COSA DE PRENSA / Historia de una infamia II

 

 

  • Fraudulenta venta de Excélsior
  • Martha Sahagún y Vicente Fox
  • Pero salvaron la vida de AMLO

 

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

 

Lunes 28 septiembre 2020.- Por la fraudulenta venta de Excélsior a finales de 2006 a Olegario Vázquez Raña, los cinco mil millones de pesos que exigía el gobierno de Vicente Fox se convirtieron en miserables 536 millones de pesos.

 

Aquello demostraba que se trató de una acción más de la corrupción foxista, en favor del poder económico extranjero y contra de los medios de comunicación que se salían del huacal protocolario y acomodaticio.

 

Para el periodista auténtico es un orgullo hablar con los “pelos de la burra en la mano”, lo que empieza a configurarse en las redes sociales, donde voces no periodistas solo divagan.

 

Ahora saber “leer” en la nube es otro arte, abunda quien ignora hasta su propia identidad cósmica, cuando José Vasconcelos nos heredó algunas gratificantes ideas, ¿o qué no?

 

Por ejemplo, me preguntan ¿qué hizo Echeverría en el periódico La Prensa?

 

Yo diría que en todos los periódicos, lo que explica por qué Mario Moya Palencia, en venganza porque José López Portillo resultara candidato presidencial, “abandonaría” los archivos secretos de la Secretaría de Gobernación, que caerían en manos de otro excelente periodista.

 

Su nombre es Jacinto Rodríguez Munguía, quien nos recuerda que “reportero sin suerte, no es reportero”; y a él le “llovieron del cielo” aquellos archivos, que a otro hubieran colmado de riqueza -como Krauze, por ejemplo, al manipular los de Gustavo Díaz Ordaz- y no sucedió así.

 

Ahí está documentado, en papeles oficiales, tarjetas informativas, informes con sello oficial, lo que hizo Echeverría en La Prensa y todos los periódicos de México en aquellos años; es cosa de investigar.

 

No estamos aquí para cobrar, estamos aquí para ayudarle a la gente a abrir los ojos a los nuevos tiempos. Reiteramos nuestro segundo lema: “No nos crea, investíguelo”.

 

Continuamos nuestro relato acerca del miércoles 15 de noviembre de 2006 (por esto nos equivocamos al fechar el capítulo 1) cuando José Manuel Nava Sánchez fuera el invitado de honor a la comida mensual del Club Primera Plana.

 

Al día siguiente nos enteraríamos de la tragedia: Nava Sánchez sería asesinado horas después de despedirse de nosotros en la calle de Humboldt, justo a la vuelta de Basilio Badillo, una cuchilla inolvidable donde también se ubica la escuela de periodismo Carlos Septién García.

 

Obvio, muy obvio, el primer “móvil” del crimen ofrecido por la Procuraduría era el clásico robo, como si el periodismo policiaco y la gente de bien se chupara el dedo.

 

Moriría apuñalado, de la misma manera que su amigo más entrañable, el tapatío Carlos A. Medina, exreportero de El Sol de Guadalajara, asesinado dos años atrás.

 

Juan Manuel nos platicaría en el Club Primera Plana cómo lo habían traicionado desde dentro, gente de Heredia coludida con el gobierno de Fox, quien ya tenía en la mira al futuro comprador del diario.

 

Obvio, esa fue la primera hipótesis que Guillermo Zayas, de la Procuraduría, se apresuró a descartar totalmente, siendo que se trataba ni más ni menos, que del verdadero móvil.

 

Se despediría de nosotros entre las 19 y las 20 horas; sería inmolado al filo de la medianoche en su departamento de Varsovia 3, en la colonia Juárez.

 

La mañana del jueves, la sirvienta de Juan Manuel, Remedios Sánchez, se encontraría con el cadáver, se daría parte a las autoridades y se iniciarían las indagatorias, un monumento más a la mediocridad policiaca manipulada por el poder político.

 

De este criminal episodio nada sabía el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien en una mañanera de la semana pasada, le sería planteado:

 

“Buenos días, presidente. Hans Salazar, de Sin Censura. Uno de los temas que le quiero plantear es respecto a la cooperativa de Excélsior.

 

“Es una problemática que entiendo usted conoce porque los cooperativistas que siguen teniendo un problema de que no se les ha pagado.

 

“Digo, es todo un proceso ha sido, este no lo voy a detallar porque sería muy largo, sin embargo, nada más quiero puntualizar.

 

“De acuerdo a ellos, se les debe aproximadamente 300 millones en esta transacción que se hizo allá por 2006, en el año 2006, con Olegario Vázquez Raña, y tal vez ellos dicen, ellos presumen, hay la presunción de que también esté metida en este tipo de transacción y deuda a los cooperativistas la señora Martha Sahagún de Fox.

 

“Ellos piden ese apoyo, le han mandado cartas para revisar este asunto, porque ya llevan 14 años, han fallecido, ellos dicen, 127 cooperativistas.

 

“Los entrevistamos y bueno pues ellos siguen en esta lucha permanente igual como en otras cooperativas, en otros tipos de problemas de trabajadores.

 

“Pregunta, Presidente: ¿Usted a través de algún funcionario se está viendo este tema o se podría ver?

 

Me parece, entiendo bien, que pudiera ser a través de la Secretaría de Gobernación. Sería mi primera pregunta”.

 

LA COSA ES QUE…

 

Nos devora el espacio y dejamos la respuesta presidencial para el miércoles, aunque adelantamos que el Ejecutivo federal dijo no saber nada, que es la primera vez que le hacen esa pregunta.

 

El problema es que los cirujanos de Olegario Vázquez Raña le salvaron la vida a López Obrador en diciembre de 2013, infartado en momentos en que la Cámara de Diputados aprobaba la Reforma Energética.

 

Vázquez Raña ahora forma parte de su consejo empresarial asesor, lo cual hará difícil esa justicia que claman mil 400 familias de excooperativados de Excélsior.

 

El otro problema mayor es que sin justicia no habrá Cuarta Transformación.

 

Qué tal.

 

 

 

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