COSA DE PRENSA / Gobierno Global

 

El presidente Donald Trump anunció en conferencia de prensa en la Casa Blanca la reducción drástica del precio de los medicamentos.

 

  • Qué diremos el Día del Juicio
  • El reo Gulag de A. Solyentzin
  • “Culpable de no hacer nada”
  • ¿Qué hacemos los periodistas?
  • Protocolo depreda la senilidad
  • Ominosos dictados de la OMS
  • Trump frena a farmacéuticas
  • FBI apresa mapache demócrata

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

Lunes 23 noviembre 2020.- Dicen que en el Día del Juicio, cuando llegamos ante Dios nos pregunta qué hicimos con nuestras vidas.

 

¿Qué tal si nos preguntara qué hicimos en 2020 cuando nos confinaron para no protestar, abandonamos a su suerte a nuestros ancianos, nos empobrecieron desempleándonos y dejamos que nos arrebataran toda esperanza?

 

¿Resultaremos acaso sentenciados culpables, como aquel reo de Archipiélago Gulag, de Alexander Solyenitzin, que relata las atrocidades del comunismo de mediados del Siglo XX que explosivo, estallara a la antigua Unión Soviética y que en 2020 busca volver para vengarse?

 

-¡Soy inocente! -Imploraba el reo Gulag ante su juez.

 

-¡No! ¡Usted es culpable! -Reiteraba el letrado.

 

-¿Por qué, si yo nunca he hecho nada en mi vida?

 

-¡Por eso es culpable: Porque nunca hizo nada con su vida!

 

Como periodistas adalides de la libertad, la justicia y el bien de la humanidad, ¿por qué dejamos que en el proceso electoral de los Estados Unidos el Mal ponga de rodillas al Bien y pretenda llevar al poder a un presidente ilegítimo que postraría a su pueblo, el más poderoso de la tierra, a los pies del poder económico mundial?

 

 

Día llegará en que se sepa multitudinariamente lo que muchos periodistas honrados ya sabemos: Que la pandemia es magnificada por la gran prensa, como el principal instrumento para obligar a la humanidad a aceptar la muerte masiva, a comprar vacunas dirigidas más a salvar empresas quebradas que vidas humanas y aceptar incondicionalmente el regreso del neoliberalismo salvaje y depredador.

 

¿Por qué decimos que abandonamos a nuestros ancianos?

 

Ya se investiga científicamente y pronto se comprobará, que a los adultos mayores hospitalizados, los mata más fácilmente la ausencia de sus seres queridos, que el más agresivo de los virus de laboratorio, como el de Vuham.

 

Las enfermedades respiratorias más comunes son: Gripe y resfriado común, rinitis y rinosinusitis, faringitis, amigdalitis, bronquitis, enfisema pulmonar, asma, neumonía y hasta cáncer de pulmón.

 

En invierno: El resfriado común, la influenza, faringitis, bronquitis y neumonía.

 

Si se logra vivir más de 90 años de edad no es porque la gente sea tonta, al contrario, es porque sabe más de lo que aparenta y de lo que dice.

 

María está a unos dos meses de cumplir 97 años de edad que nadie le regaló; ella se los ganó a pulso. La senectud femenina trae consigo también molestos calores.

 

María se apena de dar molestias a su familia cuando quiere ir al baño y se duerme sin pijama, pero con los calores que le asaltan regularmente, aun siendo invierno, se destapa y queda expuesta al resfrío.

 

Fue así como María contrajo ese malestar. En la ciudad en la que vive, una de las más abandonadas del país en servicios públicos -Aguascalientes- no tiene atención médica particular a domicilio y ningún médico solicitado quiso atenderla.

 

Fue así como empezó a tener problemas respiratorios, mas no dolor de cabeza, fiebre o tos y mucho menos el virus chino; por tanto, se trata de un resfriado común y descuidado por la falta de atención médica.

 

La única opción que había para evitar su muerte era internarla en el IMSS, dedicado 100% a atender la emergencia sanitaria, abandonando por completo todas las demás enfermedades que también son vitales y no inventadas, y merecen hipocrático respeto.

 

Ese es un pecado que generará facturas que otros cobrarán muy pronto en las urnas.

La salud de María, a pesar de que se trata de una mujer de voluntad inquebrantable, se deteriora no por su malestar físico, ni por la adecuada atención médica, sino por su confusión emocional, es decir, neuronal, al no poder ver a sus familiares.

 

El protocolo de la Organización Mundial de la Salud de la ONU -organismo internacional de Gobierno Global que no fuera elegido en ninguna urna electoral- “manda” que los familiares no pueden ver a sus pacientes y todos los gobiernos lo acatan, sin importar cómo afecta a su pueblo y a sus ideales de cuarta transformación, epopeya naturalmente imposible en este escenario.

 

¿Acaso no se puede poner a mitad de una habitación de hospital un cancel con vidrio transparente, que separe al paciente de sus familiares y que así eviten todo contagio?

 

Que el o la paciente puedan ver a sus familiares, aunque no los escuchen, sería emocionalmente más eficaz que las mascarillas de oxígeno, los respiradores mecánicos, la medicación y el intubación a que tan fácilmente se recurre para zanjar el problema.

 

Por supuesto que se puede, pero el propósito del protocolo de la OMS/ONU no es salvar vidas, sino que dejar que los ancianos mueran lo más pronto posible y todos los gobiernos del mundo lo admiten sin preguntar por qué.

 

Esto es lo que está ocurriendo y naturalmente que lo podemos documentar con todo detalle, pero los puntos sobresalientes son tan lugares comunes que se hace innecesario.

 

Lo anterior es en el plano social. Ahora pasemos al plano mundial.

 

La pandemia es el detonador de todo un proceso global de empobrecimiento de la humanidad, que tiene su parte culminante en las elecciones de los Estados Unidos.

 

Donald Trump, como en menor medida Andrés Manuel López Obrador en México, se enfrenta al poder económico mundial desde su campaña de 2016 y el presidente mexicano a partir de 2018.

 

Ya le quitó dinero a la OMS, pintó su raya con la OTAN, duda del manipulador cambio climático, cambia reglas comerciales, elimina especulación corrupta y voltea su mirada a los menos favorecidos y a los ancianos.

 

El pasado viernes el Presidente de EEUU dio a conocer una noticia que los periódicos Bilderberg, de los amos del mundo como los que tenemos en México, han omitido publicar.

 

Contextualizamos breve: Medicare es como un Seguro Social dirigido a la senectud y también a más jóvenes con enfermedades graves o discapacitantes. Las primeras tarjetas fueron para el expresidente Harry Truman y su esposa Bess en 1965.

 

Se han documentado miles de millones de dólares en reembolsos que las farmacéuticas debían entregar a los derechohabientes pero eso no ocurrió; como en México, con el pulpo farmacéutico que el Presidente López Obrador también ya puso en su lugar.

 

Trump anunció en conferencia de prensa en la Casa Blanca la reducción drástica del precio de los medicamentos. Argumentó:

 

“Actualmente, las compañías farmacéuticas ofrecen grandes descuentos en el precio de los medicamentos recetados, incluyendo tan solo el año pasado casi 40,000 millones de dólares en reembolsos a los planes de la Parte D de Medicare”.

 

Sin embargo, subrayó el Presidente, con frecuencia los intermediarios impiden esos descuentos lleguen a los pacientes… La acción de hoy pone fin a esa injusticia y requiere que estos descuentos vayan directamente a las personas que lo necesitan”.

 

El ahorro de entre 30 y 50% incluye medicamentos que salvan vidas, como la insulina, dijo Trump.

 

Eso no le importa el periodismo tradicional, afortunadamente ya en franca decadencia, porque la gente inteligente tiene otras fuentes de información más veraces y dignas de todo crédito, como son “las benditas redes sociales”.

 

LA COSA ES QUE…

 

Se dice que “para muestra basta un botón”.

 

Agentes del FBI encubiertos le pusieron una ingeniosa trampa a un ambicioso aspirante a candidato a alcalde de Cincinnati, P.G Sittenfeld: Le dijeron que “donarían” a su campaña 40 mil dólares, pero a cambio de que desviara votos de Trump a su partido el Demócrata.

 

Le entregaron esa cifra en tres cheques y después de cobrarlos fue aprehendido  por los agentes federales. Se trata del tercer concejal arrestado en Cincinnati por corrupción electoral y el segundo la semana pasada.

 

Mañana les platicamos cómo esos arrestos y otras acciones antifraude electoral alcanzarán muy pronto “proporciones bíblicas”, en opinión de Sidney Powell; a temblar.

 

Qué tal.

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