Tratamiento farmacológico y psicoeducación a pacientes y familiares contribuye a controlar la enfermedad y mejorar su calidad de vida
Con motivo del Día Mundial del Trastorno Bipolar, que se conmemora hoy, el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), Pedro Zenteno Santaella, informó que este organismo promueve tratamiento humanista e incluyente en atención a la salud mental.
Por su parte, el director de la Clínica de Especialidades de Neuropsiquiatría, Daniel Martínez Cabrera, explicó que el trastorno bipolar es una serie de patologías mentales que afectan dos espectros del estado de ánimo: la manía o hipomanía, que provoca episodios de comportamiento alterados, exacerbados y expansivos; y el polo depresivo, donde existen síntomas de falta de motivación, exceso de sueño y de apetito, así como apatía y mucha tristeza.
Indicó que si bien este padecimiento registra baja prevalencia —uno por ciento de la población en México— es de gran impacto en la vida de pacientes, quienes suelen referir mucho sufrimiento emocional, sumado al estigma y rechazo social.
La aparición de este trastorno se da generalmente entre la segunda y la tercera década de la vida, que es cuando hay procesos de neuroplasticidad muy importantes, detalló el especialista.
Destacó que, en el trastorno bipolar, cuando hay un episodio maniaco o maniatiforme se registra una pérdida neuronal importante y disminución en el control del impulso; esto, debido a que el pensamiento se vuelve muy acelerado; alteraciones drásticas de sueño, se puede no dormir dos días y sentirse bien; aparece la dromomanía (necesidad constante de caminar de un lado a otro), así como ideas delirantes, sobre todo de grandeza o megalómanas.
Las personas con esta enfermedad pueden llegar a creer que tienen algún poder especial, lo que les puede llevar a errores de juicio. “Hay quienes piensan que pueden volar y aquí está el riesgo de mortalidad. En el polo depresivo, puede ser que se manifieste con tal intensidad que lleguemos a la idealización, intentos y consumación suicida”, puntualizó.
Subrayó que una parte muy importante es entender que el trastorno bipolar es recurrente. Con o sin tratamiento, la persona afectada puede tener exacerbaciones y manifestar síntomas maniatiformes como los descritos. Aquí lo importante es psicoeducar a pacientes y familiares para identificar cómo se da este proceso.
Reconocer, tratar y prevenir este tipo de crisis es para que los pacientes logren tener una vida lo más cercana a lo normal. “Atender estos signos cuando inician va ayudar a que no tengan ruptura en la funcionalidad”, afirmó el psiquiatra Martínez Cabrera.
Precisó que el trastorno bipolar es de causa multifactorial. Un elemento muy relevante es la genética, existe riesgo aumentado de padecer la enfermedad si hay un familiar de primer grado que ya la haya presentado. De igual forma, cuando ya existe esta condición, el uso de sustancias estimulantes y de ciertos fármacos sin prescripción médica puede detonar el padecimiento, por lo que recomendó a la población evitar las adicciones.
Finalmente, recalcó que está garantizada la atención profesional en hospitales y unidades médicas especializadas del Issste con psiquiatras y psicólogas. Se brinda acceso a tratamientos, se llevan a cabo acciones para sensibilizar a familiares y población en general sobre la naturaleza de estas patologías y sobre la importancia de la empatía, comprensión y apoyo a quienes las padecen.