COSA DE PRENSA / La credibilidad

 

 

  • La violencia tatuada en la piel
  • Un par de tiros ya no espantan
  • La información es lo más valioso

 

Javier Rodríguez Lozano

Lunes 4 octubre 2021- Hemos dejado de escribir hace algunos días, o tal vez semanas, porque aburren los temas políticos, superficiales y predecibles, en los que el lugar común es algo parecido a la ley de la naturaleza que habla del dominio del fuerte sobre el débil.

Siempre, el pez gordo se comerá el pez chico y también siempre, el poder económico abusará de la pobreza predominante.

He estado algunas semanas en la Ciudad de México y me encontrado con anécdotas que de algún cómodo me confirman el escenario de lugares comunes en que vivimos, que revelan entre otras cosas, cuál es la información que tiene la mayor parte de la gente.

Hablamos de la gente común, sencilla, sin mayores ambiciones informativas que las que ofrece la radio, la televisión y la prensa tradicional, sin considerar que sus criterios editoriales no obedecen a los más elevados intereses nacionales, como antes, sino al imperio global del dinero.

Y esa verdad es tan pesada que casi nadie puede cargarla, es mejor ignorarla y abrazarse de aquello que dice, “vale más malo por conocido, que bueno por conocer”.

La mañana del pasado lunes yo viajaba a bordo de la Unidad número 080 del Mexibus que cubre la ruta entre Ciudad Azteca y Tecama, en Ecatepec, el municipio más poblado del país y de Latinoamérica al contar con unos tres millones de habitantes, cuando sucedió algo cotidiano, a lo que la gente ya casi no le presta atención:

A bordo de un vehículo que circulaba sobre al Avenida Morelos, alguien disparó en dos ocasiones el autobús de pasajeros, tipo gusano, de dos carros, y solo unas cuantas personas se tiraron al suelo; la mayoría de los 167 pasajeros ni chistaron.

Solo un par de mujeres se pusieron nerviosas y buscaron guarecerse en otro carro, pero no pasó nada. En chofer reportaría de inmediato que había escuchado un proyectil, pero que ignoraba dónde había pegado; metros más adelante frenaría la unidad para investigar. pero al parecer no encontró nada.

El problema es que ese incidente no le inquietó mayor cosa a la gente, acostumbrada a esas violencias, como si las trajera tatuadas en la piel, pero sí trastornó todo el servicio durante todo aquel día; lo noté porque al regresar me tocó abordar la misma unidad, la número 080, pero los pasajeros esperamos casi una hora su arribo, lo que no es nada normal.

El segundo incidente es ilustrativo. Me tocó sentarme al lado de un hombre que viajaba acompañado de una mujer, al parece su pareja. El servicio del autobús fue haciéndose tan lento que hubo oportunidad de platicar.

Pasamos frente a una vocacional del Poli, la 3, donde un puñado de padres de familia protestaban con pancartas por el tema del aborto, sin saber que ese, el protestar, es uno de los más jugosos negocios del millonario húngaro George Soros, con el que crea problemas y luego sus cuates de las agencias de la ONU vienen a resolverlos, y cobrar millonadas por ello.

Mi compañero de asiento empezó a quejarse conmigo de “lo mal que está el gobierno de López Obrador”, yo lo escuché respetuoso, pero sin ánimo de polemizar; y así me manejó varios temas en los que la cuarta transformación aparecía como un verdadero monstruo.

“Es muy interesante lo que usted me está comentando, señor. ¿Me permite preguntarle dónde lee usted esos temas tan dramáticos y alarmantes?”, le pregunte mi compañero de asiento en el Mexibus, y me contestó rápido:

“En la tele, en el radio, en los periódicos; yo leo los periódicos desde hace mucho tiempo”.

Me dije: “Eso lo explica todo”.

Y el problema es ése, que se le está escapando de las manos al presidente Andrés Manuel López Obrador, porque su mañanera no ha sido lo suficientemente poderosa para “replicar” lo que un día y otro también le critican los medios de comunicación tradicionales y que, quienes sí sabemos de información, encontramos falsa.

En una de esas, los medios de comunicación pueden manipular la información -como lo hicieron entre el 3 de noviembre de 2020 y el 20 de enero de 2021 en Estados Unidos, en torno al proceso electoral más sucio de que se tenga memoria en el mundo- y publicar que sí, que la gente quiere revocar al Presidente López Obrador y que le pide que se vaya a su rancho en Palenque, sin que eso sea cierto.

LA COSA ES QUE…

En el centro de toda la problemática nacional del momento, más allá del combate a la corrupción y la impunidad, con historias inenarrables por su complejidad, está la información, y los enemigos de México son los que mayor credibilidad tienen en la gente; ¿cómo resolver ese problema?

Qué tal.

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