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Las sombras de un depredador
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Un mal que sí duró 100 años
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Fundador del Club Bilderberg
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Él cumple 100 años; el club 69
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, lunes 29 mayo 2023.- El pasado viernes cumplió 100 años de edad el mayor homicida del último siglo y pertenece al directorio de 130 mujeres y hombres más ricos que deciden, con mano en la cintura y manotazos sobre la mesa, los destinos del mundo: Henry Kissinger.
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Representan, ellos, que no son votados en las urnas, el mayor poder humano sobre el planeta, por encima del político y del religioso, blindado por un complejo y sofisticado entretejido global que convierte en “conspiracionistas” a todos sus adversarios y en leyes y acciones todas sus decisiones que le cambian el rostro al planeta, como la guerra, el neoliberalismo, la pandemia y hoy, la agonía del dólar y un nuevo orden que hace a todos dueños de nada, al que China, Rusia y la India, hasta ahora, se oponen con todo a través del multilateralismo.
Cualquier periodista, en toda sala de redacción del mundo, desde las de The New York Times, Washington Post y El País, hasta las de Cine Mundial, la Crónica o la Afición, siempre se extrañará que algunos o muchos de sus más sufridos, pero impecablemente documentados reportajes, no solo no aparezcan en la primera plana de su edición del día siguiente, sino que ni siquiera se publique “en la página de cines”, adonde son confinados los boletines “que no cumplen con sus fines”.
Cualquier periodista sabe muy bien de qué estoy hablando.
¿Y por qué ocurre esto en todos los medios de comunicación del mundo?
Muy sencillo, porque en la reunión del año -este 2023 la número 67, desde 1954 de la primera en el hotel Bilderberg de Oosterbeeck, Holanda- las mujeres y los hombres más ricos del mundo se reúnen para decidir adónde debe ir el mundo, a través de los sucesores de los Rothschild, los Rockefeller y el príncipe Bernardo, reunidos originalmente por cabildero polaco Jozef Retinger, con la única idea, hoy vigente, aunque seriamente amenazada, de crear un sólido bloque estadunidense-europeo en contra de China y Rusia, por la vía del anticomunismo.
Parece ser que en los momentos en que se publica este texto, hoy lunes 29 de mayo, se cumple un aniversario más de la fundación del Club Bilderberg, en el primero de quién sabe cuántos años más, de la nueva hegemonía mundial encabezada precisamente por Xi Jinping y Vladimir Putin; pero esta es otra historia, nuestro villano favorito de hoy se llama Henry Kissinger.
Bueno, solo para demostrar lo arriba citado, diremos que hace pocos días se llevó a cabo una reunión en Beijing, entre el presidente Jinping y el primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, no hay que olvidar que hace poco se reunieron también Xi y Putin.
Del encuentro del presidente chino con el funcionario ruso, los observadores dijeron que “el desarrollo estable de las relaciones entre China y Rusia es crucial para la paz mundial y el proceso de multilateralismo para resistir la amenaza de la hegemonía y el unilateralismo”.
Xi le pidió a Mishustin que transmitiera sus sinceros saludos al presidente ruso, Vladimir Putin y recordó que durante su exitosa visita de Estado a Rusia en marzo, él y Putin trazaron un plan para el desarrollo futuro de las relaciones y la cooperación entre China y Rusia en varios campos.
Bueno, este paréntesis solo muestra que las piezas del ajedrez mundial ya no se mueven solo en Washington, a quien le está tocando jugar negras.
En este espacio, el pasado viernes, hablamos de la esquizofrenia política estadunidense, de la que dijimos:
“Y Claro, DeSantis no está menos loco que Trump, que tuvo las agallas de enfrentarse y vencer al poder económico mundial en 2016, cuando querían imponer a Hillary Clinton; por eso su venganza fue atroz en 2020, aunque la factura resultó demasiado cara: la pérdida de la Cuna de la Democracia”.
De esas paradojas de la vida que solo explican quién manda en el mundo, encontramos que Henry Kissinger, tristemente célebre por toda la sangre derramada por la “línea Bilderberg” (consejos) a los presidentes estadunidenses, resulta que este caballero judío alemán también ostenta un Premio Nobel de la Paz.
Los analistas señalan a Kissinger como “tal vez una de las figuras más oscuras del superpoder estadunidense, un premio Nobel de la Paz, exprofesor de Harvard y quien también ha sido acusado de ser el autor intelectual de crímenes contra la humanidad, golpes de Estado y acciones militares ilegales alrededor del planeta”.
El historiador Greg Grandin diría a un medio estadunidense, en el onomástico 100 de Kissinger, que ojalá que se cumpliera el dicho cubano según el cual, “no hay mal que dure 100 años”.
Cualquiera que haya estado en “los cuernos de la luna”, así le llamamos en el sistema político mexicano al poder -lo mismo el político, que el económico y social, que incluyen al periodístico, por ejemplo, que hoy combate con tanto éxito al presidente Andrés Manuel López Obrador- sabemos que “el poder no está en el ser, sino en el parecer”.
Y cuando alguien deja el poder, por cualesquiera de las muchas razones que puedan surgir, el “parecer deja de ser”, para convertirse en nada; sin embargo, no fue el caso de Kissinger, quien después de fungir como secretario de Estado de los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford, no volvió a ocupar cargo público alguno; no obstante, su influencia geopolítica ni disminuyó un ápice.
¿Por qué? Porque su poder no emana de la política global, sino del poder económico mundial, es decir, del Club Bilderberg, al que pertenece en su cuerpo colegiado de primer nivel desde que era un treintañero, lo mismo que sus impulsores Jozef Retinger y el príncipe Bernardo hasta sus muertes.
LA COSA ES QUE…
Definitivamente, COSA DE PRENSA no esespacio para la biografía del más grande criminal de los últimos 100 años -tal vez comparado con Hitler, pero ahí se van- sino únicamente una vez más, señalador, como es nuestro compromiso con el periodismo que practicamos, de una de las más grandes incongruencias que explican al palpitar del mundo, enamorado, porque no le dejan otra opción, de la mentira.
Qué tal.