“¿Y AHORA QUÉ SIGUE? … ¡NEXT!”
“¡LO QUE ES!”
Por Alejandro Ruiz Robles
Como personas siempre buscamos metas mediatas o inmediatas que alcanzar e implementamos los pasos que consideramos adecuados para alcanzarlas, en ocasiones tropezamos con hechos que se convierten en logros y en otras, de repente analizamos la situación y nos damos cuenta de que hemos sido honrados con un algo o alguien que enriquece nuestra vida.
Si bien la vida está llena de sorpresas, sólo hasta que nos percatamos de ellas y les damos su justa dimensión sabemos cuáles son sus alcances; de más está toparnos con momentos mágicos sino tenemos la madurez para comprenderlos.
Hoy, ahora, son circunstancias en las que nos encontramos y nos toca descubrir a nosotros su significado; sabemos que deambular por la vida sin darle sentido es simplemente existir y no es la pretensión de quien está comprometido con su vida.
En tu vida … ¿te das tiempo para ti? … incluso … ¡a pesar de ti!
“DE LA LUZ A LA OSCURIDAD.”
Cada día tenemos la oportunidad de despertarnos y plantear tareas a realizar hasta antes de volver a dormir. Damos por hecho que tendremos vida para ello y omitimos pensar en percances de salud o terceros.
La vorágine en que convertimos nuestro ritmo de realización de actividades no nos permite pensar más que en nuestras prioridades; conforme se desarrolla el día, miraremos si fue o no posible lograrlas y, sobre todo, reflexionar si fueron hechas a satisfacción.
Al anochecer, quizás sea de nuestra convicción agradecer por lo vivido y pedir por contar con un día más; no se trata de ser devotos o agnósticos, únicamente se trata de reconocer la fortuna de contar con un día más en nuestro haber.
No obstante, … ¿realmente se trata de un día más o para cada día te das la oportunidad de vivir a plenitud?
“EL LUTO QUE NOS VISITA.”
… Y justo cuando pensamos que estamos muy bien con nuestra vida … ¡aparecen los imprevistos y sabemos de las partidas!
Es decir, lo no considerado o nunca imaginado aparece o bien, desaparecen las personas que dábamos por hecho de que siempre nos acompañarían con su presencia.
Siempre he sabido que lo único irreparable en esta vida es la ausencia definitiva de las personas, razón por la cual, considero que aún cuando sea muy difícil la cuesta encontraremos la manera de superar los hechos o acostumbrarnos a esa nueva realidad.
Sin embargo, las personas al partir … ¿cómo las honramos?
“¡ERA TAN …!”
Difícilmente encontraremos al destinatario adecuado para nuestros adjetivos si ya no están; de más puede ser que los compartamos con sus seres cercanos, toda vez que éstos conservarán sus propias apreciaciones y será muy difícil cambiarlas.
¿Entonces? … ¿Cómo hacerle llegar al ausente lo que no dijimos de manera suficiente cuando estuvo presente?
Quienes tienen un credo, encontrarán en la oración la manera de honrar su esencia y agradecer por su presencia; quienes no, únicamente agradecerán a la vida haberlo conocido y vivirán con ello hasta que su memoria y afecto los conserven.
En ambos casos, siempre será grato indicar a quienes lo amaron nuestra solidaridad y estar cerca por si así lo requieren.
Sin embargo … ¿eso es todo? … ¿esperar a su ausencia para comprometernos a ser la mejor versión con ellos? … en el entendido que ellos no podrán apreciarlo.
Si la vida es ahora … ¿por qué esperar a mañana para actuar?
¿Te has preguntado alguna vez si has callado palabras para quien ahora está ausente? … ¿Qué sientes?
“¡LOS CALIFICATIVOS QUE YA NO CALIFICAN!”
Alguna vez escuché que no había mejor ser humano que el que estaba dentro de su féretro ni mejores aduladores que los que asistían a verlo y compartían condolencias a quienes lo amaron y tuvieron cerca.
Y … tristemente … ¡es cierto!
La vida es una y si bien podemos coincidir con grandes momentos y personas, nunca será igual en tiempos, entre otras cosas, a la de otros.
Las palabras y acciones no dichas ni hechas están por demás decirlas o hacerlas en su nombre, mejor pronunciarlas cuando nos escuchen y puedan responder los destinatarios o realizarlas en su presencia.
Acostumbrémonos a sustituir el … ¡era tan bueno! … por … ¡eres muy bueno … y te quiero como parte de mi vida!
“¿DÓNDE ESTÁS AHORA?”
Hasta ahora no hay evidencia científica contundente que nos indique donde están los que han partido de este mundo; únicamente, contamos con el dogma para confiar en su paz y plenitud a lado de quienes amaron en vida.
Lo único que tenemos de los ausentes es lo que ellos nos compartieron en vida y lo que vivimos a su lado; lo que fueron ya no lo podremos cambiar, pero siempre estaremos en la posibilidad de tomar lo mejor de ellos y de lo que a su lado aprendimos.
Es tan válido reír como llorar al sentirlos o invocarlos, pero está en nosotros saber a donde canalizaremos esas sensaciones y sentimientos.
Seguro es que si estuvieron con nosotros es porque valoraron nuestra compañía y apreciaron algo que los hacía disfrutar de nuestra forma de ser; quizás nunca sepamos en realidad que era, pero si encontramos en nosotros los detalles que los atraían, maximicémoslos y expongámoslos con quienes amamos. ¡Seamos atractivos para quienes nos importan!
Honestamente … ¿encuentras la plenitud en tu vivir de la manera en qué eres hoy?
“¡LA RAZÓN DE MI EXISTENCIA!”
Quienes nos aman siempre desean que encontremos y vivamos felices; asimismo, a quienes amamos siempre les deseamos la felicidad.
En ese contexto, si la razón de nuestra vida es ser felices … ¿cuál es la razón para complicárnosla?
¿Tenemos que esperar a qué no podamos hacer nada para reprocharnos por las omisiones en que hemos incurrido?, ¿no es mejor procurar dar todo lo que nuestro corazón y razón pueden para ser felices?
En vida siempre tendremos la posibilidad de lograr lo que nos propongamos; a su falta y hasta lo que conocemos ahora, no podremos hacer nada.
¿No crees que es momento de mirar al mundo de otra manera con la convicción de que en nosotros está ser felices?
“¡FUERA DE LA CAJA!”
Nuestro momento es ahora … ¡seamos la mejor versión de nosotros para quienes amamos y para quien nos rodea!
Las acciones y los sentimientos nunca han lucido bien en un estuche y mucho menos en una caja; no esperemos al final para ser felices ni mucho menos cuando ya no podamos hacer nada.
Si alguien quiere compartir su vida con nosotros agradezcamos a la vida y mostremos la riqueza de nuestra esencia, con los valores, razones y congruencia que nos han llevado a ser atractivos para ellos … ¡y disfrutemos!
Tengo la creencia de que quien es feliz con sus acciones y convicciones lo es para con los demás; en el entendido que el primer amor es hacia ti mismo … ¿coincides?
A partir de hoy no hay lugar para no ser la persona que queremos ser en plenitud … ¿te comprometes a estar para quien amas?
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Posdata: Agradezco de todo corazón al Festival Internacional de Cine y Música de la Ciudad de México (FICYM) por reconocerme como Conductor.
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