nadie, o sobre gente que no tiene ningún interés, y no sobre nosotros, que nos interesamos.
“Seguimos sin saber contar la vida, nuestras vidas. Por eso tanto ‘público joven’ no sigue a los periódicos y su ‘información’, sino a otros jóvenes que le hablan de sus cosas: las de ambos…
“Que está en crisis, diríamos, si la palabra crisis todavía significara algo”, concluye.
LA COSA ES QUE…
El Club de Periodistas de México, AC, a cargo de Mouris Salloum George, prepara un conversatorio sobre La reinvención del periodista, a llevarse a cabo el próximo viernes 1 de septiembre, a partir de las 13:30 horas, en Salón Adolfo López Mateos de Filomeno Mata 8, en el Centro Histórico de la Ciudad.
Y esa es la idea, saber qué está pasando con el periodista y el periodismo mexicanos, qué estado guardan y hacia dónde se dirigen en estos tiempos modernos; tiempos de crisis geopolítica y regionales, en la política, la economía y la sociedad, y por supuesto, en el periodismo.
Queremos saber qué hay que hacer para difundir lo que la gente quiere saber, no lo que el periodismo tradicional antes hegemónico creía que debía saber.
Qué tal.