COSA DE PRENSA / Hacedores de lágrimas

 

 

  • Los medios de comunicación
  • No qué pasa, sino qué dicen
  • Década cocinando la guerra

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

CIUDAD DE MÉXICO, lunes 28 febrero 2022.- Decía Goethe que, “el mundo de las palabras es el mundo de las cosas”.

 

Y la cosa es que, algunos mensajes espirituales, como los de la argentina Emilse Toledo, hablan de “la caída del velo” entre 2022 y 2025, con el cambio de cosas entre las mujeres y los hombres, y los países y los pueblos, que traerán el ocaso de los tiranos y la libertad de los oprimidos.

 

Estamos al filo de la navaja, entre todas aguas: Una es aquella que aprendió el mundo después de la Segunda Guerra Mundial, hoy en crisis, la del neoliberalismo y la globalización, que en estos momentos se defiende con todo en Ucrania; y la otra, una hermosa metáfora de Antoine de Saint Exupéry que lo explica todo: “Solo el corazón ve, lo esencial es invisible a los ojos”.

 

El punto es que, uno, dimensionado alarmante e irresponsablemente por los grandes medios de comunicación, hacedores de lágrimas, que todos los días nos absorben armonía y esperanza con sus noticias falsas y su mercantilismo globalizado; y dos, que la única salida humanamente posible es refugiarnos en el corazón que nunca nos engaña.

 

La guerra de siglos entre Rusia y Ucrania tiene al menos una década de cocinarse en las asambleas anuales de las mujeres y los hombres más ricos del mundo, del Club Bilderberg, donde desde 2010 esta poderosa cuanto miserable cofradía reptiliana, incorporaba por primera y única vez en su agenda a Ucrania; y desde entonces, hasta la última que fue en el año del virus, 2019, a Rusia y a China.

 

Cada año más nervioso el Club Bilderberg, como en 2010 en que se preguntara: “¿Podemos alimentar al mundo?”, respondido en este 2022 por el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, al proclamar para el futuro de la humanidad: “Nadie será dueño de nada”, no se compara con 2012 cuando en Chantilly, EEU, los Bilderbergs se preguntarán: “¿Qué significa Putin 2.0”.

 

Nosotros aquí, creemos que para que la población planetaria no sufriera innecesariamente esta Guerra en Ucrania, tendría que conocer y reconocerse primero quién juega blancas y quién negras en este ajedrez geopolítico, es decir, los hilos que manipulan al ser humano y lo llevan adonde quieren; invariablemente: El caos.

 

Y son ellas y ellos, el Club Bilderberg.

 

Así fue en el pasado, lo mismo es hoy y se repetirá mañana de la misma forma, porque busca resultados iguales, la supremacía de la globalización con la explotación del más fuerte sobre el más débil.

 

Está documentado, es cuestión de reunir la bibliografía correspondiente, encabezada por los periodistas el lituano Daniel Estulin y la española Cristina Martín Jiménez, descubridores del Club Bilderberg, fundado en Oosterbeck, Holanda, en 1954, por las y los más ricos del mundo.

 

Son los mismos que en 1945 entronizaran al dólar y a Estados Unidos en el liderazgo económico mundial, (la Reserva Federal imprime diariamente, sin respaldo de su aparato productivo, dinero suficiente para pagar ese liderazgo) a cambio de terminar con la Segunda Guerra Mundial, que dominaba la locura genocida de Adolfo Hitler.

 

El Tío Sam cumplió con dos devastadoras bombas atómicas a Japón, con tantos muertos como los provocados por el País del Sol Naciente al invadir a China en 1939 y de cuyo asedio sangriento Los Tigres Voladores clandestinos del presidente Roosevelt rescataran al Dragón, punto fino hoy olvidado por Xi Jinping.

 

Veamos este aparentemente complejo escenario geopolítico con manzanitas, no como lo difunden los grandes medios de comunicación de México y el mundo, que no tienen el fin de informar, sino de enajenar y chuparle sangre a la esperanza.

 

Bitácora del terror.

 

1939.- Hitler invade Polonia y empieza su dominación sangrienta.

 

1944.- Francia e Inglaterra se arrodillan; se doblan, pero no se quiebran.

 

1945.- en la Conferencia de Bretton Woods, California, Estados Unidos asume el liderazgo económico mundial, otorgado por los amos del dinero.

 

1945.- Nace la Organización de Naciones Unidas (ONU) con el lema de “Unidad e Igualdad”, pero a la vuelta de 77 años ha demostrado ser todo lo contrario como Gobierno Global, hacedor de todas las guerras, como ésta, con su intención de frenar a Rusia, la de Ucrania.

 

Sus agencias como PNUD, ACNUR, UNICEF, PMA, UNDC, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional (“Los fondos buitre”, para los argentinos), la Unesco, la FAO y más señaladamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), han puesto de cabeza al mundo y sus gobiernos cuantas veces han querido.

 

1949.- Surgió la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) como un pacto militar entre 12 naciones: Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Francia, Reino Unido, Italia, Portugal, Países Bajos, Dinamarca, Luxemburgo, Islandia y Noruega, pero con la misión prioritaria de impedir el expansionismo de Rusia.

 

1954.- Nace en Oosterbeck, Holanda, el Club Bilderberg, los amos del mundo, microscópicamente documentados por los periodistas Daniel Estulin y Cristina Martín Jiménez.

 

¿Por qué la OTAN no enfrenta militarmente a Rusia?

 

No porque el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, haya sido actor cómico y Putin un gran policía, director de la KGB, sino porque Rusia es uno de los seis países con derecho a voto y veto en la ONU, pero más importante aún, porque es apoyado por China.

 

Y desde el 25 de enero de 2021, desde el Foro Económico Mundial de Davos, esta vez digital, el mundo aceptó el ocaso de Estados Unidos y reconoce el nuevo liderazgo económico mundial de China.

 

LA COSA ES QUE…

 

Que en México y en el mundo los grandes medios de comunicación mientan al interpretar lo que hace el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, cómo le roban las elecciones a Donald Trump y distorsionen por qué Rusia busca recuperar Ucrania, son acuerdos tomados por el Club Bilderberg.

 

Pronto daremos algunos nombres de gente de los medios de comunicación que asisten a esas reuniones y se encargan que todos digan los mismo, es decir, que mientan en todo el mundo.

 

Qué tal.

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