RAZÓN, TESÓN Y CORAZÓN

                                                                   

  Por Alejandro Ruiz Roble

“EL AMAUTA … ¡POR LA VIDA!   

 

EL SIGNIFICADO.

CIUDAD DE MÉXICO, martes 17 mayo 2022.-Amauta en quechua, la lengua de la cultura Inca, significa “Maestro Sabio” y era la persona que se distinguía por su sabiduría y compartía conocimientos de religión, cultura, ciencia, entre otros, a los hijos de la nobleza o del Emperador. Dado el honor y responsabilidad que tenían, la comunidad los reconocía y se convertían en integrantes del Consejo Imperial del Sapa Inca.

Dados los tiempos y nuestra propia historia, es difícil que podamos otorgar a alguien que nos ha dado su tiempo, experiencia, conocimiento o valores un reconocimiento distinto al personal con el que le agradezcamos; sin embargo, hay gente que llega a nuestra vida y trasciende más de lo que se imagina, ya que lo aprendido de ella puede no sólo quedar en nosotros y nuestros actos, sino que también puede ser ejemplo para que otros los tomen.

¿Te has puesto a pensar que, si por cada aprendizaje que recibimos, tomamos o comprendemos, estuviéramos en posibilidad de entregar un título a quien nos lo compartió … seguramente el mundo estaría lleno de diplomas?

 

¿QUIÉN ES TU MAESTRO?

Por nuestra educación formal, sabemos que un maestro es aquella persona que se ha formado para impartir conocimientos de temas determinados a un grupo de personas.

Por excelencia y tradición, si hay alguien a quien hayamos aprendido a respetar socialmente es al profesor; independientemente que, atendiendo a nuestra propia formación y desarrollo, con la edad tengamos más elementos para discrepar de su enseñanza.

Llama la atención que a pesar de la modernidad que enfrentamos y el desarrollo tecnológico, aún sea el maestro, una de las profesiones más respetadas en la sociedad, destacando de otras como los médicos, militares o ministros de culto.

Lo curioso del vínculo entre el profesor y el alumno es que va más allá del conocimiento, llegando a crearse incluso un vínculo afectivo, de admiración y respeto, que tiene su cúspide en los primeros años de enseñanza y desciende conforme avanza la edad.

Recuerdo que en más de una ocasión he escuchado a los niños dirigirse a sus maestras en la primaria con el término de “mamá maestra”; y seguro que para ellas debe ser verdaderamente gratificante y honroso que sus alumnos se dirijan con ese afecto que excede por mucho lo recibido en su nómina.

¿Aún sonríes al recordar tus anécdotas con algún profesor de tu educación básica?

 

EL RECONOCIMIENTO SOCIAL.

De más está pretender la importancia social que tienen y la manera en que los profesores han sido reconocidos; tan sólo pensemos en que existen monumentos, instituciones, días, festivales en su honor.

Y obvio, ni hablar de la música o entretenimiento, hay tantos títulos y obras al respecto que con tan sólo enunciarlas podríamos estar llenando el espaci de esta columna. Basta considerar que son tomados en cuenta en todas las historias, géneros, tramas, ritmos o escenarios. Desde la realidad hasta la ficción, su presencia es reclamada por los espectadores.

Es decir, resulta absurdo pensar en una sociedad como la que tenemos actualmente, sin reconocer la importancia de tan noble profesión.

Vale la pena mencionar que, con el tiempo, las personas podrán olvidar nombres, fechas o eventos de importancia para su comunidad pero difícilmente olvidarán las anécdotas, circunstancias o personajes que los acompañaron en su formación.

¿Crees que has sido justo con tus profesores?

… ¿Y EL OTRO MAESTRO?

Es cierto, la lógica nos lleva a creer que todos aquellos que se forman académicamente para educar, capacitar e instruir son maestros; pero … ¿qué pasa con los han sido formados por la vida o las circunstancias los han llevado a ello y tienen las cualidades suficientes para enseñar a quien está a su lado?

Si bien puede que no los llamemos maestros porque tienen ya otro título por ser padres, hermanos, parejas, amigos o compañeros … ¡no dejan de enseñarnos!

Desde luego, no es el momento de compararlos, pero si resaltar la actitud generosa de aquellas personas que se toman un momento de su vida para enseñarnos, consciente o inconscientemente, y darnos la oportunidad de con ello ser mejoras personas para nosotros y para quienes amamos.

Quizás no exista la Licenciatura, Maestría o Doctorado para ser Maestro de Vida o grado técnico equivalente, pero … ¿quién de nosotros no ha recibido el consejo de un amigo con el cual hemos logrado encontrar la solución a un problema?

Queda claro que las matemáticas no son comparables con el amor, ni la biología con la angustia, o la química con el fracaso; sin embargo, está de más pretender igualar el conocimiento técnico con el humano y puede resultar mejor simplemente reconocer como maestro a aquella persona que con su enseñanza me ayuda a ser una mejor versión de mi mismo, ya sea para solventar un problema o para crecer como ser humano.

¿Has tenido muchos profesores en la “Escuela de la Vida”?

LAS CONSTANTES.

Cada vez que me pregunto cuales son las características básicas de quienes me han enseñado algo, concluyo en lo siguiente: amor por lo que saben, generosidad en su impartición, valor que me reconocen, percepción de la situación, y lo más importante de todo, compromiso por trascender.

Quien es generoso en su forma de vivir, se conduce con honestidad, congruencia y apego a sus convicciones; sabe que en la manera de dar está la de recibir.

Es decir, la persona que tiene conocimiento se percata de la importancia de éste y su utilidad para resolver el problema que con mis palabras o actitud le he planteado, comparte su experiencia con el interés de que una vez que lo entienda, con convicción lo realice, atendiendo al valor que ve en vi y con ello y su sabiduría, esté en posibilidad de alcanzar la resolución de la situación que me ocupa.

Es obvio que la enseñanza sólo se da entre quien la tiene y quien la quiere, asumiendo que ambos estén preparados para ella; de lo contrario, no pasará de buenas intenciones.

No hay nada más grato en este mundo que disfrutar la escena en que una persona que tiene los ojos bien abiertos a la vida, desea aprender lo que ésta le plantea; ni nada más grato, que quien tiene el conocimiento lo pone a disposición de otra de forma alcanzable.

En tu vida que rol has disfrutado más … ¿cómo maestro o alumno?

“CUANDO EL ALUMNO ESTÁ LISTO, APARECE EL MAESTRO.”

Cuánta razón tiene este proverbio zen; en ocasiones nos afligimos por las circunstancias y exigimos resultados, sin percatarnos que nos hemos preparado toda una vida y ya estamos listos para enfrentar esa situación.

En muchas ocasiones, basta con escuchar una palabra, atender a una circunstancia o confiar en los que somos y sabemos para alcanzar nuestros objetivos.

Si tenemos ese conocimiento … ¿cuál es la razón para no compartirlo?

Si otros han sido generosos con nosotros, quizás sea el momento para consolidar esa actitud y compartir nuestra forma de vivir, conocimientos y experiencias con quienes nos importan y están a nuestro lado.

No vale la pena subestimarse o menospreciarse para evadir nuestra responsabilidad de dar; por el contrario, hay que ser objetivos y atender a nuestra fortalezas y debilidades para afrontar nuestras oportunidades y amenazas.

Basta motivarse con recordar lo que hizo el hijo de un carpintero por el mundo que lo rodeaba hace casi 2,000 años; es decir, hablar con verdad, amor y claridad.

Si algo podemos aprender de lo mucho que enseño, es que al participar con amor de nuestro conocimiento siempre nos hará mejores personas y dará a otros la oportunidad de serlo.

Es tiempo de atender al mundo y construirlo de la manera que hemos soñado; en vez de aplaudir o repudiar lo que hacen otros.

Después de todo … “De cada momento podemos extraer conocimiento y compartirlo … ¡Tanto enseñar como aprender es una responsabilidad!” … ¿ESTÁS DISPUESTO A ASUMIRLA?

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Posdata: Para todos los Maestros en mi Vida … ¡Muchas Gracias!

Importante: Síguenos “EN TUS PROPIAS PALABRAS” todos los miércoles de 16 a 18 horas a través de www.wowmx.tv o www.astl.tv … ¡Te esperamos en su 9º Temporada

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