“Ya estoy acostumbrado a esto, no es la primera vez; siempre me levanto”, lamentaría Ricardo Monreal Ávila al reconocer “una mancha más al tigre” que “incendiaría” ayer al Senado, con las llamas azuzadas por legisladores del PAN, con tribuna tomada y todo un dispositivo violento.
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El PAN secuestró a la Cámara Alta
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Se pertrechó en la calle y en tribuna
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Día de lucha que recordó a Maquío
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, sábado 29 abril 2023.- Como si se recordara, sin mencionarlo, en silencio, pero quizás pensando a Maquío, el panismo protagonizó ayer en el Senado una de las más cruentas batallas de la era moderna.
Y curiosamente también, sin mucha cobertura de prensa, como si se hubiera pronosticado que no llovería, que no pasaría nada, que todo estaba bajo control… Pero sí llovió (rabia), sí hubo descontrol y sí pasó…
Pasó algo que no debió pasar cuando se practican como deben ser los cánones y los paradigmas emblemáticos de las ciencias políticas, como aquel de saber “tragar sapos sin hacer gestos”, recomendado por Adolfo Ruiz Cortines a sus cuadernos de La Parroquia que aspiraban sin conseguirlo, saltar del dominó a la cosa pública.
Hoy, muchas y muchos legisladores de cristal, consumen caviar, langosta y salmón, y brincan indigestados porque el disparejo piso no está a modo, se rasgan las vestiduras y se rompen muy fácilmente.
Desde temprano, Margarita Zavala y sus huestes del conservadurismo mexicano, esas que se dice financia George Soros, se apostaron a las afueras del coso del Senado, por la calle de París casi esquina con Madrid, en La Tabacalera, con pancartas adheridas a los metálicos muros: “El INAI no se toca”, rezaban.
Muy cerca, frente a la puerta 3, se había estacionado el Mercedes Benz tripulado por las hijas de Ricardo Monreal, pero al maniobrar el vehículo se atoró de la defensa con una barrera tubular; el personal del Senado se afanaba por arreglar el desperfecto.
Las casi 200 personas ahí reunidas, todas de alta aristocracia, a juzgar por su color de piel y vestimenta, pronto serían atendidas por la senadora Xóchitl Gálvez, antagónica de Marko Cortés, pero al fin arropada por un sector del PAN, quien con micrófono en mano gritaba no temerle al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y le atribuyó al inquilino de Palacio Nacional ser el principal beneficiario de “el año de Hidalgo”, como de los más de 15 mil millones de pesos defraudados en Segalmex.
El discurso de Xóchitl era más o menos el mismo que el de Lázaro Cárdenas contra las petroleras extranjeras, los de Demetrio Vallejo y Valentín Campa contra Luis Gómez Z y Adolfo López Mateos, los del Movimiento Estudiantil del 68 contra Gustavo Díaz Ordaz, de los nicolaítas michoacanos contra Luis Echeverría y los de López Obrador contra los viejos regímenes; más o menos.
Tras ella, recargada en un árbol y girando instrucciones, Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, el de un pie en la cárcel y el otro en una cáscara de plátano.
Dentro del coso senatorial de Paseo de la Reforma, salvo la tribuna tomada por las y los senadores panistas, José Botello, Alejandra Noemí Reynoso, Lili Téllez, Estrella Rojas y las Claudias Anaya y Ruiz Massieu (priista, hija del malogrado José Francisco), lo demás permanecía en calma, hasta que se sentaría en el presídium el morenista Alejandro Armenta, para reanudar y recesar la sesión.
Pero antes, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila, ofrecía conferencia de prensa en el área correspondiente del Patio del Federalismo, ostensiblemente enfadado.
“Ya estoy acostumbrado a esto, no es la primera vez; siempre me levanto”, lamentaría Ricardo Monreal Ávila al reconocer “una mancha más al tigre” que “incendiaría” ayer al Senado, con las llamas azuzadas por legisladores del PAN, con tribuna tomada y todo un dispositivo violento.
Diría que estaba descartado el nombramiento del comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Explicó haber agotado el diálogo con sus compañeras y compañeros de bancada morenista: “Yo ya no tengo posibilidades, yo ya agoté las mías, para que mentirles. Intenté hacerlo, pero yo ya estoy agotado, si el tema del INAI es intransitable, pues no hay forma que yo pueda responder positivamente porque el grupo parlamentario ya decidió”, lamentó.
Rechazaría renunciar a la coordinación del grupo parlamentario de Morena, debido a la aparente pérdida de liderazgo, ya que a pesar de que se acordó en bancada que Ricardo Salgado Perrilliat sería el nuevo comisionado del INAI, se decidiría dar marcha atrás.
Argumentaría:
“No hay inseguridad ni tampoco hay una actitud de mantener una posición forzada, no, yo lo he puesto a disposición del grupo, de las y los senadores de Morena. Soy un hombre que no está casado con los puestos. Mi puesto permanentemente está en disputa y en prueba, y así son siempre y tengo casi cinco años luchando y actuando con congruencia y sensatez”.
Sin embargo, dejó ver que el periodo de sesiones no concluiría sin dar trámite a las iniciativas enviadas por la Cámara de Diputados, entre ellas la de la Ley Minera, la extinción del Insabi, pasar a la Sedena la administración del Tren Maya y la operación de su aerolínea, entre otras.
“¿Ya no hay más preguntas?”, interrogaría Ricardo Monreal mirando a todos lados, pero la curiosidad reporteril estaba también en receso; era viernes “y el cuerpo lo sabía…”
A esa hora, poco antes de las 16:00 horas, Morena y aliados contaban con 63 de las 65 asistencias que se requerían para sesionar en una sede alterna, entre las cuales estaban previstas el salón Octavio Paz, el piso 14 y el Salón de Comparecencias.
LA COSA ES QUE…
Más tarde arribarían los dos senadores que faltaban para completar el quórum de 65, por lo que Alejandro Armenta iniciaría la sesión correspondiente al viernes 28 de abril, sin embargo, informaría que, debido a la falta de condiciones, declaraba un receso para reanudar la sesión en un sitio alterno.
Enseguida el presidente de la mesa directiva, Armenta, ofrecería conferencia de prensa e informaría que el cambio de sede, “lo haremos con respeto a la Ley, lo haremos con respeto al Reglamento y lo haremos siempre con atención a la tarea que realizamos en el Senado de la República”.
El lugar y el cuándo, se publicarán oportunamente, concluiría.
Senado en llamas, pues.
Qué tal.