“El reportaje de Mexicanos Contra la Corrupción y Latinus carece de rigor periodístico, recurre a fuentes de internet y no hay comprobación de nada, más allá del sensacionalismo y la mala fe”.
- “Los sótanos del poder global”
- Páginas negras de la humanidad
- El poder de la gran prensa
- “Palos de ciego, que ni Dios quita”
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, viernes 11 febrero 2022.- Algún día quizás abra los ojos la población del planeta Tierra y vea que su desarrollo de los dos últimos siglos se basa en un sistema periodístico global que la manipula y le miente.
Más allá de que los libros del lituano Daniel Estulin y la española Cristina Martín Jiménez, revelen y hasta con manzanitas, qué es el Gobierno Global, lo que El Rey de la Metáfora, Ortega y Gasset llamaría: “Los sótanos del poder”, a la Universidad de hoy le faltan lupas y microscopios para escudriñar la verdad.
¿Qué encontraríamos allí, si descendiéramos las escaleras de ese siniestro subterráneo?
Primero, que no existen las casualidades, sino las causalidades, como dice el Conde de Saint Germain; segundo, que “Como es arriba, es abajo”, de acuerdo a Hermes Trismegisto; y que los pactos de los dueños del dinero con el Diablo son lo mismo desde la Conferencia de Bretton Wood de 1944 y hasta la fundación de la ONU en 1945, pasando por todas las páginas negras que ha vivido la humanidad desde entonces, y que son de su autoría: como el virus y Ucrania, para entendernos.
Uno de los expedientes más escalofriantes de Los Sótanos del Poder, de acuerdo a Daniel y Cristina, es aquel que describe a las y los propietarios de los grandes medios de comunicación del mundo y México, entre el directorio de las 130 personalidades más ricas del mundo; los mismos, de Bretton Wood a la ONU.
El regiomontano Lorenzo Zambrano fue su corresponsal en México muchos años, a su muerte en 2014, ¿lo sucedió Ricardo Salinas Pliego?; Carlos Slim lidera una cofradía semejante a la global, en el plano hemisférico.
Eso explica con toda claridad, por qué los medios de comunicación del mundo se oponen al bienestar de la humanidad, aterrorizándolo en el día a día, con las devaluaciones, los conflictos bélicos (que ellos mismos inventan), pandemias.
Y, sobre todo, el enorme miedo que le tienen a Rusia, tan solo porque fueron los rusos los que ganaron la Segunda Guerra Mundial al tragarse a Hitler, ganaron también la carrera espacial a Estados Unidos y están a punto de resolver el problema de la energía con un gasoducto a Alemania, al que se opone la ONU.
Eso explica, en suma, por qué los grandes medios de comunicación de México no quieren al presidente Andrés Manuel López Obrador y que en el día a día, le inventen todo tipo de infamias, no tanto para restarle poder, sino para impedir que la 4T se siga de largo, otro sexenio, porque los empobrecería aún más.
En días pasados, en La Mañanera, Ana Elizabeth García Vilchis, ofreció un informe aterrador, al que -obvio- los grandes medios no reaccionaron. Dijo:
“El reportaje de Mexicanos Contra la Corrupción y Latinus carece de rigor periodístico, recurre a fuentes de internet y no hay comprobación de nada, más allá del sensacionalismo y la mala fe”.
En su exposición, ante el Presidente López Obrador, la funcionaria federal sostuvo:
“En el tema de la casa de Houston, Texas, donde vivió el hijo del presidente López Obrador, no existe conflicto de interés, como sí lo hubo en el asunto de La Casa Blanca y Enrique Peña Nieto.
“El reportaje de Mexicanos Contra la Corrupción y Latinus carece de rigor periodístico, recurre a fuentes de internet y no hay comprobación de nada, más allá del sensacionalismo y la mala fe”.
Explicó que Latinus y Mexicanos Contra la Corrupción, y todos los demás que reprodujeron acríticamente su reportaje, “no pudieron demostrar conflicto de interés, pero sí mostraron muy poca ética periodística”.
García Vilchis expuso la cobertura de los medios de comunicación, en portadas de periódicos, notas periodísticas, columnas, videocolumnas, cápsulas y reproducción masiva en redes sociales como Facebook, Twitter; reels de Instagram y videos cortos en TikTok, de la casa de José Ramón y Carolyn, en Houston.
Mostró en gráficas, la cobertura que le dieron a este reportaje medios impresos en radio y televisión, realizada por la empresa Intelite.
“Las notas negativas son muchas, aunque predominan aquellas neutras que sólo hablaron del tema, sin comentarios negativos, pero sin un trabajo para golpear sin mucho fondo podemos considerarlas como negativas”.
Resaltó la gráfica en que aparecen medios impresos con menciones por tendencia:
“Por tendencia es la casa de Houston. Por ejemplo, tenemos 12 notas de El Financiero, 11 de Reforma, 11 de Ovaciones, 10 de La Jornada, 10 de El Universal”.
Pero veamos la opinión en impresos con menciones sobre la casa de Houston. El Universal nueve menciones, El Financiero con seis menciones, El Economista con cinco menciones, dijo.
Veamos la televisión. Bueno, Con Ortega a las 10, 13 menciones; Y en otras noticias, ocho menciones; La Octava Noticias, con ocho menciones; De 1 a 3 con Lusa Cantú, siete menciones.
En la radio. Aristegui Noticias, 19 menciones; Noticias MVS Primera Emisión, 16 veces, y así podemos ver qué tantas menciones tuvieron.
Los líderes de opinión con más menciones negativas, veamos: Loret de Mola, Catón, Oswaldo, René Delgado.
Subrayó:
“Pero veamos el alcance que tuvo este tema por líder de opinión, es verdaderamente escandaloso. Carlos Loret de Mola tuvo 74 mil 975 de alcance”.
Pidió a sus ayudantes la gráfica donde dice cuánto se mencionó —es la anterior— ¿cuántas veces se mencionó el tema?
“Bien, aquí, sí, en un total el tema de la casa de Houston se mencionó en los medios de comunicación 390 veces del 28 de enero al 7 de febrero, es decir, 11 días. Y dicen que no es campaña”.
LA COSA ES QUE…
En este importantísimo rubro es donde la han fallado sus voceros al Presidente López Obrador, que por su parte no ha sabido escuchar tampoco, aquello de que, en materia de notas periodísticas, “palo dado, ni Dios lo quita”.
Porque eso es lo que está haciendo la gran prensa en México -y en el mundo, también: Ahorita contra Rusia, el año pasado contra Trump y en los dos últimos años, contra la salud- atacar al Presidente López Obrador con “palos de ciego… Que ni Dios los quita”.
Qué tal.