- Las polémicas de AMLO-Prensa
- Si tan solo supiera qué hay ahí
- México necesita a su Presidente
Javier Rodríguez Lozano
Viernes 18 septiembre 2020.- Es muy interesante todo lo que dice el Presidente López Obrador sobre los periódicos de México, en particular Reforma y El Universal, el problema es que en sus réplicas exhibe su “insensibilidad geopolítica”, porque mira desde el malecón sin imaginar que tras lontananza hay otros puertos.
Con todo respeto a los amigos que nos conocen en la capital del país y que siempre nos merecerán el más humilde y significativo de los respetos y los reconocimientos, los periódicos y los periodistas también le hemos fallado a México; pero es muy duro reconocerlo.
¿Cómo aceptar nuestra “complicidad” en casi 40 años de gobiernos de oprobio y desvergüenza presidenciales y que de pronto, cuando se descuide el sistema electoral “establecido” y alguien les brinque con un triunfo y ya en el poder, haga su trabajo como ningún Presidente lo había hecho? ¿Por qué se enojan?
Así como se ha creado el Banco del Bienestar y tendrá sucursales en los más apartados rincones del país, así como la 4T está inmersa en un proceso de cambios impensados, como por ejemplo, el de despojar al “Primer Morenista del país” de su terruño natural y aislarlo completamente del dedazo partidista, así también debe crearse el Instituto de Medios de Comunicación.
Sería una instancia oficial que no solo se dedicaría en su área administrativa, a elaborar el nuevo Padrón de Medios de Comunicación con fines estrictamente comerciales -la publicidad, la imagen, los edictos, el marketing- y a eliminar a los periódicos y medios tradicionales para dejar paso a la nuevas generaciones, previos escrupulosos y enérgicos filtros o “pruebas del añejo”.
El trabajo de discriminación de medios sería la piedra angular de la misión de esa nueva institución. Ninguna ley obliga al Gobierno a pagar publicidad (son los gobiernos los que se obligan a sí mismos, porque no conocen otras opciones).
Eran los viejos regímenes, desde antes de Álvaro Obregón y hasta Enrique Peña Nieto, los que en su cortedad óptica creían que uno que otro “cañonazo de 50 mil pesos” las cosas se arreglaban y se mantenía “la paz en la pradera”.
Luis Echeverría, que aportaría 60 millones de pesos para que Ealy comprara El Universal a Lanz Duret, mostró tener más agallas que su cuate José López Portillo, porque le “cortó la cabeza” al Excélsior de Julio Scherer García con las manos en la cintura, mientras “Quetzalcóatl” tendría que “pagar para que le pegaran”.
Ese hipotético nuevo Instituto de Medios de Comunicación tendría que tener a la mano todos los expedientes de los periódicos, especialmente los fiscales que le aportaría Hacienda, para ayudarlo a entender quiénes son los verdaderos dueños de los medios de comunicación en México.
Suponiendo sin conceder que ya estuviera en operación ese Instituto de Medios de Comunicación, que en tarjetas informativas basadas en los expedientes fiscales y reglamentarios de los medios de los periódicos, le dieran al Presidente todos los días un comentario sobre la razón de “la etimología” o intención de cada una de las notas publicadas en contra de su administración.
Habría que saber encontrar esa “razón”.
Por ejemplo, si el Instituto de Medios de Comunicación le explica al Presidente que el Grupo Prisa que edita el periódico español El País, es el único corporativo de medios que ha estado presente en todas y cada una de las reuniones del Club Bilderberg desde 1954 y que tiene la consigna de encabezar los operativos globales de difundir repetidamente y hasta el cansancio -como la pandemia- todas las decisiones de ese selecto grupo de poder económico mundial, entonces se entendería porqué todos los días ese corporativo ataca a México y al Presidente.
Es muy probable que si López Obrador lee otra tarjeta informativa de su Instituto de Medios de Comunicación que le explique cómo Televisa, antes y después del Tigre Azcárraga, ha operado más alineado a los intereses globales que a los nacionales, entendería mejor por qué firmas como las del economista Carlos Loret de Mola, Héctor Aguilar Camín, Leo Zuckemnberg y los demás, le pegan un día y otro también.
Y también cambiaría su estrategia con respecto a sus críticas a los medios de comunicación, donde hay muchos auténticamente distintos que resultan dañados y ofendidos por su diatriba, si otra tarjeta informativa le explica cómo los periódicos de Monterrey han operado siempre alineados a esos mismo intereses globales, antes que a los nacionales.
El corresponsal del Club Bilderberg en México durante muchos años fue Lorenzo Zambrano, quien muriera en 2014, pero antes de eso se haría del equipo de futbol Tigres, el mismo que el rector de la UAL, el foxista Reyes Tamez, “regalara” a Femsa alguna vez.
Y también, para “alinear” al medios de comunicación patrocinó desde sus raíces al Norte y Reforma, y a la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez, con todo lo cual blindaba su “corresponsalía” en México del Orden Mundial, que está en franca agonía en estos momentos.
LA COSA ES QUE…
En otra palabras y para resumir, porque hay otras cosas que hacer, para la gran prensa es más importante la publicidad de Liverpool, Palacio de Hierro y Cemex, que la del Gobierno Federal, y por otro lado, no existe en México un periódico o un gran medio de comunicación que no deba impuestos.
¿Por qué no les cobran lo que deben de una buena vez por todas?
El país necesita un Presidente que atienda a sus necesidad y se olvide de los malos mexicanos que no solo quitan el tiempo, sino que insisten en el estancamiento por la vía de los brincos y los sombrerazos.
Qué tal.