COSA DE PRENSA

  • AMLO en la ONU frena mafias

  • Por insumos y equipos sanitarios

  • Acompañan a México 161 países

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., sábado 18 abril 2020.- Ciento sesenta y un países de 193 miembros de la Organización de Naciones Unidas apoyan la iniciativa mexicana de frenar en su Consejo de Seguridad, la especulación y el encarecimiento de insumos y equipo para enfrentar y solucionar la pandemia, informaron ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador y el embajador ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente… En un clavado a la historia de la política exterior mexicana y para dimensionar en un punto más cercano el histórico significado de la iniciativa mexicana, propuesta inicialmente por el Mandatario ante el G20 e impulsada como él sabe hacerlo, por el exrector de la UNAM, De la Fuente, contextualizaremos un poco: Consultamos diversas fuentes, en particular la obra Cien años de política exterior mexicana, de Francisco I. Madero a Enrique Peña Nieto, de Juan Carlos Mendoza Sánchez, editada por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, de acuerdo a la cual diremos que en los 55 años de gobiernos del PRI, y a pesar de que nuestro país fuera uno de los 51 fundadores de la ONU, México ocupó solo en dos ocasiones uno de los 10 asientos de país no permanente en el Consejo de Seguridad -los cinco permanentes y derecho a veto son Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña y Rusia- en 1946 y 1980, la primera con los embajadores Alfonso de Rosenzweig Díaz y Luis Padilla Nervo, y la segunda con Porfirio Muñoz Ledo, quien renunciaría después de un incidente vergonzoso con un automovilista en Nueva York… Una lamentable frase podría resumir la política exterior de los gobiernos panistas: Soy un diplomático poco diplomático, qué duda cabe”, admitiría Adolfo Aguilar Zínzer al escribir en 2003 a Vicente Fox en su carta de renuncia como representante de México ante el Consejo de Seguridad de la ONU, por oponerse a la invasión del Estados Unidos de George W. Bush a Irak, iniciando una debacle en la relación bilateral. Esta se extendería a Felipe Calderón, donde México en 2008 con el embajador Claude Heller, más o menos se “disciplinaría” a la política exterior estadunidense, como en los gobiernos priistas y que Aguilar Zínzer repudiara, por no querer que nuestro país fuera el traspatio del vecino del norte, con un grave daño sin embargo, para los intereses mexicanos. Y ya en el periodo de Enrique Peña Nieto nuestra política exterior entraría en un stand by, indiferente. El embajador Claude Heller Roussant, actualmente vicepresidente del Comité de Naciones Unidas Contra la Tortura (¿Usted lo recuerda, amable lector?), despediría a México del Consejo de Seguridad de la ONU en 2010 “con la satisfacción de haber aportado su voz en favor de la paz y la seguridad internacionales”, pero nada más, sin otro escenario relevante… Ahora hablemos del anuncio de ayer del presidente Andrés Manuel López Obrador y recordaremos que el 26 de marzo pasado, participaría por primera vez en una cumbre virtual del G20, en la que propondría que la ONU se encargara de regular la venta de medicamentos y equipo médico para la pandemia, “debido a que hay escasez y acaparamiento de quienes tienen más posibilidades económicas” (tal y como lo viene planteando el nuevo orden mundial, curiosamente liderado por la mayoría de los países permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU)… Al día siguiente, Naciones Unidas exhortaría a los Estados miembros a cumplir los compromisos de financiación para el desarrollo de la Agenda de Acción de Addis Abeba, “a fin de aumentar la capacidad de recuperación tras la pandemia y evitar que se profundicen las desigualdades”. El presidente de la Asamblea General, Tijjani Muhammad-Bande, recordaría que la primera de sus sesiones se centraría en la salud mundial y en la adopción de una histórica declaración política sobre la cobertura sanitaria universal, “mediante la cual los jefes de Estado y de Gobierno se comprometen a intensificar los esfuerzos nacionales y mundiales para construir un mundo más sano para todos”… Y fue ahí donde López Obrador “se puso el saco” y “agarró el toro por los cuernos”. Como Tijjani, AMLO pensó que “la lucha contra el Covid-19 es una responsabilidad colectiva. Nuestras acciones nos definirán, tanto individual como colectivamente. Debemos dar el ejemplo. Debemos quedarnos en casa, acatar las recomendaciones de distanciamiento social, lavarnos las manos y cuidarnos los unos a los otros”… Ayer, el embajador Juan Ramón de la Fuente le informó al Presidente y a la nación, el copatrocinio de 161 de 193 países. a partir de su propuesta al G20, de tomar las previsiones necesarias por parte de la ONU con el fin de evitar el acaparamiento, la especulación y el encarecimiento de los insumos contra la pandemia, “los insumos actuales y los que muy pronto vendrán, porque en cuestión de algunos meses, sabemos exactamente cuántos, hay quien habla de 12, 18 meses quizá, cuando mucho, seguramente aparecerán vacunas y formas de tratamiento científicamente eficaces, y éstas van a ser las soluciones finales a esta pandemia”. La iniciativa lopezobradorista pretende frenar a “los que quieren lucrar con ella, los que quieren aprovecharse de ella, los que quieren nuevamente que los beneficios lleguen solamente a unos cuantos”.

LA COSA ES QUE…

El Presidente López Obrador, subrayó Juan Ramón de la Fuente, “urgió a todos los Estados miembros para que inmediatamente prevengan la especulación y todas aquellas disposiciones que respondan o que limiten el acceso a los productos necesarios para contener la pandemia”; qué tal.

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