COSA DE PRENSA

  • A recoger del suelo el Poder
  • Interminables deudas de la prensa
  • Los golpes a Excélsior

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., abril 2020.- “El poder solo se les da a aquellos que están preparados para agacharse lo suficiente para levantarlo”, diría el espíritu de Ragnar Lothbrok a su hijo Björn “Brazo de Hierro”, pionero vikingo que sembrara una semilla de fortaleza incomparable en el Viejo Mundo y aun en América del Norte (Groenlandia). Uno de sus secretos de oro, quizás el más valioso, se viene a enseñorar ahora, enmedio de la pandemia. Pero antes de describirlo permítaseme este contexto: En México, todos los presidentes de la República tuvieron la misma confusión y les dio flojera -¿o no tuvieron la capacidad que demanda ese desafío- para regularizar esa situación, vital para la democracia y para la vida nacional, aquella que representan los medios de comunicación. Repetimos la pregunta: ¿Qué pasaría si este Gobierno, autollamado de la Cuarta Transformación, que se está agachando a recoger lo que de poder dejaron sus antecesores, revisara igual que lo hace con quienes evaden impuestos, la interminable lista de deudas que las empresas periodísticas de todo el país tienen con el Estado Mexicano? Simplemente muchas desaparecerían irremediablemente, como lo supo todo presidente de la República pero no se quiso meter en esa bronca, prefirió seguir haciendo al pepel del mítico Prometeo, “condenado a que, encadenado, el águila le devore las entrañas eternamente pero sin matarlo”… Desde las “maiceadas” porfiristas y dentro de éstas, aquel secretario de Hacienda, José Yves Limantour, quien financiara al primer periódico mexicano que en 1895 cambiara de la opinión a la información y a la publicidad, El Imparcial, fundado por Rafael Reyes Espíndola, o El Dictámen, de Veracruz, fundado tres años después para que, superada la persecusión carrancista de 1916 -de la que surgirían Excélsior de Rafael Alducin y El Universal de Félix F. Palavicini- se convertiría en “El decano de la prensa nacional”, sin haber circulado nunca en Tonalá, Chiapas, o Matamoros, Tamaulipas, hasta “los cañonazos de 50 mil pesos” de Álvaro Obregón, con defensas de El Periódico de la Vida Nacional y de El Gran Diario de México, como de los demás periódicos de aquella época, 1926, a favor de los cristeros, porque el Estado Mexicano se oponía a la desemesurada influencia social del clero. Cualquier semejanza con la 4T no es ninguna coincidencia, de allá vienen las raíces de lo que ahora sucede.Y ya no hablemos de aquella empresa Productora e Importadora de Papel, S.A. (PIPSA), creada en 1935 por Lázaro Cárdenas, convertida en el órgano censor del Gobierno en turno, que estallara en 1965 cuando a muchos periódicos se les terminó el contrato y pedían prórrogas, que Salinas desincorporara y que Zedillo privatizara en 1998, perdiendo así el filo de aquella “Espada de Damocles”. Sin duda que las deudas de la prensa nacional con el Estado Mexicano son cuantiosas, muchas más que durante el porfirismo, el carrancismo o la Cristiada… Y aterrizo aquí el apunte pendiente citado al principio de este texto. Válgaseme la reflexión: Los países nórdicos, los vikingos (Noruega, Dianamarca, Suecia, Islandia y Finlandia), acusan un mejor manejo de la crisis del virus y un periódico español, iberoamericano, califica a ese pueblo como “tremendamente igualitario”. Este es su secreto de oro, el igualitarismo, enmedio de la socialdemocracia de la mayor parte de sus pueblos y solo uno conservador, el sueco, que por cierto, registra hasta ahora el mayor número de decesos, más de dos mil, frente a los menos de 200 cada uno de noruegos y daneses… La historia de los despojos del echeverrismo y del foxismo a Excélsior la conocemos todos los periodistas de aquellas generaciones. Como no nos gusta repetir ni repetirnos, solo recordaremos un texto de uno de los reporteros de la Cooperativa Excélsior, Pablo González, que ha venido denunciando el despojo de Felipe Calderón durante los últimos 14 años, surgido a propósito de las críticas mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador. Nuestro citado amigo reportero publicó:

SE CANSARON DE SER COMO ERAN Y OPTARON POR LA MENTIRA, POR LA DIATRIBA: AMLO
• Al Banquillo Periodistas pero no Directivos y Dueños de Medios.
• Pide Objetividad y Desoyen Demandas de Cooperativistas de Excélsior.
• Cita el llamado “Golpe a Excélsior”, pero no habla de la venta fraudulenta a OVR.

Pablo Gonzalez*.- En una abierta confrontación con los medios de información y sus “periodistas”, el Presidente Andrés Manuel López Obrador endureció posiciones; clasificó a directores de medios escritos y audiovisuales que “no supieron entender la nueva realidad” y sentenció: “se cansaron de ser como eran y optaron por la mentira, por la diatriba”.
Comparó lo que ha sido el periodismo en la Historia de México, según su propio enfoque y habló con mucha seguridad de casos especifico de medios escritos y audiovisuales que ejercitan un “un periodismo de mercenarios y sicarios de la Pluma”. Son acríticos y por tanto, carecen de objetividad.
En el contexto de la conferencia mañanera de éste miércoles 22 de abril del 2020, citó –con todas sus letras–, el llamado “Golpe a Excélsior, en tiempos de Luis Echeverría” pero no se atrevió a citar el caso de El Periódico de la Vida Nacional vendido en condiciones de extrema irregularidad, sin contratos de compra-venta, al empresario español, Olegario Vázquez Raña.
Tal situación, motivó una lucha iniciada hace 14 años por socios activos y jubilados de Excélsior con la intención de recuperar lo que por ley les pertenece. Sin embargo, no hay atención a infinidad de demandas de carácter penal, civil y laboral interpuestas para destrabar ese problema que ha cobrado a la fecha la vida de más de 120 socios activos y jubilados de la Cooperativa Excélsior S.C de R.L.
Sin mencionar su nombre, dibujó en su entera dimensión al director de Excélsior (Pascal Beltrán del Río) al ubicarlo entre los periodistas mercenarios, pero evidentemente ignoró la identidad del “comprador” o los usufructuarios reales de la marca Excélsior. Quiere objetividad y desoye las demandas de los trabajadores que luchan por recuperar su patrimonio familiar y restablecer el bienestar de más de 700 familias.
Mucho menos abordó la presunta influencia adquirida por el “Dúo Dinámico de los medios de información”, encarnado por Olegario Vázquez Raña y su Junior Olegario Vázquez Aldir, recomendado, éste último, por Ricardo Salinas Pliego, para incorporarse al denominado Grupo Empresarial de Asesores que da servicio al presidente de la República.

En su mensaje el Jefe del Ejecutivo entró, ahora sí, en una abierta confrontación con los medios de información, sean estos de la Prensa Escrita o de la radio y televisión. Fue evidente que su posición es contra los que salen al aire pero jamás contra los dueños o presuntos propietarios de estos, caso concreto el de TV Azteca y el fantoche gritón Javier Alatorre.
Comparó el ejercicio periodístico en las diversas etapas de la historia mexicana: la Reforma, la Revolución y la época moderna, en la que muchos periodistas y comunicadores optaron por la mentira.
Citó el caso de Ciro Gómez-Leyva (vale aclarar que éste personaje no es periodista sino sociólogo) y de muchos otros que a decir del Mandatario, “se cansaron de ser como eran” y “optaron por la mentira”.
Aquí evocó el papel de buenos periodistas y sus periódicos: UnoMasUno en una época extraordinaria y la Jornada que dieron cabida a reporteros, editorialistas, comentaristas salidos de las filas del Viejo Excélsior que y otros más de la Revista Proceso.
Directo, sin ambages, retomó el caso del Director de Excélsior –Pascal Beltrán del Río— y descargó: “es lamentable su conservadurismo” a pesar de provenir de un semanario como Proceso. En Excélsior, insistió el Mandatario, se formaron muchos buenos periodistas como Julio Sherer, Miguel Ángel Granados Chapa y Manuel Buendía, que hacían realmente un periodismo crítico.
*) https://www.facebook.com/pablo.gonzalez.90663/posts/2797422730370774

LA COSA ES QUE…

Qué balconeada presidencial, ayer a Proceso. Sin embargo, hay mucha publicidad, como en TV Azteca.

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