Resulta que el queretano Anaya era el más fuerte de los tres precandidatos del poder económico mundial, para vencer a “la corcholata” premiada del líder de la 4T.
- Grita Anaya al Presidente: “¡Cobarde!”
- “¿Y yo por qué? ¿No te diste cuenta?
- ¿Pensabas que no iba a pasar nada?”
- El más fuerte aspirante de la derecha
Javier Rodríguez Lozano
Miércoles 25 agosto 2021.- Ricardo Anaya, acusado por Emilio Lozoya de recibir mucha lana para que apoyara la Reforma Energética, antes de huir le diría “cobarde” al Presidente y éste sonriente reaccionaría así: “Eso si calienta”.
Cuando ayer se entera el Mandatario de los insultos del panista Anaya, le responde: “¿Y yo por qué? Yo no te mandé a que hicieras esas cosas. ¿No te diste cuenta? ¿Pensabas que no iba a pasar nada?”
No solo se trata de una página más de la lucha del presidente Andrés Manuel López Obrador contra la corrupción y la impunidad, sino también de la Sucesión Presidencial, y la más importante hasta ahora, después del banderazo oficial al proceso el pasado 12 de julio.
Porque resulta que el queretano Anaya era -y para los suyos, sigue siéndolo, como El Universal – el más fuerte de los tres precandidatos del poder económico mundial, para vencer a “la corcholata” premiada del líder de la 4T.
Ayer, el Mandatario daría la bienvenida, sin decirlo, a la aceptación de Rocío Nahle a participar en el proceso de la Sucesión Presidencial, que él mismo abanderara hace unos 40 día, al anunciar en su mañanera:
“Primero hay que tomar en cuenta que es el pueblo quien va a decidir, ahora del flanco progresista liberal hay muchísimos como Claudia, Macelo, Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle; buenos, muchísimos. Afortunadamente hay relevo generacional”.
Claudia con más discreción y más ostensiblemente Marcelo, han aceptado sus aspiraciones y ahora se incorpora Rocío; De la Fuente y Moctezuma, ambos pilares del zedillismo, y Tatiana, con quien la democracia mexicana está deuda por su apellido, no han dicho todavía “esta boca es mía”, y lo más probable es que no lo hagan, lo que no demeritaría en modo alguno si indiscutible estatura progresista.
López Obrador ha puesto ya en su sitio a dos de los tres ricardos candidateados por el ultraconservadurismo mexicano y el “progresismo” mundial, es decir, Bilderberg: a Anaya y a Monreal Ávila, quien no solo está obstruyendo en el Senado las reformas de la 4T, sino que se alía con los adversarios del Presidente y eso nunca va a ser perdonado; la deslealtad no se perdona en la política; bueno, es que en realidad el zacatecano no es progresista, es un pillo.
Solo falta Salinas Pliego, el propietario de Banco Azteca, institución financiera con un largo historial de corruptelas en prolijos expedientes de la Condusef, generalmente, impunes, que representa otra piedra en el zapato del lopezobradorismo y mientras persista esa lacra se hará imposible una verdadera transformación nacional; o por lo menos la credibilidad amlista será meramente relativa.
Ayer, un reportero contextualizó su pregunta al Presidente que estamos a unos días del relevo en mil 950 presidencias municipales del país, codiciadas por el crimen organizado porque en ellas fluyen millones de pesos.
Y preguntó:
“¿Qué hacer con este tipo de personajes que todavía insisten en que se puede corromper, en que se puede hacer de un cargo público como es una dirección de obras, presidente?, ¿cómo blindar para evitar este tipo de cochupos o de sobornos, de perfiles de esta naturaleza?
El ´Presidente López Obrador respondió “que no se permita la corrupción, que se erradique, que se destierre:
“Y que se vaya asimilando de que lo mejor es la honestidad, que es la mayor riqueza de nuestro pueblo, la honestidad, y también es lo que debemos de estimar más importante en nuestra vida, en lo personal y en lo público”.
Pero el Mandatario dirigió su mensaje a los jóvenes:
“Que tengan como propósito, como objetivo, el actuar con honestidad y que desprecien, rechacen la corrupción, que no sigan los malos ejemplos, que no estén pensando que lo más importante en la vida es el dinero, no, lo más importante en la vida es la honestidad, no el dinero, y que ya cambiaron las cosas en el país y se ve mal al corrupto”.
Comentó el Ejecutivo federal que los corruptos hacen hasta el ridículo, “porque antes tenían protección, había la impunidad, que no es más que protección; entonces, ya no hay protección, ya no hay impunidad de parte del gobierno o de las autoridades del más alto nivel, pero tampoco hay, no ha habido protección ni impunidad del pueblo, de la sociedad”.
Relató cómo lo han presionado para que aceptara al corrupto y se le festinara, pero eso ya se terminó:
“Entonces, para los jóvenes, no a la corrupción, padecen mucho, no a la delincuencia organizada y no a la delincuencia de cuello blanco. Se les hace muy fácil hacer supuestos negocios, bisnes, agarrar dinero para ir escalando, para ir avanzando para hacerse famosos y luego se descubre y se sienten muy mal”.
Y que entonces cuando abordó el tema de Ricardo Anaya; “víctima, acusándome a mí”.
Añadió: “Está como para decirle: ¿Y yo por qué? Yo no te mandé a que hicieras esas cosas. ¿No te diste cuenta?, ¿pensabas que no iba a suceder nada?”
Consideró interesante el Mandatario que se sepa que el asunto de Ricardo Anaya tiene que ver con una denuncia que presentó el que era director de Pemex, Emilio Lozoya.
“Ese señor presentó una denuncia diciendo que él entregaba dinero a legisladores y a dirigentes de partidos para que se aprobara la reforma energética, ese es el fondo del asunto”.
¿Y qué se ganó con la reforma energética?, se preguntó López Obrador. Se contestó:
“Nada; al contrario, se perdió. Entregaron esos sobornos para que se aprobara la reforma energética y resulta que se entregaron concesiones para que algunas empresas hicieran jugosos negocios en Pemex y en la Comisión Federal de Electricidad, pero ¿qué ganaron los ciudadanos?, repito, nada, perdieron, porque a partir de esa reforma aumentaron los precios de las gasolinas, del gas, de la luz, se puede probar”.
Entonces, esa corrupción no se debe de permitir, ni en el gobierno federal ni en el Poder Legislativo, ni en el Poder Judicial ni en los gobiernos estatales ni en los gobiernos municipales, subrayó el Presidente.
Agregó:
“Y es cierto, antes había una campaña y había financiamiento. Si se trataba de ayuntamientos, de presidencias municipales, la delincuencia financiaba y pedían la Secretaría de Seguridad Pública, luego le subieron a la Secretaría de Obras y luego ya de plano al presidente municipal a su servicio”.
Dijo que pero eso es en cuanto a la delincuencia organizada, pero en cuanto a la delincuencia de cuello blanco lo mismo. Esto que estamos hablando de Lozoya fue dinero para las campañas también.
“Entonces, en todos los casos hay que recomendar que no se permita la corrupción. Nosotros no vamos a tolerar la corrupción, sea quien sea. Ya no hay amiguismo, agregaría compañerismo, nepotismo, influyentismo, ninguna de esas lacras de la política”.
Resumió:
“Entonces, no hay persecución para nadie, no es mi fuerte la venganza. Lo de este señor Ricardo Anaya, lo que tiene que hacer es enfrentar el proceso y, si es inocente, presentar las pruebas y defenderse con la verdad, pero no echarme la culpa a mí y decir: ‘Ya me voy”, concluyó el Presidente.
LA COSA ES QUE…
El tufo Ricardo Anaya impactará fuertemente en el proceso de la Sucesión Estatal de Aguascalientes para el próximo año de 2022; muy fuertemente, tanto que puede generar dos fenómenos políticos que prácticamente estaban muertos:
-El fortalecimiento de Morena y la resurrección del PRI.
Eso va a depender de los operadores.
Aldo Ruiz tendrá que hilar fino con Nora Ruvalcaba Gámez y entre ambos, borrar la mancha negra que tanto le ha hecho daño al morenismo aguascalentense y que se llama Arturo Anaya, a quien nadie jamás lo invitó, él tuvo que comprar con mucha lana en México su “pase de abordar”, pero para2022 ya no aplicará.
Y en el PRI, no se ve cómo pero están cocinando algo que les dará espacios en el cambio de administración estatal. Veremos.
Qué tal.
