CLUB DE PERIODISTAS DE MÉXICO, AC.
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Enclaustra el INE la libertad de expresión
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Lo que mal empieza, mal termina
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¿Hasta cuándo?
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Hablemos del México que no nos gusta
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, viernes 28 julio 2023.- México se debate entre dos aguas: la que dice una cosa y la que dice otra, aunque ambas sean objetivamente relativas y equívocas… Y mientras de la lontananza surgen los destellos de luz, mínimos indispensables para el bueno juicio, el desgarradero de vestiduras es inenarrable.
Y esa claridad solo la da el tiempo; un tiempo que nadie tiene, ni quiere tener. Y México es el pagano, como siempre. Las tribunas todas, vaya, hasta la de doble A, rayan en un nacionalismo que se defiende solo en la retórica, pero nunca en el pragmatismo, ni en los hechos; pura palabrería.
Porque, imagínese Usted, amable lector, hay quien piensa que toda la prensa es mala, corrupta y chayotera, porque el primer obrero del país así lo dice; el mismo del que la clase alta habla pestes y al que la clase baja le prende veladoras… ¿No hay aquí una dicotomía insostenible?
Y hay también quienes creen que el país está al borde del abismo, porque “su Presidente lo lleva a la bancarrota”, porque no ha sabido conducirnos al progreso al que nos tenían acostumbrados los viejos regímenes… ¿No hay aquí otra expresión fundada solo en el ánimo personal de los karmas que pagan los “beneficiarios” de los antiguos regímenes, aquellos que hacían llover, pero salpicaban?
Nunca como ahora, incluso aceptando que tampoco viviéramos todos los escenarios de ese “nunca”, México había vivido más pulverizado que ahora, en el que nada importa que la sabiduría levante elevados monumentos al: “Divide y vencerás”.
Connotadas personalidades del mundo de la cultura, las artes, las ciencias y la tecnología, sin excluir a las más sustanciosas, inatacables y contundentes opiniones de todos los géneros de eso que llamamos ciencias políticas y Periodismo, están convencidas, porque así lo pregonan todos los días, que el país está al borde del abismo.
Y otra parte de mexicanos, la inmensa mayoría, pone sus manos en la lumbre para atestiguar que el actual no se parece a ninguno de los sexenios pasados, ni de los regímenes transformadores de Lázaro Cárdenas y los Adolfos, Ruiz Cortines y López Mateos; ni los del 68 y El Halconazo y con él los de la Docena Trágica de Luis Echeverría y José López Portillo; y mucho menos a los de la falsa transición tristemente conocida como La Docena Perdida de Fox-Calderón.
En este marco contextual, en el que el proceso de Sucesión Presidencial -que equivale a una Guerra Civil, aunque con sus propios matices- el Periodismo es la manzana de la discordia y no hay quien lo defienda integralmente, aunque sí, fragmentaria y elíticamente, esto es, relativo a las “élites” o lo que los franceses llaman “petit comités”.
Dicen reportes de prensa: “Tensa e incómoda fue la reunión entre el INE y la Conferencia Nacional de Gobernadores, pues los morenistas aprovecharon el encuentro ¡para regañar a los consejeros electorales! Y lo peor fue que la consejera presidenta, Guadalupe Taddei, bajó la cabeza y guardó silencio ante los reproches y se limitó a dar un mensaje meramente institucional”.
El problema no fue eso, ni que el gobernador de Sonora, el colosista Alfonso Durazo, le echara en cara al INE que limitara la libertad de expresión, en clara referencia a las medidas cautelares contra los exabruptos presidenciales, sino que también el morenista gobernador de Oaxaca, Salomón Jara criticara que no se aprobara la reforma electoral, “como si fuera cosa del INE”, dice los periódicos “a modo”.
El problema fue que el INE encerrara a periodistas para que no supieran qué trataban los gobernadores -unos cuantos- con los nuevos consejeros del árbitro electoral, que de manera muy temprana enseñan de qué están hechos y ese cobre no les sirve a nadie, ni a los procesos electorales del país, ni al país mismo; vaya dilapidación de recursos en este México en polvo.
Con todo y nuestras orgullosas ciencias políticas, ¿alguien sabe que ninguno de los 200 países alineados… perdón, afiliados a la Organización de Naciones Unidas (ONU) es soberano?
No, no lo es. Desde el momento en que acepta que el Gobierno Global no elegido en ninguna urna democrática, llamado ONU, les diga a los países miembros qué es, cómo y cuándo, deben hacer las cosas, no son soberanos.
Ejemplos, los hay y a montones en todas las agencias de ese Gobierno Global, uno de ellos puso de rodillas al mundo durante tres años con la llamada pandemia, se le llama la OMS y le dicen Organización Mundial de la Salud, que hace y deshace, con un costo inimaginable para las tesorerías de los gobiernos, muchos de ellos con deudas externas impagables, especialmente en América Latina, o mejor dicho, el Cono Sur.
¿A ver cuándo el “periodismo” moderno en México investiga aquellas vacunas que hiciera Felipe Calderón en 2009, a instancias de Nicolás Sarkozí -o como se llame el entonces presidente de Francia- en la empresa Birmex? Un fraude descomunal, ¿y quién lo denunció?
Otro ejemplo más que contundente, es el famoso grupo GEI -de la OEA, filial de la ONU, aunque no por escrito-, para investigar lo ocurrido en Ayotzinapa, donde el epílogo fue muy semejante a aquel que inventara Carlos Salinas de Gortari en 1994 llamado Ejército Zapatista, es decir: ¿Cuál fue el resultado? Ninguno, nada más vinieron a hacer “turismo geopolítico” a expensas de un erario que todavía no madura en esa materia… Geopolítica, precisamente.
LA COSA ES QUE…
El periodismo en México vive su peor momento de la historia: Francisco Zarco, Filomento Mata, los Hermanos Flores Magón y muchos otros nombres históricos del periodismo mexicano, vivieron momentos difíciles, pero nunca como éstos, como los que vivimos en la contemporaneidad.
Y es el blanco al que todos le tiran, desde los poderes públicos -todos los sectores sociales del sistema político mexicano- y ahora, hasta el crimen organizado… ¿Recuerda Usted aquella entrevista de Julio Scherer con el Mayo Zambada, que nunca se publicara? Eso lo dice todo.
Un grupo de periodistas de la vieja guardia empezarán a reunirse muy pronto en el Club de Periodistas de México, AC, de Filomeno Mata número 8, en el Centro Histórico de la Ciudad, para discernir acerca de aquel periodismo y de cómo contribuir a un México mejor, porque el que tenemos no nos gusta; aunque nunca lo dejemos de amar entrañablemente y para quien nuestra fidelidad siempre será la misma: Nada por encima de México.
Qué tal.
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