- De los balazos de N. Santos a las chambonadas
- Diputados apasionados, pero desnacionalizados
- Maratónicas sesiones por el Presupuesto 2022
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, sábado 13 noviembre 2021.- “Circo” fue cuando Gonzalo N. Santos, con pistola en mano, impusiera sus condiciones en la vieja Casona de Donceles, adonde llegaría después de aplastar sangrientamente manifestaciones populares de repudio al fraude electoral, el primero en la historia del viejo sistema político priista en 1929 contra José Vasconcelos, que se repetiría en 1940 cuando con otras brigadas de cientos de pistoleros asesinara a simpatizantes de Juan Andrew Almazán; y “circo” sigue siendo 90 años después la más Alta Tribuna de la Nación, donde el parlamentarismo sigue siendo el mismo: Pasional, desnacionalizado e ignorante.
Por supuesto, dicho con el mayor de los respetos, pero también -como dijera Frank Suárez, nutriólogo costarricense recientemente asesinado por decir la verdad contra la industria farmacéutica que lucra con la vida- porque es la pura verdad: “Y la verdad, siempre triunfa”.
Atrás quedaron aquellas sesiones parlamentarias por el Presupuesto del año, que iniciaban en la mañana de la Nochebuena y terminaban 25 o 30 horas después, luego de debatirse todas los artículos reservados por legisladores de la oposición, como Gilberto Rincón Gallardo, ayer recordado por Margarita Zavala en la tribuna, pero no por sus dotes de orador congruente y realista, sino por su condición de minusválido; bueno, ¿qué le vamos a hacer?
Las reservas de los grupos parlamentarios en este debate se acercan a los dos mil y tendrán que desahogarse, no de un día para otro, sino en varios días, tal vez muchos; al menos unos 10, después del pasado 10 de noviembre en que iniciara la discusión entre legisladores de todos los partidos políticos, donde obviamente, los acuerdos son más raros; y más aún cuando hay carencia de vocación parlamentaria en la mayoría de las y los diputados, y cuando no se sabe si defienden al país o protegen sus intereses personales o de grupo, que es lo más ostensible, porque la realidad nacional la conoce cualquier ciudadano en las banquetas, menos ellos en sus curules de piel; qué pena.
Sin embargo, tampoco se quiera ver en esto como un texto que se rasga las vestiduras, no, de ninguna manera, todos los congresos del mundo padecen de lo mismo: cerrazón y “supremos intereses”, por supuesto, como los del poder económico que han sido y siempre serán, debidamente cabildeados.
Este viernes, como se sabe, 129 de las y los 500 diputados federales, debatieron presencialmente las y los 371 restantes lo hicieron digitalmente, desde su computadora y cómodamente instalados en sus respectivas entidades federativas.
Y de los 129 legisladores asistentes al Salón de Plenos del Palacio de San Lázaro, sería acaso una treintena o cuarentena, la concentrada en el desarrollo del quehacer parlamentario, desde la presidencia del veracruzano Sergio Carlos Gutiérrez Luna, con un excelente desempeño, hasta la secretaría y el resto del personal cameral, para llevar el desarrollo de la sesión con puntuales intervenciones.
Por ejemplo, aquella en la que Gerardo Fernández Noroña prácticamente congelara al pleno cuando en una “alusión”, solicitó a la bancada del PAN su opinión acerca de la renuncia a su partido de la senadora aguascalentense Martha Márquez Alvarado, “por violencia de género”.
Enseguida subiría a la tribuna Margarita Zavala de Calderón y se esperaría que hiciera algún comentario al respecto, pero no; se siguió de largo con el tema de los discapacitados y en ellos agostó sus tres minutos.
Otro momento chusco se produjo cuando el diputado zacatecano Jorge Álvarez Máynez, propietario del periódico LJA, antes La Jornada Aguascalientes, que decidió no seguir pagando al periódico que dirige Carmen Lira, la franquicia y le cambió a su pasquín por LJA, solicitó la palabra desde su curul del grupo parlamentario Movimiento Ciudadano, para una “alusión de ilustración”.
Y no, no le dio ningún rubor, ni vergüenza, ni nada relacionado al síndrome del ridículo, cuando de “botepronto”, el presidente de la mesa Gutiérrez Luna, le interrumpió cuando hablaba de la ley orgánica de la Secretaría de Igualdad Sustantiva del estado de Jalisco, para reprocharle: “Esa no es una ‘moción de ilustración”, y le mostraría rígido y tajante la tarjeta roja; “¡apáguenle el micrófono!”, ordenaría el minatitleco de la presidencia de la mesa directiva.
Qué diferente una de antecesoras en la tribuna, su paisana exgobernadora, Amalia García, con sobriedad, pero también con firmeza, reprochó que “las mujeres y los familiares de los adultos mayores se hayan convertido en su seguro social”.
Siguió y siguió el “circo” diputadil durante la sesión de este viernes, cuando por lo tarde aún faltaban cientos de intervenciones de la oposición para desahogar sus reservas a la propuesta del Ejecutivo federal en relación al Presupuesto de Egresos 2022, el debate parlamentario más álgido de todo el período en un año legislativo cualquiera.
“Circo” pues. Una diputada priista repitió hasta el cansancio, el estribillo: “Véanse, véanse, véanse”, sosteniendo en una de sus manos un espejo de tocador y enlistado las rémoras sociales del momento: feminicidio, desempleo, violencia, inseguridad.
Reprochaba que no se fueran a aprobar ninguna de las mil 984 reservas de los grupos parlamentarios, pero amenazaba con quitarle a Morena en 2024, las dos mil curules que a la oposición le falta para tener mayoría.
En cascada, una a una, las reservas a la iniciativa del Ejecutivo federal iban cayendo al “cesto de la historia”, al “archivo del Ministerio Público”, o lo que es lo mismo, al viñero del odio; no confundir con Las uvas de la ira, de John Steinbeck.
La claridad, que tendría que ser reforzada por los grupos parlamentarios en conferencia de prensa, vino cuando el diputado perredista Mauricio Prieto Gómez, “le puso el cascabel al gato”, al plantear amenazante:
“Si aprueban este presupuesto sin aceptar ninguna reserva, de ahora en adelante no va a pasar ninguna reforma constitucional del Ejecutivo federal”.
Y se preguntó por lo que se va a hacer con la diferencia que establece el aumento del precio del petróleo, que ayer se disparó de 55 a 75 dólares el barril, que no irán sus excedentes ni a municipios, ni a estados, sino a pagar la lucha contra la corrupción y la impunidad, pronosticaría el legislador orinegro.
LA COSA ES QUE…
Como sea, “circo” o no, la crónica parlamentaria siempre será una delicia, no solo porque invariablemente enseña cosas nuevas, ni porque en ella se juegan los más preciados destinos de la Patria, sino porque nos mantiene al tiro en los más importantes asuntos de la Nación y nos protege del Alzheimer.
El show tiene que seguir…
Qué tal.