- El mundo, ¿demasiado difícil de entender?
- Quien controla el petróleo domina al mundo
- Los que mueven los hilos del poder global
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, lunes 7 febrero 2022.- “Verás, nos han dicho que, para alguien que no es un entendido en la materia, los acontecimientos mundiales son demasiado difíciles de comprender. ¡Mentían!”
Es una exclamación de Daniel Estulin en su libro La historia definitiva del Club Bilderberg, 2008, en cuyo penúltimo párrafo de su presentación responde a una añeja interrogante:
“Nunca encontraremos las respuestas correctas si ignoramos el contexto más profundo”.
Esto lo que está pasando en México en estos momentos, donde lo único que nos salva de la estupidez es la honestidad.
Este domingo reflexionamos en voz alta, en Facebook, en dos escenarios contextuales extraídos de dos periódicos españoles menos alineados, solo para abrirnos paso al tema central: La Reforma Energética mexicana.
Para entender un poco el debate energético en México, nos referimos a Ucrania y al gasoducto que irá de Rusia a Alemania, pero que incomoda al Gobierno Global, es decir, a la ONU, la OTAN, Estados Unidos, ya no tanto con Biden, y a Europa, excepto al país germánico en cuyo proyecto, empujaría en su momento Ángela Merkel, asistente a las reuniones anuales del Club Bilderberg.
Dijimos:
“Cuando la clase política amplíe su visión a la geopolítica, sabrá quiénes mueven los hilos del poder global y con ello, las crisis del momento, como el virus y Ucrania, para no ir lejos; pero más importante aún, la imperiosa necesidad histórica de que México deje de ser la caja chica de los poderosos y finalmente abra los ojos a la libertad con su Reforma Energética”.
Y en el otro escenario, el de la “España Vaciada”, pensamos que es bueno saber para argumentar y debatir la Reforma Energética, sin espacio para la diplomacia. Solo los hechos.
Desde 1909 en que el presidente Taff le “avisaría” a Porfirio Díaz que instalaría una base naval en Ensenada, para vigilar sus intereses hemisféricos, y que el presidente mexicano lo rechazara, porque “México es un país libre y soberano, y no acepta injerencias de nadie”, lo que de paso le costó la dictadura y provocó la Revolución, no había habido otro presidente mexicano que le dijera lo mismo a su homólogo estadunidense, como lo acaba de hacer Andrés Manuel López Obrador.
El embajador Ken Salazar, que opina que está bien que México busque una reforma energética, está muy lejos de aquel Henry Lane Wilson, que facilitara el crimen a Francisco I. Madero y por sus pistolas impusiera a Victoriano Huerta; ya no son los mismos tiempos.
Además, el jefe ya no es un tío; ahora es un dragón.
Si la clase política estudiara geopolítica conocería quiénes mueven los hilos del mundo, y quieren un México al que puedan seguir explotando sus recursos energéticos, sin que nadie se oponga; pero eso ya no se va a poder.
En el prólogo de los secretos del Club Bilderberg, Daniel Estulin, relata cómo nació esa cofradía secreta de las mujeres y hombres más ricos del mundo, el Hotel Bilderberg, en Oosterbeck, Holanda en 1954, a que han asistido posteriormente figuras como Bill Clinton, Henry Kissinger, David Rockefeller, Ángela Merkel, Jacques Chirac, George Soros, Jefes de gobierno, políticos, empresarios y periodistas, o, mejor dicho, dueños de medios.
Se pregunta Estulin: ¿Qué garantías tienen los ciudadanos de que el Club Bilderberg no es un centro de tráfico de influencias y de cabildero si no se les permite conocer de qué hablan allí sus representantes? ¿Por qué nadie (de la prensa mundial) cubre las reuniones del Club Bilderberg?”
En 1992, en Canadá, Estulin cubrió su primera reunión Bilderberg:
“Y lo que descubrí me puso los pelos de punta. Más allá de ser un centro de influencia el Club Bilderberg es el Gobierno Global en la sombra: es el que decide con un secretismo total en sus reuniones anuales, cómo se llevarán a cabo sus planes”.
Es, añadió, la sociedad secreta con más poder en el mundo… Y sacó su primera gran conclusión, presente en estos momentos en Ucrania y en México:
“Quienes controlan el petróleo controla la Tierra y el Gobierno Mundial, Único-Nuevo Orden Mundial, se aprovecha de todos los recursos tecnológicos disponibles para dominar al reticente mundo”.
En otro de sus libros, La historia definitiva del Club Bilderberg, Daniel Estulin 2008, incluye una frase del exministro de Defensa británico, Denis Healey: “Los acontecimientos mundiales no ocurren por casualidad: se provocan, ya tengan que ver con asuntos nacionales o comerciales; y la mayoría de ellos son orquestados y dirigidos por quienes tienen el control monetario”.
Y para no quedarse atrás, cita también una conversación de la reina Isabel II de Inglaterra con el mayordomo real, Paul Burrel, atribuida el Daily Mirror: “En este país están actuando poderes que desconocemos”.
Otro escenario que explica el comportamiento de los grandes medios de comunicación, está en esta expresión de Estulin, en el citado libro: Por lo general, nunca se hace mención de las reuniones de los Bilderberg en los medios de comunicación, dado que la prensa más influyente es propiedad de los propios Bilderberg.
Para acercarnos un poco a Ucrania veamos este texto de Susana Merino, de ArgenPress, del 1 de enero de 2005, que dice:
“El Club Bilderberg y los amos del mundo. Este club que acaba de cumplir 50 años, fue concebido en 1954 con el objetivo de ´fortalecer la unidad atlántica, frenar el expansionismo soviético, fomentar la cooperación y el desarrollo de los países del área occidental´ con el apoyo de la banca Rotschild, Rockefeller y Kissinger, de cuya directiva, bautizada por alguien como ´los sumos sacerdotes del capitalismo´ siguen siendo conspicuos miembros”.
Interesante expresión que puede tener una explicación, ya no tanto a la guerra fría posterior a la Segunda Guerra Mundial, sino al hecho de que fueron los rusos los que invadieron Berlín y vencieran a Hitler, y de ahí el temor mundial al “expansionismo soviético”, que ahora se repite en Ucrania.
Lo que vivimos ahora ya se veía venir desde 2019, el año en que apareció el Virus de Vuham, cuando el Club Bilderberg discutiría un “Orden estratégico estable” (que no se cumpliría), el futuro de Europa, el Brexit, las amenazas cibernéticas y Rusia y China.
De Rusia, se diría que siempre está al acecho de todos los movimientos internacionales que se han realizado en la última década; “no es un país que nos pueda dejar indiferentes, se cree que varios economistas de este país e incluso el mismo presidente Putin acuden a las citas anuales para saber al menos que se trama en el mundo”.
Y China, desde entonces se veía su asunción a primera potencia económica mundial, que asumiría el 20 de enero de 2020 cuando Joe Biden se convirtiera en presidente de Estados Unidos, por la vía del fraude electoral, y una semana después, en la sede digital del Foro Económico Mundial, el presidente de China, Xi Jimping, reclamara el liderazgo mundial que hasta ahora nadie ha discutido.
“De hecho, nos encontramos ante la caída del imperio capitalista creado por los EEUU. El dragón rojo ha llegado para quedarse y no será fácil desbancarlo”, se decía desde 2019.
El Foro Económico Mundial, con la pandemia como catalizador, pero sin olvidar su compromiso con un mundo más sostenible e inclusivo –informa su portal oficial- se centrará este año de 2022 en trabajar juntos para recuperar la confianza.
Este foro es el escritorio público del Club Bilderberg.
Agregó que del 22 al 26 de mayo de 2022 volverá a celebrarse de forma presencial tras un parón de dos años por la pandemia. El Foro de Davos ha organizado una serie de conferencias digitales.
LA COSA ES QUE…
Los líderes globales que participan este año en el encuentro trabajarán en torno a ocho prioridades temáticas: Cooperación Global, Reequilibrio Económico, Sociedad y Equidad, Clima y Naturaleza, Innovación y Gobernanza, Transformación Industrial, Riesgos y Resiliencia y Salud Global.
Estos temas se derivan de las agendas de las últimas reuniones de Club Bilderberg, hasta la de 2019 porque en 20 y 21 dejaron de ser presenciales, para convertirse en lo que será también este año, digitales.
Pero son los amos del mundo.
Qué tal.