- “Basta, se acabó la robadera”
- El conservadurismo histórico
- No, gobiernos de potentados
Javier Rodríguez Lozano
AGUASCALIENTES, Ags., martes 16 junio 2020.- El presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió a sus adversarios que no va a permitir que se ninguneé a la Investidura Presidencial… Ya tuvieron su oportunidad y se dedicaron a saquear, a robar. Entonces, basta, se acabó la robadera”… Los periodistas, en la mañanera que se llevó a cabo ayer en Jalapa, bastión de buen periodismo, preguntaron al Presidente sobre la reunión de gobernadores del PAN, en busca de un nuevo pacto fiscal y sobre su afirmación de que, “se está yendo hacia una república monárquica”. El Mandatario aclaró que no va a caer en dimes y diretes. Recordó la Ley de Coordinación Fiscal, que establece la distribución de fondos y participaciones federales, “y estamos entregando a los estados puntualmente lo que por ley les corresponde”… Y se preguntó: “¿Qué es lo que pasa?” Y explicó, “para hablar con franqueza”, que vienen las elecciones… “Yo lo único que les pido es que se actúe con responsabilidad y que no se mezclen las cosas. Una cuestión es lo partidista y otra cuestión es el gobierno”. Recordó la elección de 15 gubernaturas y la renovación del Congreso de la Unión. Pidió respeto a la Investidura Presidencial y recordó a Enrique Alfaro, mandatario de Jalisco, que acusó a la Presidencia, “desde los sótanos del poder se está alentando a grupos opositores en ese estado… son otros tiempos”… Puntualizó: “Entonces, pues la monarquía no puede imponerse como forma de gobierno, eso tiene que ver con el conservadurismo y nosotros somos liberales”. Trajo al presente los tres momentos monárquicos que ha vivido México: con Agustín de Iturbide, Santa Anna y Maximiliano, todos ellos conservadores. “Si no sabemos qué es una República y qué es una monarquía, pues estamos mal, con todo respeto. La historia es la maestra de la vida, decía Cicerón”… En otras respuestas de variaciones sobre el mismo tema, el Ejecutivo dijo que el partido más conservador, votó en la Cámara de Diputados en contra de las pensiones de adultos mayores y a niñas y niños con discapacidad, de becas a estudiantes pobres y del derecho a la salud, atención médica y medicamentos gratuitos. “No quieren que se limite y reduzca el dinero a los partidos y no quieren que se apoye a los necesitados, a la gente humilde”, subrayó. Puntualizó enseguida: “Son muy hipócritas, hay doble discurso, una doble moral; se ‘ensarapan’, en vez de dar la cara y decir: “Somos conservadores y estamos a favor de que se ayude a los potentados, gobierno de potentados’. Oligarquía se llama eso, no democracia, no gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo”… Se abstuvo de opinar sobre las elecciones, “no nos metamos en ese asunto, dejemos a los ciudadanos libres que decidan, la gente está muy consciente, sabe lo que está sucediendo”… En la última intervención un reportero preguntó: “¿Usted ve esa intención golpista de los gobernadores del PAN?” Y sobre un impuesto del gobierno de Tamaulipas, el Presidente López Obrador no ve un movimiento golpista. “Es un asunto político estrictamente, llamando a las cosas por su nombre, diría politiquero… Ese impuesto tendría que tener un fundamento legal y desde luego no lo tiene”. Deseó que el gobierno “no sea un comité al servicio de una minoría rapaz”. Y sentenció: “El triunfo de la reacción es moralmente imposible, porque ya tuvieron su oportunidad y se dedicaron a saquear, a robar. Entonces, basta, se acabó la robadera”… Recordó una vez más cómo la secretaria de Energía, Georgina Kessel, se fue a Iberdrola y después se incorporaría Felipe Calderón. “Es una vergüenza. ¿Qué en España pueden hacer eso? ¿Por qué aquí vienen a cometer esos actos de corrupción? Porque veían a México como tierra de conquista todavía”.
LA COSA ES QUE…
El Presidente les dio otra repasada a las y los jueces corruptos. Todavía las y los hay, añadió, pero se renovó el Consejo de la Judicatura, integrado por mujeres y hombres rectos, íntegros. (Ojalá la 4T se diera una vueltecita por Aguascalientes, no acabarían de limpiar en todo el sexenio); qué tal.