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Sí quiero ser Presidente de la República
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Como quieran quiero…
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Se autodestapa al finalizar las sesiones
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Antes que aparezca un “prieto azabache”
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, jueves 27 abril 2023.- Santiago Creel Miranda dice: “Sí quiero ser Presidente de la República… Como quieran, quiero”.
Esto ocurre antes de que aparezca un “prieto azabache”, como suponía en los anteriores procesos presidenciales Francisco Javier Ramírez Acuña, destapador de Felipe Calderón en 2004 y sepulturero de Creel en 2006, además, antecesor en la Secretaría de Gobernación de dos “hermanos” del michoacano Presidente perfilados a “la grande”, los trágicamente malogrados Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake Mora, el “caballo blanco”, hoy presidente de la mesa directiva de la LXV Legislatura al Congreso de la Unión en la Cámara de Diputados, da un paso al frente.
Como a Andrés Manuel López Obrador en 2006, 2012 y 2018, para Creel Miranda 2024 podría ser “la cuarta es la vencida”, esto es, ¿la buena, después de las tres anteriores sucesiones presidenciales?
Esta vez, ayer, la indiscutible y dilatada experiencia de Lalo Arvizu, jefe de prensa de la Cámara de Diputados (ex “Niño Héroe” en El Universal con Enrique Aranda Pedroza y Herminio Rebollo Pinal, exjefe de Información en Noticieros Televisa por muchos años), “catafixeó”, como diría Chabelo, la sala de conferencias Miguel Reyes Razo por unas carnitas y la entrevista con medios en la sala de prensa del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Ahí, Santiago Creel habló de la terminación del actual período de sesiones, del rezago legislativo, de los dos Méxicos fragmentados que padecemos y de algunos otros tópicos más, pero la nota era, es y seguirá siendo de aquí hasta el porvenir inmediato, su aspiración presidencialista.
Hagamos un poco de memoria: El año de 2004 fue un año dicotómico o de claroscuros en el estado de Jalisco, cuando como corresponsal de Excélsior en Guadalajara, quien esto escribe cubrió uno de los varios eventos que ganaron al entonces gobernador Francisco Javier Ramírez Acuña la fama de represor, que cuatro años después la pasaría factura al dejar el Palacio de Covián: La detención arbitraria de decenas de jóvenes altermundistas que protestaban el 28 de mayo de aquel año.
Quizás aquel escándalo serviría de “cortina de humo” para la prensa nacional y local, porque aquel mismo día, el secretario de Salud del gobierno de Ramírez Acuña, Abraham González Uyeda, ofrecería una comida en su rancho Las Palmas, del conurbado municipio de Tlajomulco de Zúñiga, donde el invitado de honor sería el secretario de Energía, Felipe Calderón Hinojosa.
La prensa no fue invitada a ese evento, en el que Ramírez Acuña destaparía a Calderón como aspirante presidencial, con el consiguiente berrinche y pataleo del presidente Vicente Fox, quien ya tenía más que preparado a su sucesor, Santiago Creel Miranda, el “caballo blanco”.
Pero con aquella fama, nombrado secretario de Gobernación en 2006, Calderón prescindiría de Ramírez Acuña y en su lugar nombraría a Mouriño Terrazos, quien el 4 de noviembre de 2008 moriría en un avionazo en las Lomas de Chapultepec y lo mismo ocurriría a su sucesor, José Francisco Blake Mora, el 11 de noviembre de 2011, en plena sucesión presidencial.
Se trataba de los hombres más cercanos al Presidente, y zares antidrogas, como Genaro García Luna y José Santiago Vasconcelos, defenestrado aquél y fallecido éste con Mouriño.
Pero todo eso es historia, como en los dos pasados procesos presidenciales, en los que Ramírez Acuña intentaría seguirle haciendo al “Fidel Velázquez” del PAN, y manejaría las listas de las caballadas:
En León, Guanajuato, el 5 de noviembre de 2010, el exgobernador jalisciense y exsecretario de Gobernación, aspirante al CEN de su partido, ofrecería siete encapuchados azules para 2012: los exgobernadores Emilio González Márquez y Juan Manuel Oliva, la diputada Josefina Vázquez Mota y el senador Santiago Creel, así como los secretarios de Educación, Trabajo y Hacienda, Alfonso Lujambio, Javier Lozano y Ernesto Cordero.
El 8 de noviembre de 2015, en Culiacán, Sinaloa, Ramírez Acuña sería entrevistado por un reportero de Manuel Clouthier, Manuelillo -José Alfredo Beltrán, del Noroeste, a quien describiría los “gallos” azules.
– ¿Entonces el PAN sí tiene “gallos”?
-Sí traemos varios, la misma Josefina Vázquez, el mismo Santiago Creel. Del gabinete veo a Ernesto Cordero, a Alonso Lujambio, a Javier Lozano, los gobernadores de Guanajuato, de Jalisco.
Ramírez Acuña dudaba, no veía candidato priista a Enrique Peña Nieto, “mientras tanto los medios son los que lo hacen el caballo, pero a lo mejor le puede salir un prieto azabache”, presumía.
-¿Y quién es ese? -Preguntó el reportero, la respuesta quedó en la subjetividad.
En resumen, 2006 en Tlajomulco de Zúñiga y 2012 y 2018, fueron las tres sucesiones presidenciales en las que el nombre de Santiago Creel Miranda sonó recio; en su cuarto intento, en 2024, el altavoz ya es una suerte de parlante antisismos, es decir, imposible de no escuchar que quiere ser otra vez candidato presidencial.
Ayer, en la sala de prensa del Palacio Legislativo, Creel dijo absolutamente convencido: “Quiero ser Presidente de la República, pero también quiero decir que antes que mi aspiración personal está mi país… Como quieran quiero…
Si quiero, sí aspiro, si participaré”.
Esto ocurre en el último día de sesiones del periodo ordinario, al que aún le quedan, sin embargo, los últimos tres días en que desahogarán agenda tanto las comisiones como diversos eventos; y el regreso será el primero de septiembre, con la respuesta parlamentaria al informe del presidente de la República.
En charla con los medios ayer, Creel relató que no se pude esconder lo que ha ocurrido en la Cámara de Diputados en las últimas 24 horas, “pues es la expresión de las dos visiones de país y la manera como pensamos una parte del país contra la otra”.
Se refería a la sesión de más de 24 horas seguidas, en las que Morena y sus aliados aprobaron nueve iniciativas, pero advirtió que serán impugnadas ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Dijo que el debate estará en la palabra “urgencia” porque se debe saber si había realmente una necesidad imperiosa para hacer todo lo que se hizo, por ejemplo, la Ley de Ciencia y Tecnología, la transferencia del Sistema de Salud al IMSS Bienestar, el hecho de haber dado una orientación distinta a lo que eran las contribuciones o los impuestos al turismo, por ejemplo, y canalizarlos a la infraestructura.
“Todo eso, digamos, tiene parámetros sobre lo que es urgencia, urgencia. Para darles una idea en términos sencillos: sería que en caso de un desastre natural que tuviéramos que hacer una ley para realizar una asignación presupuestaria a fin de enfrentar una situación realmente inesperada”, puntualizó.
“Entonces, la Corte ha tenido sus parámetros, y les anticipo una cosa: estoy seguro que como lo ha hecho la Corte, ustedes saben que hoy se confirma ya la suspensión definitiva en lo que es el Plan B”, agregó.
Aseguró que la suspensión definitiva de una parte del denominado “Plan B” de la reforma electoral, impulsado por el titular del Ejecutivo Federal, obedece a que la SCJN salvaguardó los valores de la democracia.
Apuntó que la suspensión del decreto legislativo tiene que ver con el análisis que hizo el Alto Tribunal al procedimiento parlamentario para su aprobación, y esto mismo podría aplicarse a las reformas que se realizaron a diversas leyes en la sesión de esta semana en la Cámara de Diputados.
Creel Miranda reiteró que en el eventual caso de que se impugnen las reformas aprobadas, el debate en la Suprema Corte se centrará en la palabra urgencia.
LA COSA ES QUE…
Santiago Creel Miranda expresó su agradecimiento a las y los reporteros de la fuente de la Cámara de Diputados por el acompañamiento que han hecho a lo largo del periodo de sesiones ordinarias que está por concluir.
“Expresarles mi más sincero, auténtico agradecimiento a todas y todos ustedes. Lo hago con sinceridad porque su trabajo es fundamental, son las correas de transmisión hacia afuera para verter la información siempre oportunidad, siempre veraz, siempre objetiva”.
Qué tal.
